El Ministerio de Salud de Chile decretó la alerta sanitaria luego de confirmar seis casos de viruela del mono en el país, la mayoría de ellos, en Santiago.

La titular de la cartera, Begoña Yarza, explicó que la declaración de la alerta sanitaria permite el reforzamiento del sistema de salud para prevenir, detectar y tratar nuevos contagios de esta enfermedad mediante el uso de más recursos económicos, más personal y mayor cantidad de herramientas.

A su vez, descartó el cierre de fronteras. “Esta medida es de alerta, pero no de alarma. Chile tiene un sistema sanitario que es capaz de advertir, diagnosticar, aislar y hacer seguimiento”, añadió.

El 17 de junio pasado, las autoridades corroboraron la detección en el país del primer caso de viruela del mono y, tras una semana, ya hay seis casos confirmados en el país, indicó el subsecretario de Salud Pública, Cristóbal Cuadrado.

Las autoridades anunciaron también que cada viernes se dará a conocer un informe epidemiológico del estado de avance del brote de la enfermedad en Chile.

Los casos de viruela del mono en Chile se suman a los más de 3.200 que ya se han detectado a nivel global, según informó el último jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Qué es la viruela del mono?

Es una enfermedad zoonótica muy poco frecuente cuyos síntomas son parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela, aunque menos graves. Los primeros casos humanos se identificaron en la República Democrática del Congo en 1970. El número de casos en países de África occidental y central aumentó durante la última década.

¿Cuáles son los síntomas de la viruela del mono?

Generalmente, las personas con esta enfermedad suelen presentar fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. El período de incubación suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21.

Unos días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla un exantema (una erupción en la piel rojiza), que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Suele producir una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en hasta 3 semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.

Las zonas más afectadas por la erupción cutánea suelen ser el rostro, en el 95% de los casos, y las palmas de las manos y las plantas de los pies, en el 75% de los contagiados.