Manchester City y Real Madrid le dieron forma a una extraordinaria semifinal de Champions League. Ganó el City 4-3. Pero fueron mucho mayores las distancias en el juego. El equipo de Guardiola superó ampliamente al de Carlo Ancelotti en concepto y manejo de la pelota. Pero no pudo concretar todas las situaciones que generó. 

De haberlo hecho, la llave ya habría quedado resuelta. Como no lo hizo (desperdició no menos de seis oportunidades netas), la serie ha quedado abierta. A tal extremo que en el desquite del próximo miércoles en el estadio Santiago Bernabeu, el Madrid pasará a la final con sólo ganar 2-0 o por dos goles de diferencia. Nada que no está al alcance de su historia y de su mística copera.

A los 93 segundos de partido, ya ganaba el City: Mahrez entró a gambetear de la punta derecha hacia al medio, sacó un preciso centro de zurda y De Bruyne, lanzándose hacia adelante, cabeceó a la red. Y a los 10 minutos, aumentó la diferencia tras otro centro del ucraniano Zinchenko desde la izquierda, y un gran control orientado del brasileño Gabriel Jesús que dejó parado a Alaba y definió con certeza. 

Mahrez y Foden tuvieron la posibilidad de liquidar el partido antes de los 20 minutos iniciales. Pero fallaron. En cambio, la primera llegada del Madrid fue su primer gol: Mendy cruzó la pelota al área inglesa y Benzema con un toque delicado, anotó el descuento. 

El trámite estaba apretado sólo en el marcador: en el juego, el toque seguro y la rotación del City casi sin posiciones fijas desde la mitad de la cancha en adelante, apabullaba a un Madrid que boqueaba en la cancha sin poder encontrar la pelota.

En el comienzo del segundo tiempo y en la misma jugada, Mahrez estrelló un tiro en el palo derecho y Carvajal salvó sobre la línea, el rebote que Foden había capturado. A los 7 minutos, el propio Foden se reivindicó marcando de cabeza el tercero de los ingleses tras un gran anticipo y un mejor centro de Fernandinho desde la derecha. 

Pero dos minutos más tarde, el brasileño Vinicius definió de gran manera una corrida de contrataque y repuso a Madrid en el partido. Aunque era el City el que seguía tocando y rotando.

Faltaba más aún. A los 28 minutos, hubo un foul a Zinchenko al borde del área, el árbitro rumano Istvan Kovacs hizo seguir y el portugués Bernardo Silva con un zurdazo puso el 4-2. 

Pero a los 37 minutos, un centro dio en la mano de Laporte, hubo penal y Karim Benzema convirtió picando su remate en un gesto de suficiencia y confianza. Recién ahí, después de haberse vaciado sobre el césped del Etihad Stadium, los dos equipos bajaron las revoluciones y se dieron por satisfechos. Todo se resolverá dentro de una semana en Madrid. Promete ser extraordinario ese partido. Tanto como lo fue este.