El presidente Alberto Fernández advirtió este martes sobre el desarrollo de movimientos de "odio y violencia" en el mundo y sobre "los viejos fascismos que vuelven a aparecer". En ese sentidosostuvo que el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner "es resultado de ese odio" y "negarlos no nos hace bien".

"Muchos han perdido el horizonte de proyección de sus vidas, desesperan. Y en la desesperanza de esos, es donde siembran el odio, la violencia los viejos fascismos que vuelven a reaparecer en el mundo. Lo que pasó en la Argentina con Cristina hace pocos días es el resultado de ese odio y negarlo no nos hace bien", enfatizó al exponer sobre “Desafíos globales: una perspectiva latinoamericana” en la Universidad The New School en Estados Unidos.

En este sentido, agregó: "Eso no pasa sólo en la Argentina, sino en todo el mundo: uno ve cómo las derechas recalcitrantes en Europa avanzan. No debemos permitir que eso pase. No hay ningún problema con la derecha democrática, pero las derechas que promueven el odio y la violencia no deben tener cabida en el mundo de hoy. Tenemos que construir un nuevo sistema internacional". 

Un mundo desigual

En otro tramo de su exposición, el mandatario afirmó que la pandemia de coronavirus fue "una suerte de velo que se corrió para dejar al descubierto el sistema injusto en el que vivimos, con las carencias y debilidades estructurales que tiene", por lo cual puso el acento en "el deber ético y la obligación moral de construir algo distinto".

Al brindar su diagnóstico, hizo hincapié en que "el sistema financiero internacional distribuye riqueza en pocos y pobreza en millones" y en particular indicó que América Latina "es el continente más desigual del mundo, donde la brecha más nos divide" por lo que consideró que "este es el momento de cambiar esa realidad".

Sobre este punto, reveló detalles de una conversación con la directora del FMI: "Ayer hablaba con Kristalina Georgieva y le decía que la pobreza no está sólo en los países pobres: el mayor porcentaje de pobreza lo tenemos los países de renta media, a los que nunca nos prestan atención, porque no somos ricos, pero tampoco somos pobres. Entonces quedamos absolutamente alejados del socorro internacional".

"Los países centrales convocan a trabajar contra el cambio climático, pero ni el Caribe, ni América del Sur, ni África somos emisores de la huella de carbono. A la hora de resolver el problema, nos exigen igual que a todos, pero no nos dan los recursos que deberíamos merecer porque somos acreedores ambientales en el mundo del presente. ¿Quién nos presta atención? ¿Por qué nos exigen del mismo modo si no fuimos los causantes del problema?", cuestionó el Alberto Fernández.

Asimismo, alertó que los países deudores padecen "mucho más esta realidad". "No hemos generado la deuda: la hemos heredado. Tenemos que repensarlo: no puede seguir existiendo el sistema de sobrecargos que triplican las cargas de intereses, no es posible que sigamos emitiendo DEGs para que queden en las arcas de los países poderosos. Tenemos que cambiar. El mundo nos ha dado una alerta a toda la humanidad", expuso.

La guerra Rusia - Ucrania

Por otro lado, manifestó que la guerra entre Rusia y Ucrania "afecta globalmente a todo el mundo" y remarcó que América Latina está "siendo víctima" de ese conflicto bélico.

"Están sembrando hambre en el hemisferio sur. Es una guerra que afecta globalmente a todo el mundo. La voz de América Latina tiene que estar presente. Es muy posible que América Latina acabe teniendo una oportunidad en esta guerra, porque se necesita producir alimentos y energía", aseguró. 

Y añadió: "Claro que tenemos una oportunidad, pero no me gusta que sea producto de una guerra que se ha desatado. Porque las guerras no dan oportunidades. Encontrar una oportunidad en una guerra es convertirse en un miserable: nosotros no queremos eso, queremos desarrollarnos en un mundo en paz. No podemos permitir que la escalada bélica avance".

Al incluir en su análisis de la situación mundial la guerra entre Ucrania y Rusia, Alberto Fernández subrayó que "la voz de América Latina debe estar presente" en las discusiones internacionales. "Fue algo que me impuse como parte de la política internacional de la Argentina y de la CELAC", agregó.

Y concluyó: "La oportunidad que tenemos debe convocar nuestra ética y no es aprovechar las ventajas que una guerra nos da, sino exigir la paz para empezar a construir un mundo que nos incluya y nos permita salir ganando sin necesidad de que la sangre y la muerte se esparza por el mundo".