Los perversos se hacen fuertes en nuestro silencio, ya lo entendimos. Pero eso se terminó, ya no nos callamos, todo lo contrario. La marea verde, la sororidad a flor de piel, y esta certeza de que no queremos más el lugar de víctimas, son razones que empujan cada marcha, cada denuncia, cada testimonio y cada grito.

Por eso esta noche comenzamos el programa gritando fuerte, denunciando y señalando. Un abusador anda suelto, vestido con ambo de médico y atendiendo pacientes en un hospital porteño, y esto sucede gracias a que esa red oscura y silenciosa de machos violentos que lo sigue sosteniendo. Se excusan en burocracias y grises legales, pero son cómplices y es hora de que se asuman.

Para el abusador, sólo cambió el escenario: de un hospital a otro. Pero no contaba él ni sus cómplices, con esa otra red, que no es ni silenciosa ni oscura, todo lo contrario: es luminosa y verde, una red de mujeres organizadas y bien ruidosas que le siguieron el paso y hoy lo señalan. Lo cuenta Sonia Santoro en Página 12.

Organizaciones sociales y trabajadores del sistema público de salud denunciaron que un médico ecografista que fue separado de su cargo en el Hospital Piñero en noviembre 2019 por denuncias de abuso sexual, sigue atendiendo pacientes en el Hospital Grierson, como si nada hubiera pasado. Por ese motivo exigieron respuestas a las autoridades de salud: “Esta situación deja al descubierto la falta de protocolos de actuación en el Ministerio de Salud de CABA ante las distintas formas de violencia basada en género. Como contracara, es la lógica patriarcal y machista la que rige las acciones y decisiones de las distintas autoridades. En este caso, como en tantos otros, vemos que el traslado termina siendo la forma de encubrir y resguardar a los abusadores”.

La crónica de Sonia Santoro es reveladora: "Se conoció que el médico, J.C.I., tiene dos denuncias penales en su contra por abuso sexual, una radicada radicada ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nro. 13, en la que mañana se le tomará declaración indagatoria y otra en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nro. 52. Una es de 2019 y otra de 2020."

Increíble, ¿no? Pero tan real como lo que siempre sucedió, sólo que ahora no la vamos a dejar pasar. Denunciamos al médico, a los hospitales que ponen a trabajar gente sin revisar su prontuario y, por supuesto, a las autoridades de ocasión (cuándo no Larreta) por no tener ya fuera de juego a un individuo con tanta denuncia encima.

Cuenta Sonia Santoro en los últimos párrafos de su nota: “Comunicamos - cuentan las organizaciones - de esta situación a autoridades del Ministerio de Salud en diciembre del 2020 y al mismo tiempo a la Defensoría del Pueblo. Desde este organismo se elevó un oficio al Hospital Grierson en ese mismo mes y el hospital acusó recibo en enero de 2021. A pesar de todo esto, el profesional continúa realizando tareas asistenciales hasta el día de la fecha. Las respuestas de las autoridades del Grierson fueron las mismas que en 2019 recibimos en el Piñero agregando que 'no hay antecedentes penales que inhabiliten el concurso', 'no sabíamos nada', etc.”, informaron las organizaciones.

“Idénticas respuestas recibió la Defensoría del Pueblo por parte de autoridades del Hospital Grierson, que incluso justificaron su falta de acción al decir que el ecografista no realiza ecografías ginecológicas sino renales, abdominales e informes de Rx, como si no pudieran darse situaciones de abuso sexual de pacientes en esas circunstancias"

¿Te das cuenta? Lo protegen, actuar así desde esos hospitales, lavarse las manos, excusarse, no tomarse el trabajo de chequear, no escuchar las denuncias es, finalmente, proteger al violento. ¿Cómo se le dice a eso? ¿Códigos de machos?

Y, como broche, nos venimos a enterar que en los hospitales no existen códigos y protocolos para situaciones de abuso. Pues a trabajar. La Defensoría hará el reclamo: recomendará que se inicie un proceso a fin de que el Ministerio de la Salud de la Ciudad apruebe un Protocolo de Acción Institucional para casos de Violencia de Género. “Cada hospital debería contar con protocolos de intervención y prevención de violencia, así como existen en las universidades y establecimientos educativos” decían desde la Defensoría a Sonia Santoro que lo cuenta en Página 12.

Y me quedo pensando que si no fuera por las presiones de las organizaciones y sindicatos, por la prensa que milita en contra de la violencia de género, si no fuera que se mete presión desde estas fisuras en el sistema, los perversos seguirían tan cómodos como siempre, ejerciendo sus violencias y cubriéndose entre ellos como miembros de una mafia o una secta oscura.

Pues eso no pasará.

Un abusador atiende en un hospital publico de la siempre autónoma CABA. En el Grierson, es ecografista, tiene varias denuncias encima, y aún así sigue atendiendo. Según parece, como la justicia no hace nada, como las autoridades públicas tampoco hacen nada, a nosotres nos toca echar la voz de alerta.

"Finalmente - concluye su nota Sonia Santoro - las organizaciones exigen “una respuesta rápida y efectiva ya para resguardar la integridad psico-física de todes les usuaries del sistema de salud”.