Una mujer contó ayer que la noche en la que secuestraron y asesinaron a Fidel Yazlle, el 11 de febrero de 1977, la Policía impedía que los y las habitantes de Coronel Juan Solá (o Morillo), en el Chaco salteño, saliera de sus casas. 

"Decían que había pasado algo y que no podíamos andar en la calle", recordó Nelly Silvia Russo al declarar en la continuidad del juicio oral y público que en el Tribunal Oral en lo Federal N° 1 de Salta se sigue contra los ex jefes policiales Mario Víctor Palermo y Andrés del Valle Soraire, acusados por el homicidio de Yazlle. 

Risso conocía a Yazlle porque además de que en el pueblo se conocían todos, porque todavía hoy es pequeño, ella había trabajado en su hospedaje y comedor hasta pocos días antes de aquel 11 de febrero. A pesar de que la mujer, que en 1977 tenía unos 20 años, insistió en que no sabía nada del hecho, la querella de la familia consideró importante este dato. "Prueba que hubo zona liberada", sostuvo el abogado Javier Sarmiento, que representa a la viuda de Yazlle, Teresa Francisca Toledo

Yazlle fue secuestrado de la puerta de su hospedaje, alrededor de las 20 del 11 de febrero de 1977, por al menos tres hombres que andaban en una camioneta. Fue baleado dentro de este vehículo y luego fue arrojado a las vías del tren, cerca de la estación Pluma de Pato, para que fuera arrollado. 

Por muchos años el hecho no fue investigado, hasta que la insistencia de Teresa Toledo le permitió identificar a uno de los integrantes del grupo de tareas Guardia del Monte, que tenía su base de operaciones en la zona de Metán, como uno de los hombres que anduvo preguntando por su marido poco antes de que fuera asesinado. Soraire era el jefe de la Guardia del Monte, y Palermo era jefe de Inspección de Zona de la Policía de Salta que comprendía a Morillo cuando se cometió el crimen. 

Por otro lado, por otros testimonios se supo de más vecinos y vecinas que fueron detenidos tras el asesinato de Yazlle. El testigo y la testiga que declararon ayer no supieron explicar cuál fue el motivo de esas detenciones y tampoco pudieron decir si hubo órdenes judiciales para ello, con lo que quedó flotando la idea de que esas detenciones cumplieron más bien el rol de amedrentamiento para que no se hablara de esa muerte. El testigo Bernardino Ponce lo dijo: "De la causa (de la muerte de Yazlle) no se hablaba en ese tiempo", respondió a una pregunta del querellante por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Gaston Casabella

Risso fue una de las detenidas tras el crimen. En su caso, dijo que convocada a declarar en la comisaría de Morillo y fue detenida, sin explicaciones. 

Ponce declaró después de ella. Por la época también andaba por los 20 años, y residía en la localidad de Aguaray, a más de 210 kilómetros de Morillo, pero visitaban este último pueblo porque su padre se dedicaba a la venta de animales y tenían una pieza en el fondo del hospedaje de Yazlle, donde paraban. 

Después de relatar que el día del crimen habían organizado un asado con Yazlle y otros conocidos, Ponce recordó que fue detenido al día siguiente. "Llegaron como a las 5 de la tarde a mi casa, me esposaron y me llevaron" a Orán, donde estuvo detenido "días", contó. 

Ponce fue parco; recién cuando el fiscal Juan Manuel Sivila insistió para que relatara esa circunstancia dijo, como al pasar, que también había sido detenido su padre, Lucio Ponce (fallecido), y que en Orán los pusieron en celdas diferentes. Pero recibió un buen trato y no conoce a Palermo, había dicho antes en respuesta a preguntas de Sarmiento. 

Ponce no recordó quiénes lo detuvieron, tampoco recordó quién lo interrogó en Orán, ni cómo fue su liberación, ni aclaró si fueron liberados al mismo tiempo con su padre.

"En la actualidad, ¿usted fue amenazado por ser testigo de esta causa?", le preguntó el abogado de la querella de la familia. "No", respondió el testigo, pero no hizo mayores aportes, incluso llegó a decir que no tuvo ninguna hipótesis sobre la muerte de Yazlle. 

La afirmación llamó la atención del fiscal, que lo interrogó con más detalle sobre la detención: "¿A usted lo acusaron por la muerte de Yazlle?", interrogó. El testigo lo negó. "¿Por qué lo detuvieron entonces?", insistió Sivila: Ponce dudó, supuso que para interrogarlo sobre el homicidio, aunque no es habitual que se detenga a un testigo. 

El debate continuará la semana próxima, con más testimonios.