Washington espera con expectativa el testimonio ante el Senado del exdirector del FBI James Comey, quien fue despedido por Trump mientras investigaba las relaciones entre su comité de campaña y Moscú. Este testimonio no tiene una fecha prevista, aunque se espera que sea en los próximos días. Los medios han informado que Trump había presionado a Comey en reuniones y a través de llamadas telefónicas para que dejara a un lado la investigación contra un asesor presidencial. La Casa Blanca lo niega, aunque se cree que el ex director del FBI posee detallados escritos sobre cada una de sus reuniones que serían una prueba de obstrucción a la justicia. Trump estuvo reunido con sus abogados el domingo en la tarde, al parecer para establecer una estrategia ante esta investigación en curso. Los comités de inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes también llevan adelante sus propias investigaciones, aunque no tienen como finalidad levantar cargos judiciales.