El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, permanecía esta noche en Brasilia sin recibir siquiera a sus aliados más cercanos, cerca de tres horas después de que la autoridad electoral informara que había sido derrotado en el balotaje de manera irreversible, informó la prensa local.

El exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva lo derrotó con 50,90% a 49,10% de los votos válidos con 99,99% del escrutinio cumplido, según los datos divulgados por el Tribunal Superior Electoral (TSE) en su sitio web.

Alrededor de tres horas después de que fuera confirmada oficialmente su derrota en las urnas, Bolsonaro no había hecho declaraciones ni había querido recibir a sus aliados más cercanos, según fuentes parlamentarias allegadas al mandatario citadas por el diario O Globo.

A ministros y diputados que intentaron visitarlo en la residencia oficial en Brasilia les dijeron que el presidente no quería ver a nadie.

Pese a haber perdido la presidencia a manos de Lula, el bolsonarismo salió fortalecido a nivel regional, puesto que los candidatos apoyados por el líder de la ultraderecha se impusieron en cuatro de los doce estados que estaban en juego este domingo.

Entre ellos, São Paulo, la región más poblada, industrializada y próspera de Brasil, que será gobernada por Tarcísio Gomes de Freitas, exministro de Infraestructura en el Gobierno de Bolsonaro.

En total, 13 de los 27 estados de Brasil estarán gobernados por políticos apoyados por Bolsonaro.

Lula también tendrá que lidiar con un Congreso Nacional dominado por partidos de derecha y centroderecha, en el que la principal fuerza será precisamente, el Partido Liberal (PL).