La Justicia de Rusia rechazó este martes el recurso de apelación de la basquetbolista estadounidense Brittney Griner y mantuvo en vigor la condena de 9 años de cárcel por posesión y contrabando de drogas.

Griner, estrella de la WNBA estadounidense e ícono LGBT del deporte al declararse como lesbiana tempranamente en su carrera, fue detenida en febrero pasado -una semana antes de la guerra ruso ucraniana- con dos cartuchos de aceite de cannabis en su valija mientras pasaba por el aeropuerto de Moscú y de allí en más comenzó una pesadilla con tintes de Guerra Fría para la jugadora de 2,06 metros.

El mercader de la muerte

Rechazada la apelación de su defensa, la mejor opción para la deportista de 32 años parece ser el intercambio de prisioneros. Pero la solución, como sacada de una novela de espías, todavía no llega a buen cauce ya que EE.UU. pretende que el trueque sea de 2x1 mientras que Rusia quiere sumar a un preso a la ecuación. Un regateo verdaderamente difícil de creer.

El "mercader de la muerte" es el apodo por el que se conoce al ruso Víktor Bout, principal moneda de cambio que tiene Estados Unidos en esta operación. El traficante de armas -supuesto, ya que se declara inocente- cumple 25 años de prisión en EE.UU. y algunos dicen que su historia dio origen a la película "El señor de la guerra", protagonizada por Nicolas Cage.

Víktor Bout rodeado de agentes de seguridad en 2010. (AFP)

Pero el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, propuso a su par ruso, Serguéi Lavrov, el canje de Bout por no sólamente Griner sino que sumó a la operación al militar Paul Whelan, condenado en Rusia a 16 años por espionaje. El Kremlin realizó una contrapropuesta incluyendo al checheno Vadím Krásikov -cadena perpetua por el asesinato del terrorista georgiano Zelimjan Jangoshvili, supuestamente encargado por el gobierno ruso- pero a la Casa Blanca le pareció demasiado, según informó la CNN.

La audiencia de Griner

Griner asistió por videoconferencia a la audiencia celebrada este martes en la ciudad de Krasnogorsk, adonde también acudió Elizabeth Rood, de la embajada de EE.UU. en Rusia.

"Nueve años de cárcel es demasiado. Gente que comete crímenes mucho más terribles recibe penas menores. Pido que se revise la sentencia. Lamento mi error. Soy culpable, pero no había mala intención. Espero que el tribunal lo tenga en cuenta", dijo la jugadora cuando fue su turno de declarar, según consignó la agencia española EFE.

Pero el colegio judicial del Tribunal de la región de Moscú consideró legal la pena dictada contra la estrella de la WNBA y al mismo tiempo dictaminó que cada día que la condenada pase en prisión preventiva en Moscú, donde se encuentra desde hace ocho meses, contará como un día y medio de su pena total.

Brittney Griner durante un traslado en septiembre último. (AFP)

"Por lo demás, la sentencia se mantiene sin cambios", señaló el fallo. En principio, la campeona olímpica y mundial, a la que le queda por cumplir unos ocho años de prisión, será trasladada próximamente a una cárcel para mujeres.

Los defensores de la atleta habían pedido al tribunal que absolviera a Griner o redujera la pena, mientras la fiscalía solicitó mantenerla en firme. Según sus abogados, el fallo emitido en agosto pasado es injusto y "extraordinariamente severo" debido tanto a la pequeña cantidad de cannabis requisada como a sus logros deportivos y sus actividades humanitarias.

Vale recordar que la legislación rusa castiga con un máximo de diez años de cárcel el delito cometido por la estadounidense.

¿Por qué Griner estaba en Rusia?

Durante el receso de la liga estadounidense es habitual que las jugadoras vayan a Europa o Asia, donde los sueldos son muchas veces mayores que los de la WNBA. Tal es el caso de Griner, quien en 2014 partió hacia el básquet chino por cuatro meses y 600 mil dólares: es decir, 12 veces más de lo que cobraba en el Phoenix Mercury estadounidense por entonces.

Al año siguiente fichó por el UMMC de Ekaterimburgo junto a la estelar Diana Taurasi -de madre argentina- y allí supo ganar tres ligas rusas y cuatro Euroligas. Griner siguió jugando para el UMMC en cada receso incluso hasta este año y allí fue cuando, a la hora de regresar para su país natal, fue apresada en el aeropuerto de Moscú por tener aceite de cannabis, algo que la jugadora nunca negó durante los juicios.

Lo que sí alegó Griner es que no había mala intención en sus acciones, ya que los médicos de su país le recomendaron el empleo de cannabis para aliviar sus dolores de rodilla, algo habitual en atletas de mucha estatura. Pero la jueza de turno no hizo caso y la condenó a nueve años de prisión.

Dos duchas por semana

Desde su condena Griner sigue en prisión preventiva. Comparte celda con otras dos mujeres y tiene derecho a pasear un hora al día y ducharse dos veces a la semana, según sus abogados.

La estadounidense no se ha quejado de las condiciones de la cárcel moscovita en la que se encuentra aunque su esposa, Cherelle, lamenta que sólo ha podido hablar con ella dos veces desde febrero.

El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha demandado públicamente en más de una ocasión la liberación de la jugadora pero por el momento las negociaciones no prosperan. Una reunión entre Biden y el presidente ruso, Vladimir Putin, durante la cumbre del G20 en Indonesia (el próximo 15 y 16 de noviembre) podría desatascar este embrollo, pero ese encuentro está ahora más lejos que nunca.

"No es el principal problema que nos preocupa", admitió recientemente Yuri Ushakov, asesor de Putin para asuntos internacionales, reportó EFE.

Una estrella del básquet

Con sus 2,06 metros de altura, Griner es una de las jugadoras más determinantes de la historia del básquet femenino. Fue dos veces máxima anotadora de la WNBA y salió elegida en dos ocasiones como mejor defensora. Además integró tres veces el quinteto ideal de la liga estadounidense y lideró la estadística de tapones en ocho ocasiones, una barbaridad.

La nacida en Houston en 1990, quien fue un suceso noticioso en sus inicios gracias a la capacidad de volcar la pelota, es también una de las pocas jugadoras que fue campeona olímpica (Río 2016 y Tokio 2020), mundial (Turquía 2014 y España 2018), universitaria y de la WNBA (2014 con Phoenix). Su camiseta número 15 fue recientemente retirada por la selección estadounidense por su gran carrera y para visibilizar la situación que está atravesando la jugadora.