En nuestro país diferentes instituciones gubernamentales, educativas, bancarias y universidades ya incorporaron guías de lenguaje no sexista en sus ámbitos laborales sacando de este dispositivo el masculino como norma general.

En La Rioja, fue presentado un proyecto de ley para que se incorpore en el reglamento interno de la Cámara de Diputados de la provincia de La Rioja el lenguaje no sexista. Los fundamentos de la iniciativa legislativa del Bloque del PJ y a la que tuvo acceso La Rioja 12, expresa que la provincia “está íntimamente comprometida con la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, su empoderamiento político y su autonomía económica, combatiendo todo tipo de violencia contra ellas y promoviendo su participación en aquellos lugares significativos de toma de decisión en paridad con los varones”; y que “El Estado Argentino es parte de los principales Tratados Internacionales de Derechos Humanos en particular la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belem do Pará)”.

 
Por ello considera importante poder modificar el uso del lenguaje porque “a lo largo de los 196 artículos que conforman el reglamente interno se encuentran incontables menciones al género masculino sin considerar que la Cámara está integrada también por mujeres que se desempeñan en distintos roles y funciones en igualdad de condiciones e idéntica responsabilidad y protagonismo”. El proyecto de ley que tiene solo dos artículos será tratado en comisión en las próximas semanas.

Este diario consultó a militantes feministas sobre la importancia de poner en discusión y reflexión en términos de los derechos humanos y de la identidad de género.

La diputada Lourdes Ortiz, integrante del Bloque Justicialista y de la Comisión de Género, comentó que “ya se viene trabajando sobre este proyecto en el marco de todas las políticas gubernamentales y transversales que también postulan al lenguaje como un punto de debate y de construcción”. “El lenguaje, como creador de sentido, tiene que empezar a incluir a todos, todas y todes con la posibilidad del hacer uso de estos recursos que ya tenemos dispuesto en nuestro vocabulario”, expresó en charla con La Rioja/12.

Leila Torres, doctora en Comunicación, y feminista sostiene que el debate sobre el lenguaje no sexista “debe permitir pensar sobre la trama cultural sobre las cuales se van tejiendo los sentidos sociales y los discursos que se presentan como hegemónicos y en este punto, parte de los nodos en disputa, que llevan adelante feminismos y disidencias con el lenguaje como un dispositivo que, entre las funciones que tiene, regula las relaciones entre las personas”. La docente consideró que “las palabras pueden calmarnos, generar dolor, dificultades y hay que tener en cuenta y gracias a esta posibilidad de debate cual es poder de las palabras”.

“Las estrategias lingüísticas van a permitirnos pensar que tipo de institución está enunciando, a quien visibiliza y a quien invisibiliza. Esta problematización del sexismo que existe hacia la mujer y las diversidades no solo hay que pensarlas en las normas y lo que va a quedar posicionado como norma sino para que podamos aprovechar ciertas instancias y momentos históricos para convertir, transformar la circulación y la producción del conocimiento, información y datos. Es una cuestión epistemológica sobre cómo podemos proponer un nuevo tipo de lenguaje, libre sexismo”, opinó.

Romina Ruarte, directora de Capacitación de la Secretaría de la Mujer y Diversidad militante feminista y del colectivo LGBT afirma que el lenguaje “tiene la impronta de la transformación en nuestro mundo”. “El poder de llamarnos o nombrarnos de una forma determinada es poder sentirnos representadas y parte de una sociedad. El lenguaje sexista se manifiesta de diferentes formas, no de manera consciente y tiene consecuencias sociales negativas porque además de perpetuar la desigualdad entre personas crea una ambigüedad y una confusión en el mensaje que queremos transmitir”, afirma la profesora de música. Para Ruarte, “el uso del masculino genérico reproduce el androcentrismo y deja por fuera a las mujeres y las disidencias. Los varones son nombrados por el apellido, la profesión el lugar de origen en cambio las mujeres y las disidencias sexuales somos nombradas de otra manera”

Para Gabriel Funes Grimaux, integrante de Varones Trans y No Binaries y Familia de La Rioja el lenguaje “no es solamente importante porque lo que no se nombra y todo lo que eso vulnera en la vida cotidiana de las niñeces y adolescencias, de las mujeres y personas LGBT, es importante porque el lenguaje sigue siendo la excusa perfecta para que esas vulneraciones se sostengan en las reproducciones de convenciones desiguales, violentas, sexistas, que permanentemente se materializan en conductas”.

“Para quienes hemos tenido que aprender que eran los derechos humanos para poder defendernos de las convencionales vulneraciones de derechos habilitadas por el lenguaje, que llega sin problemas hasta la negación de nuestras existencias, comprendemos perfectamente la llave que este significa a la hora de defender nuestra dignidad de personas. Hoy en día existe aún la idea muy instalada por iglesias y estratos sociales antiderechos de que a través del lenguaje pueden, por ejemplo, no respetar ni el nombre ni los pronombres de una persona travesti, transexual o transgénero, porque la potestad sobre el uso del lenguaje y sus convenciones les habilitarían a ejercer impunemente la discriminación”, asegura y menciona entonces los crímenes por motivos de género que “empiezan en el uso del lenguaje que hacemos”. “Desentenderse o restarle trascendencia es irresponsable o malintencionado”, afirmó.