El mundo tiene una nueva oportunidad. No voy a decir que es una gran oportunidad, pero es una oportunidad, no menor. 

Mejor dicho, la humanidad tiene esa nueva oportunidad en la posibilidad de que se liberen las patentes de las vacunas de los laboratorios. 

Es una nueva posibilidad para mirar la vida de otra manera. Por supuesto, para mejorarla. Y que la vida empiece a tener gusto a dignidad. 

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El motivo por el cual el presidente de los Estados Unidos propuso liberar las patentes, la desconocemos. Sin duda que lo que no podemos negar es que la batalla geopolítica que se generó o se reavivó a partir de la pandemia y de las posibles vacunas, sin duda  está dentro de este manojo de argumentos que lo llevó a tomar esta decisión. 

La Sputnik venció la avanzada y la persecución de los laboratorios y sobre todo de los laboratorios norteamericanos. Además pudo resistir a una embestida mundial en contra de su vacuna, igual que lo hizo la vacuna china. 

Ese triunfo geopolítico que significó la pugna para Rusia fue parte, sin duda, de los motivos por lo cual Joe Biden anunció lo que anunció.

Seguramente esta coyuntura geopolítica le hizo a los Estados Unidos repensar su estrategia. Hubiese sido muy interesante que el actual presidente norteamericano anunciara que liberaba las vacunas que tienen almacenadas por si acaso, mientras el mundo se desespera por una vacuna.

A decir verdad, los primeros que pidieron liberar las patentes fue la India. Se elevó también el pedido desde Sudáfrica y lo hizo realidad Rusia y  China. Rusia le permite a la Argentina que fabrique la Sputnik y China avanzó en el acuerdo con la sino también en la Argentina. 

Fueron estos países los que impulsaron desde hace meses que se liberen las patentes. Ahora bien, lo que pasa es que un mundo, un continente mayoritariamente colonizado culturalmente, le da valor a algunos hechos, según quienes anuncien estos hechos.

Ahora que Biden habló de liberar las patentes, el mundo habla de liberar las patentes. Bueno, no deja de ser importante, no deja de ser un dato que puede generar otras posibilidades. 

Lo más interesante es que, como nunca antes, queda frente a frente la política, frente al poder económico real. Esta es la verdadera disputa que importa: la política que hoy sintetiza la defensa de la vida. La política a través de los políticos que piden liberar las patentes frente a los laboratorios que defienden el negocio y que se niegan. 

¿Quién va a ganar esta pulseada? Hay en plena pandemia quedó evidenciado que la lucha es entre la vida y el negocio. Me pregunto si podremos ganarle alguna vez, al menos esta vez.  No sólo lo estaríamos ganando la batalla contra el coronavirus, estaríamos ganando la batalla contra un egoísmo demencial que también mata.