Se hace esperar el dictamen para modificar la ley de alquileres. Iba a ser esta semana y se estima que será la próxima. Si bien la explicación oficial de la demora es dejar participar a todos los actores para enriquecer el espíritu del dictamen y de la ley, se especula que es para ganar tiempo para terminar de definir si habrá cambios en los artículos que generan más controversia para el mercado o derogarlos para que el asunto se resuelva entre las partes. La Federación de Inquilinos insiste en que no se debe modificar sino que el verdadero problema es hacerla cumplir.

De acuerdo al cronograma inicial, para las primeras dos semanas de abril estaban convocadas tres reuniones informativas de inquilinos, inmobiliarias y propietarios. Para el 26 y 27 de este mes estaba previsto el debate entre los diputados para llegar a un dictamen. En efecto, participaron cientos de inquilinos, urbanistas, universidades, inmobiliarias y representantes del mercado en las primeras tres sesiones. 

Con el objetivo de cumplir con el calendario, habían quedado especialistas afuera de las reuniones informativas. Sin embargo, el viernes pasado se determinó que este martes siguieran las reuniones informativas y que el dictamen sería la semana que viene, "aunque si sigue habiendo mucho ruido quizás lo sigan posponiendo", explica un asesor de una de las diputadas de la comisión. 

En las reuniones informativas los representantes del mercado inmobiliario apuntaron contra dos artículos: insistieron en que se debe reducir el plazo de los contratos de tres a dos años, como era antes de la ley, y que el índice de ajuste anual se actualice de manera semestral. En tanto, los representantes de inquilinos se expresaron a favor del plazo de tres años y defendieron la ley vigente, haciendo foco en que hace falta mayor presencia estatal para hacerla cumplir. 

Dentro de las dos bancadas mayoritarias las posturas son distintas: mientras que Juntos por el Cambio apunta a derogar los dos artículos mencionados y que el asunto se resuelva entre las partes, desde el Frente de Todos se encuentran los diputados que responden a Massa, que en principio acuerdan con por lo menos modificar estos artículos, y los de la Cámpora. Este último grupo prefiere realizar modificaciones a la ley pero está incómodo de cara a lo que se plantea. 

"Lo que están intentando es que quede claro que hay intenciones de modificar la ley pero no saben cómo. Se está complicando cada vez más porque quedó muy expuesto que el pedido de modificación fue pura y llanamente del mercado inmobiliario", señala a PáginaI12 Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos Agrupados. 

De acuerdo al referente, casi no asistieron diputados a las reuniones informativas. Las sesiones sirvieron para bloquear el pedido de sesión de Mario Negri con el fin de derogar la ley, pero "el acuerdo está planteado desde antes, desde que Massa dijo públicamente en noviembre del año pasado que la ley fracasó", afirma Muñoz, e insiste en que la ley no es el problema, sino su incumplimiento. También cuestiona  que ningún funcionario haya participado de las reuniones informativas. 

El mercado

El 19 por ciento de los y las argentinas son inquilinas. La Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos con mayor porcentaje, ya que llega al 36. Sin embargo, se repite este fenómeno en otros aglomerados urbanos como Usuahia, donde el 40 por ciento alquila, Río Gallegos (28,2 por ciento), Bahía Blanca (26,3 por ciento), Neuquén (25,8 por ciento), Córdoba (25,5 por ciento) y La Plata (23,9 por ciento).

A principios de 2022 la Federación de Inquilinos Nacional publicó una encuesta a 2170 inquilinos e inquilinas del país a fin de aportar más información de un mercado desregulado y con fuentes de datos provenientes del sector privado.

Contratos informales sin factura y con aumentos cada seis meses en vez de un año, como lo dicta la ley, son algunos de los puntos que remarcaron. Además, la mayoría -91 por ciento- afirmó que el mercado no cumple la Ley de Alquileres y un 98 por ciento dijo que el Estado no la controla. La mayoría de los inquilinos de Capital Federal destina un 50 por ciento de su ingreso al alquiler, y sufrió entre 30 y 80 por ciento de aumentos en las renovaciones de contratos.

De acuerdo al último relevamiento de mercado del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), los precios de los alquileres de departamentos en la Ciudad de Buenos Aires tuvieron en abril aumentos de hasta 7,8 por ciento mensual y hasta 67,2 por ciento interanual frente a una inflación de 55 por ciento. De esta forma se necesitan 40.000 pesos para alquilar un monoambiente en capital,  48.500 pesos para un departamento de dos ambientes y 70.000 pesos para uno de tres.