Por 221 votos a favor, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que autoriza al Estado a importar y distribuir el aceite de cannabis para pacientes con indicación médica. La iniciativa fue aprobada en general, ya que se impuso la propuesta de Cambiemos que descartaba habilitar el autocultivo y abre un "período ventana" de importación hasta que el Estado esté en condiciones de producirlo. El proyecto presentado por el Frente para la Victoria, sí contemplaba legalizar el cultivo personal para estos casos, algo solicitado por las organizaciones y familiares que impulsaron la iniciativa.  

Durante el debate, la diputada del Frente para la Victoria y presidenta de la Comisión de Salud, Carolina Gaillard, advirtió que con la sanción de la iniciativa impulsada por el oficialismo los familiares que usan el cannabis medicinal pueden ser encuadrados dentro del delito que impone la ley vigente y advirtió que “el aceite importado sirve, pero no para todas las patologías”.

Gaillard advirtió que el Estado continúa criminalizando el uso del cannabis y afirmó que “el Estado no puede atender toda la demanda”. Con argumentos similares, la diputada kirchnerista Nilda Garré resaltó que “todos los países han sido creativos y flexibles para garantizar que la gente pueda resolver su grave problema de salud”, en referencia a los veinte países europeos, veintitrés Estados de Estados Unidos, Canadá, Uruguay y Chile, que ya cuentan con legislaciones adecuadas. 

En una posición intermedia, el diputado del Frente Renovador Felipé Solá defendió su iniciativa, de minoría, que proponía la creación de  un registro de las personas que autocultivan para permitir una transición hasta que el Estado esté en condiciones de abastecer toda la demanda.  

En defensa del proyecto oficial, el diputado radical y presidente de la Comisión de Seguridad Interior, Luis Petri, criticó a la gestión anterior por "negar la utilización del cannabis para uso medicinal” al recordar que existían proyectos similares desde 2003, y destacó que "quienes se incorporen al programa van a tener cuidado integral de la salud; el Estado tendrá la obligación de dar aceite de cannabis, habrá docencia y todo el sistema de salud generará evidencia científica". Además, defendió el "período ventana" mediante el cual "hasta tanto el Estado pueda dar a todos los pacientes cannabis medicinal, aquellos que se sumen al programa podrán importar gratuitamente el aceite de cannabis o sus derivados”. Sin embargo, queda pendiente la situación de aquellos pacientes que no pueden obtener, vía importación, las cepas necesarias para su tratamiento, y la criminalización de quienes ya se abastecen mediante al autocultivo.  

Si bien el proyecto -impulsado por el oficialismo y sectores del massismo- significa un primer paso en la regulación, el debate quedó trunco para las madres de pacientes con epilepsia refractaria, las mayores impulsoras de la iniciativa. Como el dictamen no incluye el autocultivo, las mamás que cultivan para tratar a sus hijos podrían recibir las mismas penas que un narcotraficante.   

“Necesitamos que nos dejen de criminalizar. Hoy cultivamos porque es la forma más democrática de llegar a la planta y porque hay que encontrar entre todas las cepas la que mejor resultados le dan a nuestros hijos", le contó a Página/12 Pamela Vicente.

En su caso, Pamela aprendió a cultivar cannabis hace ocho meses cuando empezó el tratamiento de su hija Guadalupe, de 11 años. "El aceite que proponen importar de Estanos Unidos es de una única cepa y le hace efecto al 20 por ciento de los chicos que hoy están en tratamiento”, advirtió.

“Lo bueno de este debate es que legitima el uso medicinal del cannabis. Lo malo, y contradictorio, es que reafirma la prohibición del autocultivo por lo que muchos chicos que ya están en tratamiento deberían dejarlo hasta que los laboratorios puedan elaborar el tipo de aceite que ellos necesitan. Son procesos largos que pueden llevar hasta doce años”, explicó a este diario Carlo Magdalena, neurólogo infantil del Hospital Gutiérrez.

En caso de que la Cámara alta apruebe la ley, el aceite de cannabis producido a partir de las flores de la planta podría ser utilizado por personas con cáncer, VIH,  dolores crónicos, fibromialgías y otras patologías que producen dolores musculoesqueléticos crónicos. Pero sólo la marca y tipo de aceite que autorice la ANMAT y que importe el Gobierno estarán autorizados. “Prohibir el autocultivo es un grave error y es desconocer lo que pasa en la realidad. Hoy las madres comparten el aceite o lo intercambian en caso de que no haya funcionado con sus hijos; es gratis. La ley eleva la ilegalidad de cultivar y abre la puerta al mercado negro, que es peor. Que haya control estatal, pero que no se prohíba”, insiste Magdalena.

Frente a la propuesta oficialista que centra el debate en torno a Seguridad, el proyecto impulsado por el Frente para la Victoria, Libres del Sur, el socialismo, la izquierda y parte del bloque justicialista contemplaba el autocultivo y abordaba la regulación desde la perspectiva de la salud, pero no consiguió la cantidad de votos suficientes. 

“El aceite de cannabis no sólo controló las convulsiones de mi hija, me la devolvió a la vida. Las mamás no tenemos miedo de ir presas, mi único miedo es que me saquen las plantas y me dejen sin el tratamiento para mi hija”, finalizó Vicente.

Producción general: Alejandra Hayón