En Rosario concluyeron los Juegos Suramericanos 2022. Fueron la primera gran expresión multideportiva en Argentina luego de la pandemia, lo que les dio una trascendencia y emoción mayor. Como en toda ocasión en que compiten muchas disciplinas deportivas, hubo claroscuros en los resultados.

Actuaciones prometedoras junto a otras que estuvieron lejos de sus objetivos. Disciplinas que siguen produciendo resultados de excelencia, junto a otras que están en un alarmante retroceso. Las diferentes Federaciones y los organismos como la Secretaría de Deportes, el Enard y el Comité Olímpico (COA) deberían sacar sus conclusiones a través de sus áreas técnicas, a fines de afianzar logros y corregir definitivamente errores.

En este contexto, el reciente llamado del COA a la formulación de un Plan Estratégico hacia los Juegos Olímpicos de Brisbane 2032 cobra especial relevancia, dado que buena parte de los representantes argentinos en Rosario, tendrán en Brisbane edad y madurez competitiva para buena parte del programa olímpico. 

Ante todo se debe advertir que la estrategia en Juegos multideportivos es de confluencia hacia el objetivo principal, pero también absolutamente diferenciada en los caminos técnicos, lo contrario sería un absurdo. Así es que las características de cada deporte impulsarán programas en los que las necesidades serán diferentes en cuanto a infraestructura, desarrollo, detección y selección de talentos, ciclos de entrenamiento y competencia, y objetivos intermedios. 

El apoyo con recursos humanos técnicos y científicos para el seguimiento y control de los objetivos debe establecerse, y lo más importante, cumplirse. Para ello, los organismos que proveen y controlan deben tener la capacidad técnica suficiente, y en lo posible prescindir de los posibles conflictos internos federativos. 

Si bien a mucha gente, incluso del deporte, le costará entender que hay una conexión muy directa entre el resultado de Rosario y lo que sucederá en Brisbane dentro de una década, para ellos será bueno recordar que, ni aquí ni en el mundo, hay ni hubo éxitos duraderos sin un camino arduo y coherente, que modifique lo obsoleto y potencie lo virtuoso.

Lo contrario será acogerse a la tradicional improvisación y al brillo ocasional de algún talento, con los que nuestro deporte nos suele obsequiar.

* Ex Director Nacional de Deportes.