El juez penal de feria de Maldonado, Uruguay, Gerardo Fogliaccio, procesó sin prisión a una pareja de turistas argentinos cuya beba de once meses sufrió una intoxicación por ingesta de cocaína, éxtasis, anfetaminas y metanfetaminas. El matrimonio, a pedido de la fiscal de feria, según publicó el diario El País, fue imputado por “omisión a los deberes inherentes a la patria potestad y la tutela de los hijos”. Fogliacco dispuso que vía exhorto se remitan todos los antecedentes del caso a la justicia de Familia de la República Argentina.

De forma paralela el magistrado ordenó que la beba, que debió ser internada en el sanatorio Cantegril, fuera entregada a una abuela para que pueda regresar al país sin estar junto a sus padres.

Como medida sustitutiva a la prisión, el magistrado les impuso a los dos cónyuges la presentación obligatoria tres veces a la semana en la dependencia policial más próxima a su lugar de residencia en el departamento de Maldonado.

El período de presentación fue establecido en un plazo de sesenta días corridos a partir del auto de procesamiento dictado el miércoles.

El matrimonio está integrado por el ciudadano argentino M.F.A.V., de 48 años, y su esposa, P.G.G., de 25 años. Ambos llegaron a Punta del Este para pasar unos días de descanso junto a la pequeña.

El presumario fue iniciado a partir de una denuncia radicada el pasado 30 de junio en la sede de la Unidad Especializada en Violencia Doméstica y de Genéro de la Jefatura de Policía de Maldonado, elevada a la sede policial especializada por el centro de asistencia médica que atendió a la criatura.

El documento de los médicos actuantes indicó que el lunes 26 de junio pasado ingresó al nosocomio una niña de 11 meses llevada por sus padres al percatarse de que presentaba un cuadro agudo de intoxicación.

La beba ingresó en delicado estado de salud y debió quedar internada. Los exámenes de laboratorio confirmaron el estado de intoxicación de la pequeña producido por la ingesta de cocaína, anfetaminas, éxtasis y metanfetaminas.

Interrogados por los médicos del sanatorio, los padres reconocieron que en la noche del sábado anterior, del 24 al 25 de junio, agasajaron con una fiesta a varios amigos que se encontraban en la zona. Y contaron que durante el convite, se produjo una ingesta masiva de drogas de todo tipo por parte de los participantes.

La madre de la pequeña reconoció que consumía drogas desde los tres meses posteriores al parto, aunque dijo desconocer el hecho de que los narcóticos pasan a la leche materna. La mujer, angustiada, aseguró haber consumido éxtasis y cocaína en la fiesta. Asimismo, reveló que tanto ella como el padre tienen una historia de consumo de drogas.

Los padres de la niña cambiaron luego la versión de los hechos cuando fueron interrogados en la sede judicial. Durante el presumario, los dos negaron la existencia de la fiesta del sábado para el domingo. Y ensayaron como hipótesis que las drogas halladas en el torrente sanguíneo de su pequeña hija habrían sido abandonadas por los obreros que contrataron para realizar una serie de reformas en la casa que alquilaron para pasar unos días en Punta del Este. 

La médica actuante sostuvo en el juzgado, a partir de los resultados de laboratorio, que eventualmente la cocaína pudo haber pasado al organismo de la niña por vía del amamantamiento. Pero señaló que las otras drogas halladas en la niña como éxtasis, mentanfetanimas y anfetaminas no aparecieron en los análisis practicados a la madre. De esto se infiere que la niña ingirió de forma directa estas tres drogas.