La FIL 2022, vigésimo cuarta edición de la Feria del Libro de Rosario, transformará desde el 8 hasta el 18 de septiembre la plaza Montenegro en una ciudad en sí misma, dedicada al libro, con el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa en su interior. Como una ciudadela medieval pero de murallas transparentes y con ingreso libre y gratuito a todo público, el predio circunscripto por la calle San Juan, la cortada Barón de Mauá, la calle San Luis y la Avenida San Martín tendrá varios accesos por diversos puntos y una toponimia interna pensada en homenaje a escritoras y escritores recientemente fallecidos en esta ciudad que habitaron y que los extraña. La idea de honrar al objeto que constituye el principal vehículo de transmisión y disfrute de la literatura y otras disciplinas, el libro, con una propuesta arquitectónica efímera que parece materializar aquellas "ciudades invisibles" de Italo Calvino (pero que será bien visible) es de su (primer) curador, Marcelo Scalona.  

En Feria Internacional del Libro (rosario.gob.ar) está el programa completo. Feministas, diversidades sexoafectivas, las izquierdas del campo político, las infancias, adolescencias y juventudes con sus formatos específicos estarán representadas, al igual que autores de trayectoria y emergentes. El curador no dio cifras pero sí explicitó sus criterios.

El discurso inaugural lo daráClaudia Piñeiro.

"El intendente (Pablo Javkin) decidió que por primera vez la Feria del Libro este año tuviera un curador. Es decir, al margen de quién sea y de que en este caso me haya tocado a mí, me parece una idea sana poner a alguien que haga el primer diseño de programación, de comunicación, de administración y de infraestructura", comentó Scalona a Rosario/12. "Me parece que eso ya es un criterio de puesta en valor del evento, porque permitió de entrada un cambio de fecha. Las dos últimas ediciones de Rosario habían sido mayo y junio, muy pegadas a la feria de Buenos Aires y con un clima de otoño e invierno que no favorecía el uso de todo un predio ferial como nos permite esta vez el mes de septiembre, y entonces al tomar toda la plaza Montenegro, no sólo el edificio del Fontanarrosa, nos fue posible aumentar el 50% la cantidad de stands, pasamos de 40 a 60 stands de libreros y editoriales, sacamos cosas del edificio y las ponemos en la carpa exterior con capacidad para 330 personas. Ese exterior nos permitió diseñar un espacio infantil y escolar con los criterios educativos y lúdicos del Tríptico de las Infancias, explotando el uso del patio, la explanada, la pérgola... dándole un diseño de predio con vallado, que es un vallado transparente al solo fin de dar contención al lugar y disponer de un escenario grande en el exterior para algunas presentaciones multitudinarias, además de un patio gastronómico y de tres pórticos grandes de ingreso, sin vallado sobre calle San Juan".

Maqueta de la Feria de Rosario.

"Y todo eso lo permite esa figura de un curador que tuvo la libertad, la autoridad para para disponer de un presupuesto muy importante esta vez, que fue una decisión del intendente, tanto en infraestructura como en programación; esta última requirió de un equipo múltiple", dijo el autor de El portador, recordando que armó "un equipo de 10 colegas, donde incluí a la Escuela de Letras de la Universidad Nacional de Rosario, a la Editorial Municipal de Rosario, a una editorial independiente como Beatriz Viterbo, a la Biblioteca Argentina, al Parque de España, al Plan de Lectura municipal, al teatro... La primera marca la impuso la muerte de Angélica Gorodischer en febrero de este año", destacó en referencia a la organizadora de los Encuentros de Escritoras en ese mismo edificio. "Angélica Gorodischer es nuestra escritora moderna con mayor productividad literaria... y ella nos trajo a Beatriz Guido y a Beatriz Vallejos. Dos Beatrices, dos mujeres, dos grandes escritoras de acá que este año están cumpliendo cien años (es decir que se celebra un siglo de sus natalicios: Guido falleció en 1988 y Vallejos, en 2007). Esa marca de Angélica nos decidió a que el discurso inaugural lo diera Claudia Piñeiro. Las razones de género, esenciales en la obra de Angélica, nos hicieron destacar en un sitio central a Camila Sosa Villada y a Samanta Schweblin, y acompañar a esas mujeres con otras, de Rosario, como Evelyn Arach, o Angela Pradelli, o Betina González, Rosario Spina, Sylvia Saita, Ana María Shua, Chiqui González, María Teresa Andruetto, Flor Balestra, Romina Tamburello, Luisina Bourband, las mesas de La Palabra Colectiva...", enumeró Scalona.

"Después llegó la rosarinidad", agregó el curador. "La Feria es de Rosario y lo primero que nos interesa es darles los stands a librerías y editoriales de acá. Eso es un acuerdo que tenemos, no solo en esta edición, con la Fundación El Libro que nos ayuda en la producción, ese acuerdo indica que el 65% de los stands tiene que ser para editoriales y librerías de Rosario. Incluso mantenemos este año un stand gratuito para editoriales independientes de la ciudad y la región que no tienen una gran producción comercial, o incluso de catálogo, o de personal. Como para que sus libros también estén en la feria". 

"Otro criterio fue el educativo", dijo Scalona. "Se desarrolla durante la Feria el Encuentro Nacional de Narradores Orales. Hay 5 talleres literarios gratuitos: dos sobre Angélica Gorodischer, uno infantil y otro para jóvenes y adultos; dos de poesía, uno de Claudia Masín y otro de Tomás Boasso, y uno de narrativa por Pablo Colacrai. Otro criterio de programación fueron las infancias, a través de la actividad del Plan Municipal de Lectura, equipos de naradores orales y de lecturas, con adolescencias y juventudes, youtubers, instagramers, sagas, mangas, trap, rap, hip hop... Otro criterio fueron los homenajes a autores fallecidos, además de Angélica: a Nilda de Siemienczuk, a Poli Laborde, a Hugo Diz, a Juan Forn, al periodista Gerardo Rozín, y a un clásico rosarino como Roberto Fontanarrosa. Y la Feria es multitemática: necesitamos dar acceso a libros de la industria, como libros de política, ahí va a estar Seba Atola, va a haber una mesa de Abuelas de Plaza de Mayo, una presentación de libros de Carlos Del Frade; una mesa sobre el próximo mundial de fútbol; autores de Santa Fe, de Córdoba; mesas de lectura de poesía, y presentaciones de libros de poesía como los dos de Elena Annibali, la gran poeta cordobesa. Y creo que de la literatura de Rosario no faltó nada", redondeó.