El Festival Bandera sellará el sábado su regreso en el Óvalo del Hipódromo del Parque Independencia de Rosario con una grilla que tendrá, entre sus 30 bandas, a algunos nombres como Babasónicos, Las Pelotas, Guasones, Él Mató a un Policía Motorizado, Zoe Gotusso y Dillom. Dando cuenta de su habitual diversidad, tendrá también en esta tercera edición a El Kuelgue, Peces Raros, Taichu, Saramalacara, Cruzando el Charco, Zeballos, Killer Burritos, Groovin' Bohemia, Nafta y Acru, entre otros. El público podrá ingresar al predio desde las 14.30 por Avenida Ponce y 15 minutos más tarde Bad abrirá el Escenario Cynar, uno de los tres tablados previstos para la jornada.

Luego de dos años de ausencia obligada por la pandemia, el festival rosarino apuesta por seguir consolidando su marca como uno de los más renombrados y convocantes del país: "Era necesario para que la gente pudiera disfrutar de este tipo de eventos que no se estaban dando en la ciudad", reflexiona el productor santafesino Gustavo Granato (Allpress), sobre la necesidad que había en la ciudad hasta la llegada del Bandera.

Por su parte, su aliado en esta cruzada, el productor Eduardo Roca (Produce Crack) explica que la apuesta es que el Festival se "posicione y crezca no solo en sí mismo sino también en la ciudad. Este año decidimos hacer un sideshow gratuito para todos aquellos que confiaron y compraron la entrada cuando todavía no habíamos develado la grilla", señaló sobre la fecha del viernes en el Centro Cultural Güemes que animarán Santiago Motorizado, Pasado Verde y Barfeye, y agrega: "Nuestro plan de crecimiento es que la gente y los artistas pongan el Bandera en su mapa y agenda cada año para ser parte".

Aún en tiempos de "incertidumbre" y de medidas sanitarias, los productores no se sacaron "nunca de la cabeza" este plan de regreso a la altura de la huella que habían dejado las anteriores: "Buscamos reflejar en la zona y en la ciudad, un festival que traiga y exponga lo mejor que está pasando en el rock, pero que también integre a la escena cultural y musical de la ciudad", añade Roca.

A la hora de definir la grilla, ambos se propusieron "expandir un poco los límites de los gustos" y promover una "convivencia entre artistas consagrados con artistas que están en su mejor momento de efervescencia, con otros artistas nuevos que probablemente en la próxima edición estén ocupando otro espacio".

En relación a la identidad nacional que asume el Festival en este gran momento de la música argentina en el mundo, Roca sostiene que el "fenómeno" que beneficia a la escena argentina se inscribe en un cambio de paradigma histórico: "Por primera vez en la historia, las propuestas no son solo del mercado anglocentral hacia todo el mundo, sino que desde mercados emergentes y en un idioma no inglés se proponen artistas hacia el mercado global".

"Esto es inédito, nunca había pasado. Y es súper beneficioso, agradable y emotivo, porque dentro de esa situación Argentina tiene artistas que están ocupando ese espacio. Y todo eso reconfigura todo a nivel local, porque cuando uno programa un festival, esa mirada también está presente más allá de los artistas que estén. Te permite con soñar con muchas más cosas sin que eso esté tirado de los pelos, porque es justamente lo que demanda el evento para que la gente lo disfrute", concluye.

"Incluso en Rosario -agrega Granato- después de la pandemia, se fueron generando movimientos musicales muy interesantes, muchos de ellos presentes en el Festival como Groovin' Bohemia o Los Peñaloza, que hacen cumbia latinoamericana".

"La ciudad sigue cambiando con los años, con los tiempos, y hoy hay mucha música urbana y han salido recientemente artistas como Nicki Nicole. En ese sentido, Rosario es muy ecléctica y ofrece un poco de todo, pero como está bueno lo que está sucediendo queríamos reflejarlo en el festival", concluyó el productor con una larga trayectoria en la ciudad y exproductor de las ediciones locales del Quilmes Rock.