“Me interesa dislocar el tiempo, entenderlo más más allá de la corta vida humana”, dice la escritora boliviana Liliana Colanzi, ganadora del VII Premio Internacional Ribera del Duero por el libro de cuentos Ustedes brillan en lo oscuro, que será publicado por la editorial española Páginas de Espuma y llegará a las librerías argentinas en mayo. “Si pudiéramos aprehender el tiempo del planeta, veríamos que todos somos mutantes. Pero también vivimos en las ruinas de hechos históricos traumáticos que se repiten. Por eso un cuento como ‘Atomito’ me permite pensar de qué manera el Taqui Onqoy, el movimiento andino de rebelión del siglo XVI, es una potencia del presente”, explica la ganadora de este premio que en otras ediciones lo obtuvieron los argentinos Samanta Schweblin y Marcelo Luján y la mexicana Guadalupe Nettel.

El jurado formado por Rosa Montero, Marta Sanz y Cristian Crusat eligió por unanimidad el libro de cuentos de Colanzi por ser “una obra de gran originalidad y potencia expresiva que construye mundos extraños, aunando las claves de la ciencia ficción y el realismo para llevar a cabo una crítica que nos sitúa ante el desconsuelo y la inquietud de la vida”. Las otras obras finalistas del Premio Internacional Ribera del Duero, dotado de 25 mil euros, fueron Pombero, de la argentina Marina Closs; Una grieta en la noche, de la mexicana Laura Baeza; Un meteorito flamígero, del cubano Pedro Juan Gutiérrez; y Todo lo que aprendimos de las películas, de la chilena María José Navia.

En Ustedes brillan en lo oscuro, anticipó el jurado, existe un umbral donde los tiempos se tejen: tiempos geológicos, tiempos mitológicos, tiempos históricos. “El devenir de hombres y mujeres que somos hibridan un pasado ancestral de volcanes y estrellas, de divinidades y alumbramientos, de leyendas y foklore con un presente de revoluciones y dictaduras, de desastres medioambientales y energéticos, de feminicidios y desaparecidos, de tecnología y comunicación que abren las puertas del futuro a lo posible”. Montero, Sanz y Crusat destacaron que los cuentos de Colanzi “brillan desde ese centro andino, mestizo y universal para trasladarnos a un tiempo que se expande y se contrae, a un espacio de partículas oscuras y radiantes que se mezclan en nuestra lectura”.

Colanzi, que nació en Santa Cruz de la Sierra en 1981 y el próximo domingo 27 cumplirá 41 años, es autora de dos libros de cuentos: Vacaciones permanentes (2010) y Nuestro mundo muerto (2016), publicado en la Argentina por la editorial Eterna Cadencia. Ese trabajo fue finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez en 2017, y ha sido traducido al inglés, italiano, francés, holandés y danés. “Mi relación con el cuento es contenciosa: acechar, tener paciencia, saber que saldré trasquilada con frecuencia, esperar a que el cuento me sorprenda, tener la voluntad de sostener el cable cuando pasa la electricidad. No es una relación fácil, de hecho escribo muy lento, pero sí es un proceso que en tiempos complicados me ha ayudado a conservar cierta salud mental”, reconoce la escritora boliviana y revela que se siente acompañada en el camino de la escritura por autoras como Marie Vieux-Chauvet, Amparo Dávila, Sara Gallardo, Silvina Ocampo, Fernanda Melchor, Mónica Ojeda, Mariana Enriquez, Fernanda Trías, Selva Almada y Brenda Navarro.

La escritora boliviana, que fue seleccionada entre los 39 mejores escritores latinoamericanos menores de 40 años por el Hay Festival, Bogotá39-2017, advierte que la literatura boliviana “nunca ha tenido una gran caja de resonancia para sus autores, pero hay cosas muy especiales que se han ido gestando en ese pliegue” y precisa que “no hay autor más universal que Jaime Sáenz, aunque haya escrito desde el margen”. Colanzi, que en 2017 creó Dum Dum editora en Bolivia y enseña literatura latinoamericana y escritura creativa en la Universidad de Cornell (Estados Unidos), recuerda que la literatura boliviana ha dado lugar a voces muy excéntricas y singulares como Hilda Mundy o María Virginia Estenssoro. “Me alegra que todo el mundo hoy esté leyendo a Giovanna Rivero, que los nuevos libros de Maximiliano Barrientos y Gabriel Mamani vayan a salir en Argentina, que se traduzca la poesía de Iris Kiya”, concluye.