“Un cuerpo apenado, ¿cómo se escribe?”, se pregunta el narrador de Los llanos, de Federico Falco, que resultó ganadora de la segunda edición del Premio Fundación Medifé Filba, dotado de 500 mil pesos, una novela sutil que aborda el duelo de una ruptura. El protagonista de esta historia, que va narrando su día a día en una casa con una huerta, donde se ha aislado de todo y de todos, sabe que “no hay nadie más indeseable que aquel a quien se deja de desear” y que él es eso para Ciro, su expareja. “A veces siento que nunca voy a entender qué nos pasó. Y que si lo entendiera, se acabaría la pena y todo esto quedaría atrás. A veces siento que lo entiendo, que lo entiendo perfectamente, pero igual duele.”

El jurado compuesto por Sergio Bizzio, Vera Giaconi y Claudia Piñeiro eligió la novela ganadora entre los cinco títulos finalistas: Amado señor, de Pablo Katchadjian (Blatt & Ríos); Confesión, de Martín Kohan (Anagrama); Los llanos, de Federico Falco (Anagrama); Maratonista ciego, de Emilio García Wehbi (Ediciones DocumentA/Escénicas) y No es un río, de Selva Almada (Literatura Random House). Falco (General Cabrera, Córdoba, 1977) sucede a Juan Ignacio Pisano (Buenos Aires, 1981), el ganador de la primera edición con su primera novela El último Falcon sobre la tierra, publicada por Baltasara Editora en 2019 y premiada por un jurado integrado por Beatriz Sarlo, Luis Chitarroni y Eugenia Almeida. Como el Man Booker y el Pulitzer, entre otros galardones internacionales que reconocen obras editadas a través de instancias de selección, con “listas largas” y “listas cortas” de finalistas, hasta llegar al ganador, el Premio Fundación Medifé Filba surgió del trabajo colaborativo entre Daniela Gutiérrez, gerenta general de la Fundación Medifé, y el Festival Internacional de Literatura Filba, dirigido por Amalia Sanz.

Después de un año tan complejo como el 2020 para la producción editorial, que cayó cerca de un 40 por ciento, el Premio Fundación Medifé Filba se fortalece como un reconocimiento que permite dar una nueva oportunidad a las novelas publicadas. En esta edición participaron 204 novelas, de 120 casas editoriales y de más de 12 provincias. El 14 de julio se anunció la lista larga de 10 finalistas, que incluía también a El sol, de Gustavo Ferreyra (Dualidad); La sed, de Marina Yuszczuk (Blatt & Ríos); Las pasiones alegres, de Pablo Farrés (Nudista); ¡Paraguayo!, de Ariel Luppino (Club Hem Editores); y Transradio, de Maru Leonhard (Compañía Naviera Ilimitada).

Los llanos es una novela de una belleza inusual, que el dolor por el duelo amoroso no empaña sino realza. Y ese amor, que no termina de apagarse, se toma el tiempo que necesita para cicatrizar heridas; un tiempo magistralmente reflejado en esta ficción a través de la evolución de la naturaleza que rodea al protagonista y la huerta que cuida”, destaca Piñeiro y agrega que es una novela donde “el lector entra y quiere quedarse, a pesar del dolor, porque Falco consigue describir un mundo al que uno puede ir a sanarse”. Para Bizzio Los llanos es “una novela de lo mínimo y de lo inabarcable, de lo que se dice y de lo que se calla, de lo consciente y de lo insondable” y observa que tiene una doble naturaleza: “en la planicie hay un abismo, en el derrumbe hay un plan”. El escritor y miembro del jurado precisa que encuentra “un triunfo en la producción del tiempo de lectura: uno relee al mismo tiempo que lee, las dos cosas en simultáneo”.

Los llanos -que fue finalista del premio Herralde de Novela 2020- es la segunda novela de Falco después de la nouvelle Cielos de Córdoba (2011). El escritor cordobés que vive en Buenos Aires es muy reconocido por sus libros de cuentos 222 patitos (2004), La hora de los monos (2011) y Un cementerio perfecto (2016). También publicó un libro de poemas, Made in China (2008). El flamante ganador del Premio Fundación Medifé Filba fue seleccionado en 2010 por la revista Granta como uno de los mejores narradores jóvenes en español. Vera Giaconi pondera que la novela premiada “nos va regalando la experiencia de contemplar”. Falco consigue escribir una sutil narrativa del cuerpo apenado entre los escombros del dolor.