Sus pelos rubios se hacían notar en el barrio Lago del Bosque, de Merlo, uno de los más olvidados del conurbano. Los dos jóvenes, un chico y una chica, llamaron la atención en la mañana del martes, cuando entraron a la salita del barrio, pegada a la sociedad de fomento. “Les traemos información”, anunciaron a las profesionales que los recibieron. Y sacaron de sus mochilas un feto de yeso rosado, pequeños, que cabía en la palma de sus manos, y algunos folletos con supuestos datos científicos sobre la vida del embrión humano en las primeras semanas de gestación. “Estamos a favor del derecho a decidir de las mujeres”, le aclaró una de las trabajadoras sociales de la salita. Pero insistieron en dejar el feto y los cuadernillos que repartían. Casualidad o no, Merlo es el municipio que encabeza el intendente peronista Gustavo Menéndez, impulsor del “pacto de San Antonio de Padua”, que promueve el papa Francisco, y que fue suscripto por jefes comunales y gobernadores y gobernadoras peronistas y del FpV. Basado en la encíclica papal Laudato si’, incluye pronunciamientos generales contra la pobreza y el hambre, pero además una cláusula contra el aborto. “Proteger a la familia como célula básica de la sociedad y la vida humana desde la concepción”, afirma el punto cinco.

El material que dejaron en la salita de Merlo pone el foco en considerar al producto de la gestación como un ser humano, para cuestionar así, incluso, los abortos permitidos en el país. El mensaje es claro: convertir un aborto en un asesinato, para amedrentar a cualquier mujer que enfrente la decisión. Y también asustar con falsa información en relación al riesgo de esa práctica. “No se sabe por ejemplo, cuántas madres mueren por aborto, simplemente porque la gran mayoría de las madres que mueren por aborto, no mueren directamente en la mesa de aborto, sino tiempo después en algún otro lugar, y en estos casos  no son registrados como muertes por causa de un aborto, y ni el periódico ni las personas conocidas se enteran que fue por aborto”, dice un folleto.

Se trata de una campaña que fogonea Mariana Rodríguez Varela, hija del ex ministro de Justicia de la última dictadura cívico-militar y abogado de Videla, Alberto Rodríguez Varela. La mujer se hizo famosa cuando se viralizó un video grabado con el celular donde insta a la gente a colgar un “bebito” del balcón. Los “bebitos”, en realidad, son imágenes de fetos de pocas semanas de gestación. Desde hace meses, además, Mariana Rodríguez Varela promueve que se saquen fotos con un posters con fotografías de fetos y la leyenda “Tengo 8 semanas, estoy creciendo, quiero nacer” o “tengo seis semanas, quiero nacer”, que va subiendo a sus páginas de Facebook. Se la ve a ella también con una caja llena de fetitos de yeso. En el encuentro del miércoles en la Academia de Medicina, se ocupó no solo de filmar las exposiciones de los disertantes, sino además, de fotografiar al “bebito”, con el imponente salón de la biblioteca como fondo.

Las imágenes del feto empezaron a verse también en la vía pública. Hay gigantografías en la autopista Panamericana, en el norte del conurbano, pero también en el oeste, como la que hay en la intersección de Vergara y la colectora, en Morón. Depende del ángulo que se observe, puede verse a la modelo Nicole Neumann en una publicidad de una cadena de depilación, con sus piernas sensualmente bien abiertas, vestida con ropa interior y sentada en el piso, y justo debajo la gigantografía del feto, con el texto “tengo 6 semanas, tengo derecho a vivir”. El collage de fotos callejero hace pensar que la modelo acaba de abortar.