El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, canceló alegando problemas de agenda un encuentro con la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) y una cena con empresarios, eventos organizados para el 11 de agosto, en una decisión atribuida por medios a que en la misma fecha y cerca del lugar están convocadas actividades en defensa de la democracia de cara a las presidenciales del 2 de octubre.

Para el 11 de agosto está convocado un acto público en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Pablo en el que se leerá el manifiesto por la democracia de esa institución, que cuenta con más de 700.000 firmas, y el de la Fiesp. 

Además, el movimiento Fora Bolsonaro contra el gobierno del presidente llamó a una manifestación estudiantil durante la misma jornada, en la que se conmemora el Día del Estudiante en el país. La diputada opositora por San Pablo Sâmia Bomfim convocó: “el pueblo brasileño dará una respuesta contundente al golpe bolsonarista en las calles y en las urnas”, y agregó que “el 11 de agosto estaremos junto a los estudiantes en las movilizaciones”.

Asesores presidenciales que pidieron no ser identificados públicamente señalaron al portal G1 que Bolsonaro quiere evitar que la Fiesp le pida que firme el manifiesto por la democracia, tal como ya hicieron los candidatos presidenciales Felipe D'Ávila, Ciro Gomes y Simone Tebet. El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien lidera las encuestas de intención de voto, visitará la Fiesp el martes y se espera que firme el documento. Las mismas fuentes señalan también que algunos empresarios habían pedido que no se realizara la cena para no ser vistos como simpatizantes bolsonaristas.

Los manifiestos por la democracia llaman a defender al sistema electoral brasilero. Si bien Bolsonaro no es mencionado, el mandatario ha asegurado de forma reiterada, sin presentar pruebas, que el sistema es “completamente vulnerable” y habilita el fraude.

La carta de la Fiesp será presentada el 11 de agosto y contará con la firma únicamente de entidades, mientras el texto de la USP ha sido firmado por cientos de personalidades públicas, artistas, juristas, empresarios y políticos, entre otros. La fecha fue elegida porque el 11 de agosto de 1977, durante la dictadura, se leyó en la misma sede la "Carta a los brasileños", firmada por 3.000 profesores, juristas e intelectuales, que declaraba ilegal cualquier poder basado en la fuerza y reclamaba el regreso a la democracia. 

Críticas de Bolsonaro

El presidente ha rechazado estos manifiestos asegurando que quienes los firman son "caraduras" y que él "lucha" por la "libertad" y la "verdad". Este miércoles, en un encuentro con legisladores afines, calificó de antidemocráticas las medidas adoptadas por gobernadores durante la pandemia de covid-19 y reclamó que en ese entonces "nadie decía la palabra democracia". “Vimos en la pandemia la arbitrariedad cometida por algunos jefes ejecutivos en todo Brasil. Les quitaron el derecho de ir y venir, arrestaron mujeres e hicieron barbaridades, nadie decía la palabra democracia. Respetuosamente, fui en contra de todo eso”, declaró.

La semana pasada, consultado por la iniciativa de la Fiesp, Bolsonaro dijo que se trata de una carta “política”. "Hay una nota de algunos empresarios, algunos banqueros, algunos artistas, a favor de la democracia. ¿Quién está en contra de la democracia en Brasil? ¿En tres años y medio (de gobierno) qué acto mío contra la democracia hubo?", preguntó en su transmisión semanal en redes sociales.

Carta por la Democracia de la Facultad de San Pablo 

La carta de la USP, que tiene más de 700.000 firmas, señala que Brasil atraviesa un "momento de inmenso peligro para la normalidad democrática" debido a los "ataques sin fundamento que no van acompañados de pruebas, cuestionan la imparcialidad del proceso electoral y el estado de derecho".

“Recientemente hemos sido testigos de diatribas autoritarias que han puesto en peligro la democracia estadounidense secular. Allí, los intentos de desestabilizar la democracia y la confianza de la gente en la limpieza de las elecciones no tuvieron éxito, ni lo tendrán aquí”, continua el texto.

Finalmente, el documento manifiesta que “en el Brasil de hoy ya no hay lugar para retrocesos autoritarios” y que “la dictadura y la tortura pertenecen al pasado”. “En vigilia cívica contra los intentos de ruptura, gritamos al unísono: Estado Democrático de Derecho Siempre”.