Con el “fantasma del Capitolio” como telón de fondo, el arranque de la campaña política de cara a las elecciones de octubre en Brasil viene siendo complicado. Tras varios episodios violentos registrados en los últimos días, el comando de campaña del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva decidió reforzar la seguridad de un acto que realizará este sábado en el municipio de Diadama, en el estado de San Pablo.

Los organizadores contrataron cien agentes de seguridad para revisar los accesos al lugar con detectores de metal portátiles. Este viernes, el alcalde de Diadema, José de Filippi Júnior, se reunió con autoridades policiales y militares para organizar la seguridad del acto. "Siempre puede haber algún infiltrado”, declaró el funcionario.

También se prohibió el ingreso al lugar con mochilas, botellas y banderas con palos de madera, y se recomentó a los militantes que lleguen al lugar con dos horas de anticipación, ya que serán sometidos a revisión por parte de los agentes de seguridad.

El secretario general del PT, Paulo Teixeira, admitió que las medidas han sido reforzadas por los incidentes violentos de los últimos días. En declaraciones a Folha, Teixeira reiteró que los seguidores del presidente Jair Bolsonaro están nerviosos por el liderazgo de Lula en las encuestas. “Bolsonaro no tiene reglas ni límites”, señaló.

Los hechos violentos de los últimos días

Esta fue una semana complicada para la actividad política en Brasil. Este martes fue detenido el empresario Rodrigo Parreira, seguidor de Bolsonaro y dueño del dron que arrojó aguas residuales a seguidores de Lula en un acto de campaña en Minas Gerais, el 15 de junio.

El empresario, además, ya había sido condenado por robo y estafa, como también por la compra de armamento en forma irregular. Si bien no se han dado detalles de la situación judicial, se confirmó que el empresario se encuentra con prisión preventiva.

Por otra parte, este viernes la Policía de Brasil identificó y detuvo al responsable de arrojar dos bombas caseras durante un acto de Lula que se había llevado a cabo la noche anterior en Rio de Janeiro.

El hombre, de 55 años, fue imputado por el delito de explosión, por el que están previstas penas de tres a seis años de prisión, según detalló el portal brasileño G1.

El imputado arrojó dos bombas caseras al público reunido en la tradicional plaza de Cinelandia, en Río de Janeiro, antes de que Lula subiera al escenario. Testigos afirmaron que las botellas con un líquido que olía a heces explotaron al tocar el suelo. Medios locales aseguraron que no se registraron heridos.

Se trataba del primer acto del exmandatario en una plaza pública desde que lanzó su candidatura. Minutos después del ataque, el exmandatario subió al escenario con chaleco antibalas y, aunque no hizo mención al episodio, sí habló sobre la lucha contra la violencia en la ciudad.

También el jueves, pero en Brasilia, el juez federal Renato Borelli, que en junio envió a prisión al exministro bolsonarista Milton Ribeiro, fue víctima de un ataque. El auto del magistrado fue atacado con heces de animales, huevos y tierra mientras se dirigía desde su casa al trabajo. Borelli vio afectada la movilidad porque el material fue arrojado en el parabrisas, pero logró estacionar en un lugar seguro, informan los medios brasileños.

Otro incidente llamativo de esta semana está relacionado con medios de comunicación. La Polícia Civil de San Pablo inició este viernes 8 una investigación tras un incidente registrado en la noche del miércoles en la redacción del diario Folha, ubicada en la región central de esa ciudad.

Al cierre de la edición de ese día, un proyectil perforó la ventana del local. Los periodistas que estaban en la redacción escucharon el estampido pero ninguno resultó herido.

Funcionarios policiales concurrieron al lugar y hallaron el proyectil de un arma de cartucho en las inmediaciones del lugar. Todavía no hay ningún indicio sobre cuáles pueden ser las motivaciones del ataque.

La Secretaria de Comunicación del gobierno de San Pablo emitió un comunicado en el que considera “inaceptable” cualquier tipo de “ataque o intimidación contra los periodistas, los medios de comunicación y la libertad de prensa”.

La preocupación por Lula y la "desesperación" de Bolsonaro

La seguridad del exmandatario ha estado en el foco de los miembros de su partido desde hace algunos meses. El jefe de la oposición en el Senado, Randolfe Rodrigues, del partido ecologista Rede, aseguró el 27 de junio que Bolsonaro "clama" por un atentado contra la vida de su principal adversario en las elecciones de octubre, y del candidato a vicepresidente, el exgobernador Geraldo Alckmin.

"Bolsonaro llama a atentar contra la vida de Lula y Alckmin. Articula, sabotea y crea las condiciones para ello. Tampoco se puede esperar otra cosa de alguien que fue responsable de la muerte de más de 600.000 brasileños durante la pandemia de coronavirus en el país", declaró al portal de noticias UOL el parlamentario, uno de los coordinadores de la precampaña presidencial de Lula.

En esa línea, el economista Aloizio Mercadante, exministro durante el gobierno de Dilma Rousseff y hombre fuerte del partido, aseguró en una entrevista con EFE que los actos violentos en contra Lula se deben a la "desesperación" de la extrema derecha liderada por Bolsonaro.