“El acontecimiento político cultural del año”. Así definen artistas, dirigentes y trabajadores de la cultura a la presentación, en la Cámara de Diputados de la Nación, del proyecto de una Ley Federal de las Culturas, que tendrá lugar hoy. Impulsada por el Frente de Artistas y Trabajadores de las Culturas (FAyTC), se trata de una iniciativa que, a falta de legislación nacional, propone definir a las culturas como “derechos humanos inalienables” y que insta al Estado a actuar como “el garante indelegable de tales derechos”. Radicalmente contrario en espíritu al de la Ley de Mecenazgo (propuesta cultural del macrismo, aun no tratada en el Congreso), el proyecto busca la “democratización y federalización” de la actividad cultural a través de dos consejos federales: uno de caracterer resolutivo, que decidiera qué “tipo de gobierno de la cultura” es mejor para cada provincia, y otro consultivo, que estaría integrado por representantes de trabajadores en general (a través de la CGT) y de la cultura en particular. Las decisiones que de ambos deriven estarán siempre en relación con la política del Ministerio de Cultura, organo de aplicación de la ley, que seguiría manteniendo sus facultades tradicionales.

Elaborado luego de un ejemplar recorrido democrático que consistió en casi 50 foros de debate participativos por todo el país, el  proyecto se presentó por primera vez en 2015 pero entonces no alcanzó a completar el recorrido parlamentario, por lo que ahora debe ser presentado otra vez. Para mantener ese espíritu de participación amplia, en la jornada de hoy –que está convocada a las 13 en la sala 2 del segundo piso del Anexo A de la Cámara Baja (Av. Rivadavia 1865)– los miembros del FAyTC entregarán una copia del anteproyecto a todos los legisladores, sin importar el bloque o signo político, a quienes invitarán a acompañar.

“Aspiramos a una presentación que cuente con la pluralidad legislativa ya que consideramos que una Ley Federal de las Culturas no solo es necesaria, sino deseable y posible”, contaron el escritor y docente Francisco “Tete” Romero, que es Director Académico del Instituto de Educación Superior de la Fundación Mempo Giardinelli, y el poeta Juano Villafañe, Director Artístico del Centro Cultural de la Cooperación, dos de los redactores del proyecto, que en esta nota con PáginaI12 anticipan sus alcances.

–¿Por qué es necesaria una ley que se ocupe de la federalización de la cultura? 

Juano Villafañe: –Cuando en mayo de 2014 se creó el Ministerio de Cultura empezamos a considerar que para acompañar ese cambio era necesario pensar en una ley que garantizara de alguna forma un gobierno nacional de la cultura que tuviera un alto grado de excelencia en su gestión y que a la vez sea un gobierno profundamente federal, democrático y participativo. No hay actualmente una legislación de esas características a nivel en la que estén implicados no solo los trabajadores y trabajadoras de la cultura sino todos los habitantes de la Argentina, ya que todos están vinculados a la producción o al consumo cultural.

Francisco Romero: –Además porque porque hoy los derechos culturales están siendo avasallados y, en consecuencia, debatir un proyecto cultural es debatir la clase de Nación que queremos y necesitamos ser. Tenemos un archipiélago de leyes específicas y algunas muy buenas, como las pensadas para el Teatro y las Artes Audiovisuales, pero no la definición y organicidad de un gobierno de las culturas participativo que por un lado ordene y por otro descentralice las políticas de las culturas en términos de reconocimiento y ampliación de los derechos. No es una ley de escritorio, sino de las múltiples voces que representan la pluralidad de pensamiento. 

–¿Por qué hablan de “culturas”, en plural?

F. R.: –Para descolonizar nuestro pensamiento y lenguaje, para no mirar a los otros desde una única tradición, para internalizar en serio la alteridad. Porque el concepto de cultura en plural permite identificar a la diversidad cultural, lingüística, étnica y de género como la urdimbre polifónica constitutiva de las sociedades en general y del cultivo de la identidad cultural de la Argentina en particular. Sólo a partir del reconocimiento de esta diversidad que nos constituye como nación es posible pensar en la plena vigencia de los derechos culturales de todos los habitantes de la Argentina. 

–Su proyecto de ley es radicalmente opuesto a la idea de Mecenazgo, que es la que propone el gobierno nacional para la cultura. Sin embargo, ustedes no lo descartan del todo, aunque con una reconceptualización. ¿Cuál sería?

J. V.: – Nosotros pensamos que una ley nacional no puede ser únicamente de mecenazgo, pero que si hay un Estado protagonista, como el que estamos proponiendo, sí se puede pensar en un mecenazgo de las empresas privadas que aporten a la infraestructura en la cultura, al mantenimiento de museos y teatros, a la construcción de centros de experimentación, a respaldar las grandes obras culturales básicas. Es decir, si la cultura va a ser el resultado solo del emprendimiento privado y solo destinada al comercio, no entendemos de lo que se trata la cultura, porque en estas condiciones pasa a ser un negocio exclusivo entre privados con dineros públicos. 

–El proyecto habla de “gobiernos de la cultura”. ¿A qué refiere?

J. V.: –Lo que se busca es establecer la existencia de un Consejo Federal de las Culturas, que existe de hecho, pero sin misiones y funciones establecidas por ley, que esté integrado por las autoridades culturales de todas las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Nosotros incorporamos también, en carácter de observador, a la CGT, por pedido expreso suyo, y además a un Consejo Cultural, un organismo consultivo, de carácter no vinculante, que represente a los colectivos y organizaciones nacionales de los artistas y trabajadores de la cultura.

–¿Qué expectativas tienen de que el Congreso trate el proyecto y lo apruebe?

J. V.: –Nosotros somos escritores, cineastas, técnicos, actores, músicos, gestores culturales que a la vez venimos de diversas tradiciones político-culturales y por eso esperamos que en el Congreso también se discuta desde las diversidades políticas y culturales que representan los diputados y senadores. Vamos a trabajar a nivel nacional como lo hicimos siempre para contar con una aprobación discutida por el Parlamento y consideramos que es un desafío para los diputados y senadores expresar como representantes esa diversidad cultural de la que hablábamos.