El temor de ser objeto de violencia política en las elecciones de este año afecta a la mayoría de la población brasileña, según la encuesta "Violencia y Democracia: panorama brasileño pre-elecciones de 2022", realizada por la Red de Acción Política por la Sostenibilidad (RAPS) y la Foro Sistema Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), y publicada este jueves por Datafolha.

Según la encuesta, el 67,5% de los consultados tiene mucho miedo (49,9%) o poco miedo (17,6%) de ser víctima de agresiones físicas por elecciones políticas o partidarias. Solo el 32,5% de los preguntados no teme ser golpeado por la violencia en las elecciones. 

La muestra indica que 113,4 millones de brasileños tienen miedo de sufrir agresiones físicas. Al mismo tiempo, la encuesta encontró que el 3,2% de los brasileños dijeron haber sido víctimas de amenazas por motivos políticos y el 0,8% de violencia física.

"Es difícil hablar de elecciones libres y justas con este nivel de violencia. Las elecciones libres están amenazadas no por las razones que (el presidente Jair) Bolsonaro sospecha, las máquinas de votación electrónica, sino por la violencia política", dijo el presidente de la FBSP, Renato Sergio de Lima. Para la politóloga Mónica Sodré, de RAPS, la violencia de base política afecta a millones de personas. "Es un indicador preocupante. Tenemos una población asustada".

La encuesta también muestra que el temor a ser amenazado ante un clima de escalada de violencia política en el país también es alto. Según el sondeo, el 45,2% tiene mucho miedo de ser amenazado por decisiones políticas o partidistas y el 17,4% de los encuestados dice tener poco miedo. Solo el 37,3% dice no temer las amenazas. Como resultado, según la proyección, el miedo a la amenaza afecta a 105,2 millones de brasileños (62,6%).

El clima de violencia llevó a la organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch a hacer un llamado a los representantes de las fuerzas políticas del país a favor de la moderación. 

La solicitud se produjo después del registro de dos casos extremos este año: los asesinatos del seguidor del Partido de los Trabajadores (PT) y guardia municipal, Marcelo Arruda, en Foz do Iguaçu, y del trabajador rural y votante del PT, Benedito Cardoso dos Santos, en Confresa. Ambos fueron asesinados por votantes de Bolsonaro.