Las intervenciones del canciller de Rusia, Serguei Lavrov, fueron boicoteadas por las delegaciones internacionales que participaron en la Conferencia de Desarme en reclamo por la invasión rusa en territorio ucraniano. Sólo los representantes de cinco países permanecieron durante el discurso del ministro de Relaciones Exteriores. Más tarde la escena se repitió durante el mensaje grabado de Lavrov en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

La diplomacia internacional le dio la espalda a Rusia este martes durante los discursos del Serguei Lavrov, canciller del Kremlin. El ministro ruso participó a distancia en dos foros de Naciones Unidas: Conferencia de Desarme y el Consejo de Derechos Humanos. El veterano representante de la diplomacia de Moscú tenía previsto viajar a Ginebra. Sin embargo, canceló su participación presencial por las sanciones implementadas por la Unión Europea que le prohíben sobrevolar el espacio Schengen en represalia por su avanzada militar en territorio ucraniano.

Durante la primera intervención de Lavrov más de 100 delegaciones abandonaron la sala. La diplomacia francesa también se unió al desaire. "Es importante mostrar un gesto de solidaridad con nuestros amigos ucranianos", declaró Yann Hwang, embajador francés ante la Conferencia de Desarme. Sólo los representantes de Venezuela, Yemen, Argelia, Siria y Túnez escucharon el discurso del canciller ruso. Afuera de la sala hubo aplausos y saludos entre los delegados que boicotearon a Moscú.

Por su parte, durante su primer discurso, Lavrov le exigió a Estados Unidos la retirada de sus armas nucleares en suelo europeo y reiteró el pedido de nuevas garantías de seguridad a la Alianza del Transatlántico.

"Para nosotros es inaceptable que, contrariamente a las disposiciones fundamentales del Tratado de No Proliferación de las armas nucleares, las armas nucleares de los Estados Unidos sigan estando ubicadas en el territorio de varios países europeos", afirmó el diplomático del Kremlin que también criticó el papel de la Unión Europea. “No respeta el derecho fundamental al movimiento, con sanciones ilegitimas y unilaterales”, reclamó. Según Lavrov el bloque eligió "el camino de las sanciones ilegítimas y no el diálogo" con Rusia.

"Al haber elegido el camino de las sanciones ilegítimas unilaterales, los países de la UE intentan eludir el diálogo cara a cara y los contactos directos llamados a encontrar soluciones políticas a los agudos problemas internacionales", añadió.

Juegos peligrosos


A su vez, Lavrov reprochó la decisión de varios países occidentales de suministrar armas a Ucrania. El diplomático dijo que el gobierno de Volodimir Zelenski entró en "juegos peligrosos y en planes de adquirir sus propias armas nucleares". Según el diplomático ruso la exrepública soviética realizaría esto con tecnologías que presuntamente quedaron del periodo en que este país formaba parte de la Unión Soviética.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que los ataques de Rusia son crímenes de guerra. "Los ataques indiscriminados rusos contra civiles e infraestructura crítica son crímenes de guerra y violan el Estatuto de Roma". "La agresión rusa es una amenaza global. La respuesta debe ser global", añadió Kuleba.

Segundo boicot del día

Más tarde, mientras Lavrov habló vía video ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, las delegaciones diplomáticas volvieron a dejar las sala con la embajadora ucraniana ante Naciones Unidas Yevheniia Filipenko a la cabeza."Muchas gracias por esta maravillosa muestra de apoyo a los ucranianos que luchan por su independencia", declaró Filipenko.

En su segundo discurso, el canciller ruso reiteró que el objetivo de la "operación especial" iniciada el pasado 24 de febrero en territorio ucraniano es "desmilitarizar y desnazificar a Ucrania". El diplomático acusó además a Kiev de practicar ocho años de violaciones de libertades fundamentales de la población rusoparlante en Ucrania.

En su videomensaje, Lavrov afirmó que la acción rusa "es particularmente relevante ahora que Ucrania está siendo arrastrada hacia la OTAN y está recibiendo armas". "Los neonazis tomaron el poder en 2014 y esta ocupación debe parar", subrayó Lavrov, que además acusó a Kiev de imponer un "régimen de terror" que reprime el uso de la lengua rusa en las escuelas o lugares de trabajo o confisca los bienes de iglesias ortodoxas.

El diplomático del Kremlin además dijo que el silencio de Occidente muestra el "doble rasero de Estados Unidos y sus aliados, quienes han causado miles de víctimas en Yugoslavia, Libia o Afganistán". Para Lavrov, el objetivo actual de Washington y sus socios es "crear una Antirrusia". En este sentido, se refirió a las crecientes sanciones contra Moscú y criticó que trasciendan el ámbito financiero y económico "y lleguen al mundo cultural, deportivo, turístico o de educación, una muestra de que Occidente ha perdido claramente el control".

"Su deseo es imponer el odio que tienen por Rusia", declaró el ministro que dijo respetar al pueblo ucraniano "con el que nos une una historia común y lazos espirituales y cultuales". En varios momentos de su discursó, Lavrov calificó al gobierno de Zelenski de neonazi.