La ciudad brasileña de Río de Janeiro anunció la cancelación del histórico carnaval callejero en los festejos del 25 de febrero al 1 de marzo de 2022. Es el segundo año consecutivo que las autoridades deciden tomar esta medida por la pandemia del coronavirus

En esta instancia, el punto determinante fue el avance de la variante ómicron y su circulación comunitaria tanto en el país como en la región, según explicó el alcalde, Eduardo Paes en una transmisión en vivo por redes sociales.

“Hoy me reuní con representantes de los blocos (comparsas callejeras) y les informé de la inviabilidad de tener carnaval de calle", informó. Sin embargo, el alcalde aún no descartó mantener los desfiles de las escuelas de samba en el Sambódromo.

Cabe destacar que los desfiles callejeros son un evento popular y se organizan desde hace muchos años en la vía pública de todas las ciudades de Brasil. Sin embargo, la competición del Sambódromo entre las escuelas se hace puertas adentro y con entrada paga. En ese sentido, el alcalde lamentó que cualquier solución para hacer viable el carnaval de calle acaba "elitizando la fiesta más popular de Brasil", pero aseguró que “no hay alternativas”.

Según detalló Paes, el carnaval de calle "no permite hacer ningún tipo de control", ante el avance exponencial de la variante ómicron y de la cantidad de casos de COVID-19 en general, por lo que propuso seleccionar a algunas de las comparsas callejeras más tradicionales para que actúen en escenarios en parques al aire libre, pero en eventos vallados con regulación del aforo, pase sanitario y previo test negativo.

Si bien la empresa patrocinadora del carnaval de calle, la cervecera Ambev, recibió con ánimos la propuesta, lo contrario sucedió con los propios “blocos” que sostuvieron que la decisión va en contra de la filosofía participativa y democrática de los festejos. También, rechazaron la idea de separar los festejos de los barrios donde están arraigados dichos “blocos”.

Asimismo, otras ciudades brasileñas también anunciaron la cancelación del carnaval, como Salvador (Bahía). También en Recife y Olinda (Pernambuco), las propias comparsas avisaron que no desfilarán, independientemente de la decisión de las autoridades.