Un alto nivel de insomnio se impone hoy en los hogares lésbicos, trans, travestis, bisexuales. Mate y termo bajo el brazo, café bien oscuro y “No cabecearás”. Víspera de las marchas Ni Una Menos que se desarrollarán en diferentes ciudades del país. La tercera edición. Siempre quedan cosas que hacer a último momento. Ir a buscar a la gráfica los últimos volantes, terminar de abrochar los fanzines, recolectar más placas radiográficas para estencils, esperar que se sequen las banderas nuevas, ensayar la música y los rapeos. Armar la lista de contactos por si alguna compañera cae detenida, nuevo ítem a completar antes de las marchas. Lejos de intimidar, la razzia de la pizzería post marcha 8 de marzo reforzó el sentido de manada de un colectivo que crece. Y fermenta con el cuerpo de la buena cebada. Espesa, potente.

Coordenadas en marcha

Detrás del rosa destellante de la bandera del Ni Una Menos, marcharán familiares de víctimas de violencia y organizaciones que acompañan. A continuación, las banderas verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Y encabezando el bloque de organizaciones de mujeres, marchará en primer lugar la Asamblea Lésbica Permanente. A continuación, Bisexuales Feministas. Lo decidió la suerte, vía sorteo, en la reunión del viernes pasado. Un lugar de alta exposición para un colectivo acostumbrado a pelear en una relación de fuerzas muy desfavorable, cuando lo hace dentro del movimiento de mujeres. Aunque no siempre es desfavorable esa relación. Desequilibrarla a favor requiere trabajo y la decisión de intervenir en ese movimiento. No todas las lesbianas están de acuerdo con participar ahí, ya que lo consideran un retroceso. Otras, en cambio, consideran que la posibilidad de fugarse de la heterosexualidad está abierta para todas las mujeres.

El reclamo contra las violencias machistas no solo se dirige, en las manifestaciones del Ni Una Menos, contra “el macho individual” que ataca sino principalmente contra la violencia institucional. Violencia presente de esquina a esquina, en el caso Higui. Si el Estado captura y criminaliza a una lesbiana, nos está capturando y criminalizando a cada una de nosotras y nosotrxs (la x incluye a lxs transbianxs). Higui se defendió del macho que quiso violarla al grito de “te voy a hacer sentir mujer, forra, lesbiana”, y del grupo de amigos del violador, que intentaron asesinarla sobre el piso, a patadas. El Estado no quiso creerle. Higui mató en legítima defensa. Pero para ella no hay legítima defensa porque es lesbiana, machona y pobre. Allí estará entonces la bandera verde clara, de vereda a vereda, con la imagen de Higui jugando al fútbol. Contra los disciplinamientos y abusos correctivos. La Asamblea Lésbica Permanente se concentrará en Rivadavia y Rodríguez Peña, a las 16. Y La Fulana, a la misma hora, en Callao y Rivadavia, frente al Congreso.

Además de la marea que marcha, el Ni Una Menos habilitará talleres. El de existencia lésbica se realizará de 12 a 15, sobre la avenida Callao. Además habrá actividades artísticas para visibilizar la identidad lesbiana y el reclamo de libertad para Higui.

Tallando en el taller

Los talleres son una forma histórica de organización feminista horizontal, donde circula la palabra sin jerarquías. A veces son espacios de trabajo, otras veces de discusión, para difundir ideas, y muchas veces lugares donde se ponen en común historias de vida, experiencias. El taller de existencia lésbica en la avenida Callao será de tipo vivencial.

La organización feminista en talleres se difundió en todo el país a través del Encuentro Nacional de Mujeres, espacio donde las mujeres se reúnen a compartir sus problemáticas sin intervención de varones, cada año en una provincia diferente. Se realiza desde 1986.

Mientras en distintas ciudadades de Argentina se organizan las convocatorias del 3 de junio bajo la consigna “Ni Una Menos. Vivas y libres nos queremos”, en la ciudad de Resistencia se llevan a cabo simultáneamente las reuniones de organización del próximo Encuentro Nacional de Mujeres (que se realizará del 14 al 16 de octubre). La organización implica grandes esfuerzos, por eso los preparativos comienzan con un año de antelación. En las reuniones de Comisión Organizadora del Encuentro, se discute la redacción del programa de talleres y las actividades para reunir fondos.

Las lesbianas y trans de Resistencia también están, en este momento, en los últimos preparativos para la marcha del Ni Una Menos. Como sus compañeras porteñas, reclamarán con un gran cartel la libertad para Higui. Pero a diferencia de aquellas, lo que les quita el sueño a las chaqueñas no es la marcha de mañana, sino los dolores de cabeza que les está trayendo la organización del Encuentro Nacional de Mujeres. Lesbianas y trans son un movimiento contrahegemónico, no buscan conducir el Encuentro (que por otra parte, no se gestó para que algún grupo en particular conduzca, sino bajo la consigna de la horizontalidad). Y aun así, a cuatro meses del Encuentro, se enfrentan a sectores ultra conservadores que buscan hegemonizar y empujar a la banquina a la disidencia sexual. En las últimas plenarias de organización tuvieron que soportar ninguneos e insultos. Y que intentaran pegarle entre varias a una lesbiana. Decenas de miles de mujeres, lesbianas y trans ya están preparando el viaje de octubre a Resistencia, a pesar de las provocaciones conservadoras.

Aportes lésbicos y trans al movimiento de mujeres

El Encuentro Nacional de Mujeres de Chaco y sus talleres no parten de la nada. Hay una historia detrás, construida con esfuerzo por mujeres cisgénero, y también por lesbianas, mujeres trans y travestis que deciden seguir trabajando dentro del movimiento de mujeres, desde el feminismo.

El primer taller autoconvocado de lesbianismo en un Encuentro Nacional de Mujeres tiene lugar en Córdoba 1987 (2º Encuentro). En Mendoza 1989 (4º Encuentro) el taller de lesbianismo se oficializa en el programa. Aquel taller reunió a decenas de mujeres, que pudieron hablar libremente de placer, elección de la sexualidad, orgasmo y masturbación.

El término “transexualidad” aparece por primera vez en el programa de Mar del Plata 2005 (20ª Encuentro), en el taller de Mujer y sexualidad. Ese año Amanda Rosenfeld, mujer trans lesbiana, militante de La Fulana, es la encargada de leer oficialmente las conclusiones del taller Mujer e identidad. (Fuente: “Mujeres que se encuentran. Una recuperación histórica de los Encuentros Nacionales de Mujeres en Argentina (1986-2005)”, de Amanda Alma y Paula Lorenzo).

El término queer tampoco es ajeno a los programas del Encuentro Nacional de Mujeres. Aparece por primera vez en San Juan 2013 (28º Encuentro). Dentro del taller de activismo lésbico.

El taller de activismo lésbico se realiza en los Encuentros, separado del taller de lesbianismo. Con el crecimiento de la organización política de las lesbianas, se entiende que es necesario habilitar espacios donde se discutan estrategias políticas y organizativas, aparte de los espacios donde se acercan por primera vez lesbianas “nuevas”, mujeres que quieren conversar sobre temas vivenciales o abrirse hacia una nueva perspectiva respecto de la sexualidad. Por eso ya no se concibe reducir esos espacios a uno solo, bajo el rótulo de “Mujer y lesbianismo”. La reacción medieval dentro de las organizadoras de Chaco, pretende reducir el número de talleres y borrar el de activismo lésbico. Borrarlo equivaldría a suprimir los talleres de militantes feministas, políticas, sindicales y de movimientos sociales.

En tanto, el taller de Mujeres trans también aparece por primera vez en el programa de San Juan 2013. Incluye a transgénero, transexuales y travestis. Allí se debatió sobre hormonización, necesidad de contar con consultorios amigables y lucha contra los códigos contravencionales en las provincias. Las conclusiones se asentaron en las actas del Encuentro.

Lucha interna. Claves para una resistencia            

“Callate, tortillera”. Así están las cosas en Resistencia.

La comisión de Cultura del Encuentro propuso un Festival Queer para recaudar fondos. Para qué. Se las quisieron comer crudas.

En la reunión del 20 de mayo, a Sofía Victoria Díaz la trataron varias veces en masculino. “Bajá el cartel”, le gritaban. El cartel que llevaba Sofía tenía escrito el lema de la convocatoria: “El Encuentro somos todas”. Gritos cada vez más fuertes. Golpes sobre las mesas del comedor estudiantil de la Universidad Nacional del Nordeste, donde se llevaba a cabo la reunión.

Sofía Díaz intenta ser escuchada: “No soy él, soy ella”. Fue inútil.

Otra militante trans, Jackeline Romero, intenta explicar que existe la Ley de Identidad de Género. Ni modo. La respuesta de las anti trans era: “Yo pienso distinto y me tenés que respetar”. Así las cosas

A pesar del desborde, se seguía discutiendo sobre el auspicio al Festival Queer. Una minoría grita “No” y eso se toma como si fuera consenso de la mayoría. Intentan pegarle a la activista lesbiana Nuria Benítez. Una mujer le grita: “Callate, yo conozco gente así como vos. En mi familia hay una tortillera”.

Nuria Benítez (36, militante de Horda de Lesbianas y de Marcha de las Putas, e integrante de la comisión organizadora del Encuentro) describe la situación: “Vinieron a pegarme entre varias. Mi compañera Mimicha me empujó, para que el golpe no me alcanzara. Si no me sacaban mis compañeras de la subcomisión de Cultura, esas mujeres me linchaban. Después alegaron que yo le quise pegar a una mujer que lidera una agrupación. No fue así. Están digitadas para actuar así. Son grupos de choque y están acostumbradas a pelear con varones”.

Cuarto intermedio. El Festival Queer se hace igual el sábado pasado, sin el auspicio de la Comisión Organizadora. Actuaron Susy Shock y la banda Bife. Viajaron a Resistencia, a hacer el aguante, delegaciones de la Asamblea Lésbica Permanente de Buenos Aires, Socorristas de Corrientes y Socorristas lesbianas de Posadas. Chaqueñas y correntinas vienen militando juntas desde hace tiempo.

En realidad no hay nada nuevo en hacer una actividad por fuera de la Comisión Organizadora del Encuentro. Ocurre como en los primeros talleres autoconvocados del Encuentro. Pasó con los talleres de lesbianismo y de mujeres trans. Con el tiempo, las mujeres conservadoras tuvieron que aceptarlos en el programa oficial del Encuentro.

Después del festival, hubo una nueva reunión general en Resistencia. Las conservadoras insistían en discriminar a las mujeres trans y a las lesbianas.

“Tienen que entenderme porque soy una mujer grande. Si no me entienden, las maleducadas son ustedes”. Una mujer de otra fuerza política hace la segunda voz: “Sí, sí, ustedes (las trans y lesbianas) son unas maleducadas cerradas de mente”.

Pero en la reunión se produjeron quiebres en el frente conservador. Militantes jóvenes de agrupaciones partidarias y universitarias se acercan individualmente a las organizadoras del Festival Queer y reconocen el “comportamiento atrasado y discriminatorio” de sus compañeras mayores. Avanza la resistencia trans y tortillera. 

De a poco. Pero con fuerza

Entretanto, los ecos de la batalla por la existencia de las lesbianas y trans chaqueñas llegaron a Buenos Aires el 26 de mayo. En el taller de “redacción de documento” de la asamblea del Ni Una Menos en Buenos Aires, se informa sobre los hechos acaecidos en Resistencia. Aplausos en apoyo a la mujer trans y a la lesbiana que padecieron estos disciplinamientos correctivos y a la lucha dentro de la Comisión Organizadora, para terminar con estas discriminaciones. Aplausos en apoyo al Festival Queer. Las lesbianas, trans y travestis de Resistencia, Corrientes, Posadas y Buenos Aires marcharán abrazadas, a pesar de los kilómetros de carretera que las separan.

Cae la tarde. En todo el país se terminan de secar las banderas recién pintadas. Mañana una nueva marea de jóvenes se sumará, este 3 de junio, a su primera marcha feminista.