La terminal de ómnibus de El Talar, en el partido de Tigre, es una de las cabeceras de micros más importantes del territorio bonaerense. De ahí salen viajes a los 135 municipios de la provincia, a todas las regiones del país y a países limítrofes. Su playa tiene más de 20 plataformas donde estacionan los micros y más de 60 boleterías. Pero este viernes por la mañana solo cuatro coches esperan para iniciar sus viajes. Otros dos llegan, juntos, traen poca gente. Y en el andén se ven pocas familias. Todas con barbijo.

“Tenemos mucho movimiento a la mañana y al atardecer, cuando van y vienen los coches de la costa”, explica Lucía, inspectora del Ministerio de Transporte. A su lado, Gustavo y Gabriel, choferes de la empresa Chevallier, aguardan al pasaje, junto al micro que va a Pergamino. Gustavo tiene ya completo su esquema de vacunación. A Gabriel le falta la tercera dosis --es más joven-- y tuvo covid. Ambos celebran la resolución que obliga a los pasajeros a portar el “pase sanitario”. “Está perfecto” coinciden.

Esta semana, en la provincia de Buenos Aires se estableció la obligación de exhibir el Pase Libre Covid para viajes en micros de media y larga distancia. Solo con esa certificación se podrá acceder a la compra de pasajes. La medida se publicó el martes 25 de enero por resolución conjunta de los ministerios provinciales de Salud y de Transporte. “Y el jueves la tuvimos por sistema, en las boleterías, es algo que se tenía que hacer” comparte Aron, que atiende una boletería de intensa actividad. 

Para implementar la normativa, todavía falta la instrucción de cada empresa a los vendedores. “Y determinar cómo se va a instrumentar en compras virtuales” añade Gustavo Gaona, portavoz de la Cámara empresaria de viajes de larga distancia (Celadi). Pero la llegada del pase es inminente. Y según expresan los distintos actores del sector, se lo espera con optimismo, y esperanza.

Choferes y boleterías

“Los choferes no tenemos que pedirlo, solo corroboramos el DNI”, detalla Gustavo. Y concede: “Me vacuné por obligación, porque no creo que las medidas sirvan, si te tiene que tocar te vas a contagiar igual” vaticina. Gabriel contrapone, a favor de la medida: “Para los que estamos en un espacio cerrado donde 40 personas o más conviven durante varias horas, da más seguridad”.

Las boleterías serán las responsables de exigir el pase. “Por ahora solo preguntamos si están vacunados y recomendamos que lleven el certificado, o descarguen la aplicación”, aclara María Luz, en un punto que concentra la venta de todas las líneas de la terminal. En los próximos días se impondrá la decisión de no vender pasajes si no se presenta el pase. “Si lo hacemos, las empresas pueden cobrar el pasaje a la boletería”, especula otra vendedora. No está claro el régimen punitorio para quienes esquiven la presentación. Pero en la venta de pasajes, en forma presencial, ya se preparan para lo que vendrá. Y confían en la respuesta positiva de los pasajeros.

Adiestrados hace dos años en normativas que varían según cada jurisdicción, quienes venden pasajes han incorporado las recomendaciones sanitarias: en varias provincias hubo meses donde había que llevar permisos especiales de circulación. “Y nos acostumbramos a recomendar que estén atentos a eso”, describe María Luz. “La gente responde, consulta, los más grandes muestran el certificado en papel porque no usan celular”, agrega. Pero insiste: “recomendamos y advertimos que lleven sus certificados por cualquier problema que pueda surgir y por un tema de salud. Después queda en cada uno, si lo hacen o no”. En ese punto, el de la decisión particular talla la normativa. Ahí María Luz entiende la razón del dispositivo: “Desde el 10 de diciembre y hasta ahora mucha gente que se fue de vacaciones volvió con covid, los que llegan de la costa vienen con covid. Hubo mucha devolución de pasajes porque alguien de la familia llegó con el virus”, refiere. “Acá nos cuidamos, pero vamos a estar mejor con la obligación del pase”.

En una boletería contigua Marta limpia afanosamente el piso. “Tuvimos un caso positivo”, confirma, sin dejar su tarea. Otro empleado coloca cintas transparentes entre las aberturas de vidrio de la ventanilla. “No podemos descuidarnos”, confía.

Las empresas

“Por definición nosotros creemos en la vacunación --explica Gaona--. Eso permitió que la gente viajara más tranquila. Hoy la demanda es buena. A nivel nacional estamos un 31 por ciento debajo del último verano prepandemia”. Por eso ante “la resolución del pase”, desde la Celadi sostienen: “Va a llevar un poco de tiempo instalarlo, sobre todo por la confusión que da si aplica para servicios provinciales, o también a recorridos que van a otros destinos, y cruzan la provincia, y en ese sentido no aplican”. La confusión se disipará en poco tiempo: “las personas irán familiarizándose con la normativa que llegó hace dos días y será efectiva en las ventas futuras, no sobre lo que ya se compró” puntualiza Gaona.

Desde diciembre hay mucha demanda a la costa, al norte y al sur del país, confirma Aron desde la boletería del Vía Bariloche. También a Chaco, Corrientes y Misiones. “Mucha gente cruza al Paraguay”, agrega el vendedor, quien ya tuvo covid. “Me agarré ‘la delta’, refuerte, si ahora me dicen que tengo que darme la cuarta dosis, voy corriendo a buscarla”, se ríe, cómplice.

Los pasajeros

En el andén, Gabriel acompaña a Soledad, que va a tomar el micro a Villaguay, Entre Ríos. “Me parece bárbaro el pase” dice. “Se tenía que hacer hace rato para frenar el contagio”, argumenta. Él trabaja en Trenes Argentinos. Allí se hisopa a los choferes regularmente. Su caso es particular: tuvo covid, estuvo internado con neumonía bilateral. También se contagió Soledad. “Ella estaba embarazada y lo perdió” cuenta Gabriel. Ella asiente con la mirada, se incomoda. Ambos tienen sus esquemas de vacunación completos y los muestran en la aplicación de sus celulares. El micro a Villaguay anuncia su partida. Soledad aborda. Allí, con su familia, están sus hijos: “la nena tiene 18 y el nene 11”. Gabriel irá en una semana, cuando lleguen sus vacaciones.

En otro banco del andén, Raúl afirma: “El pase es necesario, si querés tener turismo y todo lo que eso mueve, porque no toda la gente tiene la responsabilidad cívica mínima” fundamenta, mientras espera a su madre que llegará desde Tucumán. “No piden nada de otro mundo” agrega. Las vacunas son necesarias, sostiene. Y argumenta: "¿Qué saben los que están en contra? ¿son científicos, estudiaron química?" se pregunta. “Son justificaciones sin necesidad”. Tampoco entiende “los PCR truchos”. “Si la vacuna es gratis, te la das en cualquier vacunatorio y no tard{as ni media hora”, sostiene.

Cumplir los requisitos “para no contagiarte ni enfermar a otros, es lo mínimo”, insiste Raúl. Trabaja en una automotriz. Y se preocupa porque la salud de su madre “es delicada”. Él tuvo covid. Y espera el pase con confianza: “A veces, poniéndole un poquito de onda entre todos, salimos adelante”, afirma.  

La mirada empresarial

Desde la Cámara empresarial de micros de larga distancia se plantean dos dificultades ante la llegada del pase, en relación a cuanto tardará su plena implementación: una es el tiempo que llevará instalarlo entre los pasajeros. Otra: la necesidad de adaptar al sistema de venta en línea, la carga del pase. Pero las empresas apuestan a la normativa porque “el objetivo es incentivar la capacidad de inmunización y los viajes”, refiere Gustavo Gaona, portavoz de esa cámara. Y propone: “sería importante que combis y trenes pudieran tenerlo también, si no, el pasajero tomará una combi y tendríamos un impacto negativo: perderíamos la ventaja de la vacuna, y también a un pasajero”.

En la modalidad de larga distancia se realizan cerca de 7.000 viajes diarios en todo el país. “Provincia tiene un servicio de larga distancia de los más importantes del país, junto al de Córdoba” explican. Y agregan: “El ómnibus estuvo 9 meses sin poder circular, es una industria de servicios, pensada para no detenerse nunca… y tuvo que parar”. De ahí que la vuelta a las rutas “de la mano de la vacunación” --apuntan--, moviliza al sector y expone la necesidad de extenderlo a otras modalidades de viajes en la jurisdicción.

La voz oficial

El pase sanitario es una política que “funciona con éxito en muchos países y lo tenemos en la provincia desde el 21 de diciembre para diversas actividades” confirman fuentes de la gobernación bonaerense. “Desde ese momento incrementamos la vacunación, iniciando y completando esquemas de forma intensiva. Por eso fuimos ampliando el alcance del pase” explican. Hoy, en un trabajo conjunto entre los ministerios de Salud y Transporte se trabaja para implementarlo en colectivos de media y larga distancia. “Entendemos que son espacios de considerable riesgo epidemiológico --detallan ante la consulta de Página/12--, donde unas 50 personas comparten un espacio cerrado, por varias horas, y en general con aire acondicionado encendido”. Saber que uno “comparte ese espacio con personas vacunadas da mayor tranquilidad y ante un eventual contagio el tránsito por la enfermedad puede ser más leve”, repasan.