En medio de la votación en segunda vuelta que enfrenta a Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de Brasil, se denunciaron retenes policiales que impedían a onmibus con votantes poder ejercer su derecho.

Según la campaña de Lula, esos retenes policiales fueron sobre todo en el noreste del país, el mayor fortín político del candidato progresista, lo cual fue documentado por numerosos videos que circularon en las redes sociales.

La organización internacional de Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) manifestó esta tarde su preocupación por dichos en un comunicado oficial:  "Estamos muy preocupados con las denuncias de operaciones de la Policía Federal de Carreteras que supuestamente están impidiendo o atrasando el acceso a los locales de votación de electores que usan transporte público", afirmó la organización.

HRW recordó que las autoridades electorales ya habían prohibido el domingo cualquier operación policial que pudiera afectar el transporte público de electores.

"Las autoridades tienen que cumplir inmediatamente las decisiones del TSE, suspender todas las operaciones que puedan afectar el derecho al voto de los electores brasileños y garantizar que puedan ejercerlo con libertad y seguridad", agregó HRW en su nota.

La desmentida del Tribunal Superior Electoral

Sin embargo, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, afirmó este domingo que los retenes policiales en diversas carreteras del país en medio de las votaciones no han impedido que los electores ejerzan su derecho.

"En algunos casos eso retardó la llegada de los electores, pero en ningún caso impidió que puedan votar", declaró el magistrado en una rueda de prensa.

De Moraes conversó con la prensa tras una reunión con el director general de la Policía Federal de Carreteras, Silvinei Vasques, sobre quien dijo que le garantizó que las operaciones serían suspendidas y le aclaró que estaban centradas en asuntos vinculados al Código de Tránsito brasileño.

"Explicó que eran autobuses con problemas en los neumáticos, en las luces o con otras cosas contempladas en el Código de Tránsito", dijo De Moraes, quien insistió en que, aún en los casos de ómnibus fiscalizados, "ninguno fue retenido" y "todos los electores pudieron llegar a los centros de votación".

De todos modos, aclaró que el TSE investigará la situación y aseguró que, "si hubiera alguna responsabilidad" por parte de las autoridades policiales, se adoptarán "las medidas correspondientes".