Luna Marianella Ortiz tenía 19 años. Salió el viernes por la tarde de su casa, en Benavídez, partido de Tigre. Iba a una zapatería, en el centro de la ciudad, donde buscaban empleada y ella quería empezar a trabajar. Era el cumpleaños de su mamá, así que le prometió que volvería en un rato. Pero nunca más regresó. El sábado por la tarde, varios móviles policiales fueron a buscar a sus padres. Los llevaron a la comisaría 4ª, donde el comisario Ceferino Hernández les dio la peor noticia: Luna estaba muerta. “Nos dijeron que había muerto de sobredosis, que se había encontrado con un hombre llamado Isaías Villarreal, y que él la alcoholizó y la llevó de casa en casa, inconsciente, para intercambiarla por droga”, contó ayer a PáginaI12 el papá, Facundo Ortiz. El fiscal Marcelo Fuenzalida, de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia de Género de Tigre, “nos dijo que hay cámaras de seguridad que registran que la está llevando inconsciente. ¿Y si vieron eso por qué no hicieron nada? ¿Para qué están las cámaras?”, dijo a este diario la mamá, Marisa Rodríguez. Hacía pocos  minutos que la familia recién había podido reconocer el cuerpo de su hija. En las 48 horas anteriores la Justicia le impidió la posibilidad de verlo: “Nos dijeron muchas mentiras. Que estaba en la morgue de San Fernando y buscándolo encontramos que una cochería lo había trasladado al cementerio de Benavídez. No sabemos qué pasó en estos dos días con el cuerpo de mi hija”, agregó la mamá.  

“Queremos que se haga justicia. Que se sepa la verdad. Que no se lo tome como un caso más de sobredosis”, pidió el papá.

En el caso interviene el fiscal Fuenzalida. Según le informaron a los padres, la causa está caratulada como “abandono de persona seguida de muerte y suministro de sustancias estupefacientes a título gratuito”, contó Ortiz, que tiene 40 años y es empleado en un correo privado. Su esposa, Marisa Rodríguez, de 37, es docente. Tienen otro hijo, de 9 años. La familia vive en el barrio Kanmar, de Benavídez. 

Luna se fue de su casa cerca de las 18.30 del viernes. Llevaba con ella una bolsa color gris, con manijas rojas con la imagen de un perrito con anteojos, que le había regalado una tía, donde metió una botella de plástico con agua, maquillajes y su DNI. Dijo que se iba a la zapatería Diez Puntos, ubicada en Alvear entre Jujuy y La Rioja, en Benavídez, por un aviso que buscaban empleada. Y no volvió más. A las 00.57, su mamá le mandó un mensaje por Whatsapp. La buscaron por el barrio. La respuesta llegó recién a las 3.00: “Acá estoy, estoy bien”, repitiendo el mensaje dos veces con puntos suspensivos. Fue la única conversación que tuvo con su familia. Aunque podría no haber respondido ella, sino otra persona que usó su teléfono. 

El sábado a eso de las 18 llegaron a la casa de Luna, tres móviles policiales. “Nos vino a buscar la policía y nos llevó a la comisaría 4ª, de Benavídez, donde nos mostraron una foto en blanco y negro de Luna, tipo fotocopia, donde parecía dormida y nos dijeron que había muerto por sobredosis”, contó el papá. Les mostraron las pertenencias de Luna entre las cuales había una botella pequeña de Coca Cola, bebida que ella no toma. Y no estaba la botella de plástico de agua que suele llevar a todos lados con ella, y que el día anterior había metido en su bolso. El comisario los dejó con un oficial, que “de favor” les informó que se había detenido a Isaías Villarreal y que esa persona en su declaración contó que a Luna la había conocido el viernes por redes sociales, que fueron a tomar algo pero no recuerda a dónde, que fueron al Casino de Tigre y luego de eso que ella quiso ir a una villa y él la acompañó. Villarreal tiene 27 años y vive a unas 15 cuadras de la casa de la adolescente. El fiscal les dijo que las cámaras de seguridad muestran a Luna en estado de inconsciencia junto a este hombre cerca del Casino de Tigre y de la villa La Garrote. “Pero no se la puede seguir viendo más porque las cámaras no funcionan. Te dicen que Tigre es el partido más seguro y resulta que las cámaras no andan. Las de los countries, sí, pero para los demás, no”, cuestionó el papá. “¿Y si ven a una chica que está siendo llevada inconsciente por un hombre y la policía no hace nada, para qué están las cámaras de seguridad?”, se preguntó su mamá, desgarrada de dolor.

De acuerdo con la versión que les dio el fiscal a la familia, Villarreal quedó detenido en la comisaría 4ª de Benavídez. También les dijo que habían encontrado el cuerpo de Luna en la casa de un familiar de Villarreal que avisó a la policía que la adolescente estaba muerta. Marisa Rodríguez, hermana de la mamá de Luna, contó que su sobrina estaba en tratamiento por adicción a las drogas en una iglesia evangélica a la que va la familia y en un centro municipal.