La presencia de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en el Hospital Alejandro Posadas dejó de ser una sospecha de los trabajadores después de que uno de los exagentes que integraron el tristemente célebre grupo Súper Mario Bros reconociera ante la Comisión Bicameral de Inteligencia que él y un grupo de sus compañeros fueron enviados al centro médico para individualizar a los sindicatos. La orden, según declaró, provino de las máximas autoridades de la exSIDE durante el gobierno de Mauricio Macri.
Durante la gestión Cambiemos, en el Posadas convivieron los despidos, la persecución a los trabajadores y la resistencia. En ese combo, también hubo lugar para los espías. Así lo reconoció Jorge Sáez en el Congreso. El “Turco” Sáez es un personaje singular del armado del espionaje durante el macrismo: exagente de inteligencia del Servicio Penitenciario Federal (SPF), pasó a la Policía Metropolitana y, desde allí, fue en comisión a la AFI en cuanto Macri desembarcó en la Casa Rosada.
Para que Sáez llegara a la AFI hubo otro hombre que fue fundamental: Diego Dalmau Pereyra, el exdirector operacional de Contrainteligencia de la exSIDE que la semana pasada reconoció que dispuso instalar las cámaras en el Banco Provincia por órdenes de la cúpula de la AFI encabezada por Gustavo Arribas. Dalmau Pereyra fue quien reclutó a Sáez. Lo había conocido cuando el entonces penitenciario tomaba un curso en la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI), donde Dalmau Pereyra estuvo recluido por largos años. Con él, Sáez se llevó a dos de sus compañeros de la Metropolitana: Leandro Araque y Mercedes Funes Silva. Ése fue el germen de los espías conocidos como Súper Mario Bros.
“Dalmau Pereyra nos dijo que le pidieron que fuéramos al Posadas porque iba a haber un sabotaje”, dijo Sáez el viernes pasado ante la Bicameral. Palabras más, palabras menos, Sáez reconoció que hubo una decisión de espiar al Posadas y que el foco estuvo en la actividad gremial. Según su relato, inicialmente estuvieron él, Araque y Funes Silva. Su presencia –siempre de acuerdo con su versión– no se habría extendido más allá de dos semanas y fue bastante marginal porque el centro médico estaba ocupado por la Gendarmería. “Íbamos a tomar mate porque ni credencial de la AFI teníamos”, protestó.
Sáez se presentó como una persona apolítica y dijo que él no tenía gran información para diferenciar a los sindicatos, por lo que Dalmau Pereyra decidió que él y su compinche Araque dejaran el Posadas y que se quedara Funes Silva, que era más entendida, para mandar desde allá los informes para la AFI. La presencia de la agente se habría extendido por unos meses. Según Sáez, sus jefes en la AFI estaban muy interesados con lo que pasaba en el Posadas. “Cuando Silvia le pedía algo a Diego, era como si se lo pidiera Jesucristo”, dijo Sáez.
Sáez destacó que su cuadrilla no fue la única que mandó la AFI. Habló de una “urgencia” por conseguir información y marcó que hubo otros espías destinados al hospital. Incluso relató que Dalmau Pereyra lo había llamado para pedirle ayuda cuando le sacaron una foto al Volkswagen Voyage NNV 682 al detectarlo siguiendo a trabajadores del centro de salud. Esa foto se publicó el 1 de abril de 2016 en el portal zonal El Cactus.
Según dio a entender Sáez, ese auto era tripulado por otros integrantes de Contrainteligencia de la AFI. El Voyage iba a pasar a la fama dos años después cuando lo identificaron afuera del Instituto Patria haciendo vigilancia ilegal sobre Cristina Fernández de Kirchner. Los agentes, a quienes habían enviado a espiar a la expresidenta, entraron en pánico y doblaron en “U” después de que un Policía de la Ciudad les pidiera que se identificaran.
En el juzgado federal de Dolores habían detectado también que una de las bases AMBA de la AFI –la de Morón– hizo seguimientos en el Posadas. Según reveló el periodista Néstor Espósito en Tiempo Argentino, la incursión de la exSIDE en el hospital se conoció en el inframundo de los servicios como “Operación Maestranza”.
El Posadas durante el macrismo
En enero de 2016, el gobierno de Cambiemos designó a Alberto Díaz Legaspe como interventor en el centro médico. En su etapa al frente del hospital, hubo cientos de cesantías que iban acompañadas con un discurso de que, en realidad, los trabajadores públicos eran “ñoquis”. A los pocos días de su llegada, se difundió una foto de una silla de ruedas estampada dentro de un resonador magnético y se denunció que existía “sabotaje” por parte del personal del centro médico. Casualmente “sabotaje” fue la palabra que mencionó Sáez en la Bicameral cuando explicó que Dalmau Pereyra los había enviado al Posadas.
Hacia finales de 2017, Macri designó a Pablo Bertoldi Hepburn como director del Posadas. La elección de Bertoldi Hepburn desató un escándalo en el Ministerio de Salud nacional y provocó la renuncia del entonces viceministro, Eduardo Munin, quien había denunciado que Bertoldi Hepburn llegó por pedido de la número dos de la AFI.
Para los trabajadores del Posadas, la llegada de Bertoldi Hepburn marcó el desembarco definitivo de la exSIDE en el centro médico. Denuncian que, durante esa época, se instalaron cámaras y micrófonos e incluso señalan que había personal de civil que se infiltraba en determinadas actividades. Para esa época, también, hubo una militarización del Posadas por la presencia de efectivos de la Policía Federal y de la Gendarmería Nacional. Esas fuerzas dependían de Patricia Bullrich, que incluso llegó a sugerir que el Posadas era el lugar ideal para emplear pistolas Taser.
La investigación judicial
Durante el gobierno de Macri, la diputada Mónica Macha denunció que había una actividad ilegal de la AFI en el Posadas. El fiscal Carlos Stornelli –que más tarde sería procesado en Dolores por sus vínculos con espías inorgánicos como Marcelo D’Alessio– entendió entonces que no había elementos para investigar y no impulsó la causa.
A finales de 2020, los trabajadores agremiados en la CICOP volvieron a presentar una denuncia. La causa quedó radicada en el juzgado de María Eugenia Capuchetti, quien delegó la investigación en Stornelli. Días atrás, el fiscal les tomó declaración a los denunciantes.
En esa causa, Sáez va a presentarse en las próximas horas, confirmó a Página/12 su abogado, Alfredo Oliván. “Queremos ponernos a disposición para colaborar”, sostuvo Oliván. Sáez es uno de los pocos espías que siguen procesados por las andanzas de los Súper Mario Bros en la causa que instruyen el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi y el fiscal Franco Picardi.
La actividad de la Bicameral probablemente siga enfocada en el caso del Posadas y la persecución a los trabajadores. Hasta ahora ya declararon dos de los agentes que estuvieron en el hospital, Sáez y Araque. Una posibilidad es que citen a Funes Silva. La semana pasada también fue convocado Guillermo Matta –un policía de la Ciudad que fue a la AFI en comisión–. Matta confirmó que él había participado en un seguimiento al juez Luis Carzoglio, que estaba en la mira de la Agencia por su resistencia a encarcelar a Hugo y Pablo Moyano.