El Cuerpo Médico Forense (CMF) volverá el 26 de octubre próximo a examinar a Carlos Pedro Tadeo Blaquier para definir si está en condiciones, a sus 95 años, de afrontar el juicio oral por los secuestros y desapariciones que se cometieron en la zona de influencia del ingenio Ledesma que estaba a su cargo. El Tribunal Oral Federal (TOF) de Jujuy, por mayoría, lo había dejado afuera del proceso, pero la Cámara Federal de Casación Penal ordenó que se le volvieran a practicar nuevos estudios a Blaquier, dueño de una de las fortunas más grandes del país.

Con la firma de la jueza Alejandra Cataldi, el TOF de Jujuy informó que el 26 de octubre a las 9 de la mañana se le hará un nuevo peritaje a Blaquier en la sede del CMF, el organismo que depende de la Corte Suprema. Por el momento, ya están designados la médica clínica y el psiquiatra que intervendrán. En base a lo que digan las partes, el TOF deberá resolver si acepta a la psicóloga que propuso el CMF porque la profesional ya participó en los exámenes anteriores y había sido concluyente al afirmar que Blaquier no estaba en condiciones de sentarse en el banquillo. La fiscalía había pedido que los análisis sobre la salud del empresario se hicieran en la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero el tribunal decidió avanzar con el CMF.

El TOF también le pidió al CMF que informe si está en condiciones de hacer una evaluación interdisciplinaria del abogado que dirigió hasta hace unos pocos años Ledesma, la empresa que originariamente perteneció a la familia de su esposa, “Nelly” Arrieta. Es probable que las deliberaciones sobre la salud de Blaquier se extiendan hasta fin de año.

Blaquier es un experto en materia de ganar tiempo. Si bien la denuncia sobre la participación de Ledesma en los secuestros y desapariciones estuvo presente desde el retorno de la democracia, recién se sentó ante un juez en 2012. En ese año, Fernando Poviña lo procesó por tres secuestros ocurridos en las primeras semanas de la dictadura y por las privaciones ilegales de la libertad que se sucedieron en julio de 1976 en lo que se conoció como las “noches del apagón” –cuando las fuerzas salieron de cacería en Ledesma, Calilegua y Libertador General San Martín al amparo de un corte del suministro eléctrico–. En la causa quedó acreditado que los secuestros se hicieron con camionetas de la empresa.

La decisión de Poviña fue confirmada en 2013 por la Cámara Federal de Salta. Sin embargo, la Cámara Federal de Casación salió al auxilio de Blaquier en marzo de 2015 y le dictó una falta de mérito que paralizó la causa hasta julio de 2021. En ese momento, la Corte Suprema sacó del cajón el expediente Blaquier y, con los votos de Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton, puso al empresario en carrera para ser juzgado.

Desde entonces, la defensa de Blaquier –encabezada por Jorge Valerga Aráoz, el excamarista del Juicio a las Juntas– empezó a plantear que el empresario no estaba en condiciones de afrontar un proceso penal. En diciembre pasado, el CMF informó que Blaquier presentaba un deterioro cognitivo que hacía inviable que se sentara en el banquillo.

En abril, el TOF de Jujuy –con los votos de Abel Fleming y Gabriela Catalano– lo apartó del juicio, que deberá hacerse con el exadministrador de Ledesma Alberto Lemos. Cataldi dijo entonces que debían repetirse los estudios y realizar una serie de medidas que planteaban las partes acusadoras, como saber si Blaquier aún tenía firma en la empresa. La Sala IV de Casación se inclinó también por reiterar el peritaje.

En las últimas semanas se conoció también que Blaquier era cliente VIP en la Escuela de Yoga Buenos Aires (EYBA), más conocida como la secta de Villa Crespo. Según los investigadores, Blaquier habría concurrido hasta el edificio de Estado de Israel hasta 2014.