Sacerdotes, ex seminaristas y psicólogas que declararon ayer en el juicio al ex obispo de Orán, Gustavo Oscar Zanchetta, afirmaron que mostraba preferencias hacia algunos seminaristas, que les hacía regalos, les invitaba alcohol, y que también tenía prácticas en las que hacía notar su poder. Uno de los ex seminaristas dijo que vio cuando el religioso apoyaba sus genitales en uno de los denunciantes. 

Los tres sacerdotes testigos son Juan José ManzanoGabriel Acevedo y Martín Alarcón, los mismos que hicieron una denuncia canónica contra Zanchetta. Ayer los tres confirmaron que ya en 2015 informaron al Vaticano sobre comportamientos impropios del entonces obispo de Orán, como las fotos mostrando sus genitales que había compartido a través del whatsapp. 

Zanchetta está siendo juzgado en el Tribunal de Juicio de Orán acusado por abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido en perjuicio de dos ex seminaristas que anteayer ratificaron sus acusaciones. En el juicio canónico se habla de "varios" seminaristas que habrían pasado por esta situación. 

Según se informó, el cura Juan José Manzano, que fue vicario general de la diócesis oranense, dijo que si bien no fue testigo directo de hechos de esta naturaleza, supo de ellos por comentarios. Contó que en 2016 era párroco en General Mosconi y a veces llevaba a tres seminaristas de esa localidad hasta Orán. En una ocasión uno de estos jóvenes le mencionó que se sentía incómodo porque el obispo a veces los veía en ropa interior y también solía pedirles que le hicieran masajes. Manzano dijo que el seminarista le contó que eso ocurría cuando hacían viajes, y que "sentía una especie de riesgo o de peligro para algunos de sus compañeros, ya que había un trato especial con algunos". 

El sacerdote también se refirió al episodio de las fotos. El 22 de septiembre de 2016 Manzano, Acevedo, Alarcón, que era rector del Seminario Mayor San Juan XXIII, y los también sacerdotes Diego Pietro Calvisi y Andrés Buttu hicieron una denuncia interna sobre la base de las fotografías que el 21 de septiembre de 2015 el secretario canciller del obispado, Luis Díaz, encontró en el teléfono de Zanchetta al cumplir con un pedido del entonces obispo de que descargara una fotografías de una visita al departamento Rivadavia. Entre esas fotos había unas "imágenes pornográficas de sexo explícito homosexual entre jóvenes" y fotos del propio obispo, "desnudo y exhibiendo Mons. Gustavo Zanchetta sus partes íntimas, compartidas por whatsapp con terceros”, según se describió en su momento en las denuncias. 

Manzano también contó que Zanchetta "tenía tendencia a abrazar por largo tiempo" y recordó que una vez que fue a saludarlo en la casa parroquial de la Catedral se encontró con que “monseñor” estaba con algunos jóvenes, lo notó muy cargoso con uno de los chicos, al que le hacía algunas preguntas y le ofreció de cerveza, a pesar de que no estaban permitidas las bebidas alcohólicas. 

También Acevedo habló antes del episodio de las fotos. Recordó que Díaz lo llamó para que viera las imágenes, a su vez él consultó con otros dos sacerdotes y con el anterior obispo de Orán, Marcelo Colombo, quien a su vez se contactó con el arzobispo, Mario Cargnello, y fue así que decidieron ir al nuncio metropolitano.

Asimismo, este religioso recordó que algunos seminaristas vivían en la casa parroquial de la Catedral oranense y que Zanchetta visitaba los cuartos, a veces se quedaba a cenar y consumía bebidas alcohólicas con los seminaristas. Y que incluso algunos domingos las sobremesas se hacían largas y después el obispo pedía a algunos que lo acompañaran al Obispado y volvían más tarde embriagados.

A su turno, Martín Alarcón, destacó que Zanchetta se presentaba en el Seminario y decía a los estudiantes que él era el obispo y los podía sacar y que a los que de su preferencia les hacía regalos de ropa, computadoras, dinero o llevarlos a comer a un restaurante.

Las dos psicólogas, que colaboraban en el Seminario, coincidieron en señalar que los jóvenes se sentían condicionados para hablar, pero que una vez que Zanchetta renunció comenzaron a expresarse con mayor libertad

Por otro lado, un ex seminarista aseguró que percibió un trato diferente con algunos compañeros y que fue testigo de abrazos, "por lo general desde atrás y que duraban más de la cuenta", y del pedido de Zanchetta de que le realizaran masajes. Otro ex seminarista dijo que vio cuando el obispo abrazó desde atrás y le apoyó los genitales a uno de los denunciantes. 

También el diácono Andulfo Pérez contó que presenció situaciones en las que el obispo mostraba ostensiblemente preferencias hacia algunos seminaristas. Contó que una vez el ahora acusado hizo un gesto obsceno con sus dedos, él se lo hizo notar, entonces Zanchetta le señaló que “al Obispo no se lo corrige” y le advirtió que lo podía expulsar