“Estamos en un mundo muy difícil y acá el Ministerio de Economía tiene que bajar líneas claras de política económica que reduzcan esta volatilidad y preserven ingresos populares. Si no, esto se va a poner feo”, dijo ayer el secretario de Comercio, Roberto Feletti, en un dardo directo al jefe de Hacienda, Martín Guzmán. El funcionario reiteró su pedido para aplicar una suba generalizada de retenciones a las exportaciones de alimentos y también cuestionó la falta de coordinación de la política de administración de importaciones.

“Feletti es un excelente funcionario”, señaló poco después en diálogo con el canal de noticias IP el senador Oscar Parrilli, hombre de máxima confianza de la vicepresidenta Cristina Kirchner, y agregó: “Hay funcionarios que creen que van a solucionar las cosas siguiendo los consejos de Funes de Rioja (el titular de la Unión Industrial Argentina) y van a llegar a mal puerto con ese barco”. Sobre las medidas económicas dijo que “lo que hicieron deja sabor a muy poquito” y sostuvo que "vamos a terminar yendo a las elecciones con la boleta de Kristalina".

La interna abierta en el seno del equipo económico se ventiló en el marco de la inauguración de una nueva etapa de los programas Precios Cuidados y Cortes Cuidados, el lanzamiento de una canasta de precios acordados para comercios de cercanía y un puñado de frutas y hortalizas a valores de referencia en supermercados.

También se puso en marcha la implementación del fideicomiso del trigo, fondeado con la suba de dos puntos de las retenciones a derivados de la soja, para sostener el precio de la harina que adquieren las panaderías según los valores vigentes en febrero. La Secretaría de Comercio continúa negociando unos 600 precios de la canasta básica que todavía no se retrotrajeron luego del súbito aumento de marzo, mientras que otros 1100, según la información oficial, sí volvieron para atrás.

Pero esta batería de herramientas microeconómicas para enfrentar la aceleración inflacionaria, según el propio Feletti, es limitada. Asegura que se trata de políticas que pueden servir de contención en determinados segmentos pero que son muy parciales en un contexto de fuerte disparada de la inflación global, que se monta sobre una inercia de precios del 50 por ciento anual en la economía local.

Feletti criticó que el Gobierno deposite la fe de la desaceleración inflacionaria únicamente en los acuerdos de precios. “Pensar que la Secretaría de Comercio con cuatro canastas alimentarias y algunas actividades en el fideicomiso del trigo y demás, consigue frenar un impacto internacional como el que estamos teniendo, es pedir mucho. Bajar la inflación implica macroeconomía, política económica”.

“Si acá no hay una regulación sobre el sector externo, que están teniendo todos los países, hay riesgo de caer en una crisis alimentaria y alguien se va a tener que hacer cargo”, dijo Feletti, en otro teledirigido hacia arriba en la cadena de mando. Según el funcionario, es necesario subir retenciones al trigo, maíz y girasol para amortiguar el impacto de la suba de los precios internacionales sobre los internos. Las entidades del agro ya salieron a discutirle la propuesta. El Secretario también advirtió sobre la necesidad de una política integral de gestión de las importaciones para administrar mejor las divisas.

Según adelantan en Comercio, hay nuevas presiones de precios en el sector lácteo y carne aviar, ambos consumidores de maíz, otro producto que se encareció en el mercado global. Además, hay incrementos de precios en insumos difundidos como vidrio, cartón y aluminio, que impactan prácticamente en toda la economía. También hay definiciones pendientes en torno a la escasez de gasoil.

+ Precios Cuidados

La nueva etapa contempla una canasta de 1359 productos. A eso se suman otros 404 productos que se incorporan a partir de la entrada en vigencia del fideicomiso privado para harina 000 y fideos secos, un fondo al que aportan 52 millones de dólares las exportadoras para subsidiar el precio interno de las pastas. Esto arroja un total de 1763 productos para esta nueva fase del programa.

La actual etapa de Precios Cuidados se extiende hasta el próximo 7 de julio. Los aumentos pautados son de 2,3 por ciento hasta el 7 de mayo, 2,2 por ciento hasta el 7 de junio y 1,7 por ciento en el último mes, con lo cual el aumento punta a punta en tres meses es del 6,4 por ciento en promedio. El programa incluye productos de almacén, limpieza, librería, perfumería, cuidado e higiene personal, artículos para bebés, mascotas, lácteos, fiambres, pastas frescas, tapas de empanadas y de tartas, congelados y bebidas. Los precios acordados están disponibles todos los días de la semana en las grandes cadenas de supermercados del AMBA y el Interior.

Carne

Se acordó la extensión de Cortes Cuidados, un acuerdo entre el Gobierno y grandes supermercados y la industria frigorífica. “Incluye siete cortes populares de carne vacuna a precios de referencia, por debajo de los de mercado, que se comercializan de lunes a viernes en más de mil bocas de expendio en todo el país”, describe el Gobierno.

Hasta el 7 de julio, los valores de los cortes son (por kilo): asado a 679 pesos, vacío a 815 pesos, matambre a 810 pesos, falda a 449 pesos, tapa de asado a 679 pesos, nalga a 859 pesos y paleta a 699 pesos. Los cortes tienen una pauta promedio de aumento del 2,8 por ciento para el primer mes. Deberían estar disponibles en Jumbo, Coto, Vea, Disco, Carrefour, Walmart, La Anónima, Dia, Changomas, Vital, Makro y carnicerías adheridas.

Cercanía

“Se venía observando una brecha de precios creciente entre los grandes supermercados y el canal tradicional. El diferencial normal es del 50 por ciento y se llegó al ciento por ciento. De hecho, se calcula que las ventas en cercanía cayeron 5,6 por ciento en febrero”, explican en Comercio. Ese margen se explica por el acceso de los grandes supermercados a los precios del acuerdo con las alimenticias. En cambio, los comercios de cercanía, por fuera del convenio, enfrentan precios más altos. En el último tiempo, el peso de las ventas de los productos de Precios Cuidados sobre la facturación total de los supermercados pasó del escalón del 10 al 20 por ciento.

Con ese diagnóstico, el Gobierno lanza la canasta de cercanía, que involucra acuerdos con las alimenticias y con los mayoristas. En varias oportunidades se trató de incluir a almacenes y súper chinos en los acuerdos de precios, hasta ahora sin demasiado éxito. La “canasta complementaria de productos esenciales para comercios de proximidad consiste en 60 artículos de consumo masivo que se comercializarán en negocios de cercanía de todo el país a partir del lunes 11 de abril”, informó Comercio.

Frutas y verduras

Una novedad es la canasta de frutas, verduras y hortalizas. Los productos se renovarán de forma mensual de acuerdo a la estacionalidad. Para abril, los productos y precios seleccionados (por kilo) son papa negra a 49 pesos, cebolla a 69 pesos, tomate redondo a 199 pesos, lechuga criolla o capuchina a 160 pesos y manzana royal gala a 180 pesos. “La intención de la canasta es orientar el establecimiento de precios de referencia en productos de alta volatilidad”, dice el Gobierno. El acuerdo por ahora se limita a los supermercados Dia, Walmart, Changomás, Jumbo, Vea, Disco, Coto, Carrefour y Makro del AMBA.

Pan

Feletti acordó con los panaderos un precio de entre 220 a 270 pesos el kilo de pan en función de que ellos puedan acceder a la bolsa de harina a 1200 pesos, lo cual también está atado a la tonelada de trigo a 25 mil pesos. Los molinos podrán acceder al cereal a esos valores gracias a que el Estado pagará la diferencia frente a los 31 mil pesos que cotiza el trigo. El financiamiento que suma un total de 350 millones de dólares provendrá de la suba de dos puntos en las retenciones a la harina y el aceite de soja.

La mecánica de implementación del acuerdo, sin embargo, no es sencilla, porque se requiere el control sobre las compras y ventas de los molinos y de las panaderías, para evitar stockeo a precios subsidiados y asegurarse que los valores acordados se respeten en todos los eslabones. Por otro lado, la participación del programa requiere la formalización de la actividad, un problema que está presente en el sector panadero pero también entre los molinos harineros. “Con todo, la implementación completa del programa va a tardar unos 40 días”, dicen en Comercio.

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