Actriz, cantante y ahora productora de su propia serie, Lali Espósito, desde pequeña se presenta disruptiva y a paso firme en producciones mainstream variadas: una niña que para huir de su casa se viste de varón en Rinconcito de Luz, una monja que se enamora del cura en Esperanza Mía, una joven veinteañera que se propone una relación abierta en Permitidos, la cantante pop que escribe sus propias canciones y la hábil bailarina que hace un featuring con Thalía exigiendo que una relación sea algo un poco más que una cara bonita.

Agotada, después de doce horas de entrevistas y saliendo de una horrenda gripe, me recibió con un abrazo y una sonrisa. Lali, siempre tiene una sonrisa para sus fans y es consciente de lo que genera en cada lugar que pisa. Ella sabe que es una diva, una diva lgttbiq+, y podría arriesgar que se siente parte de una comunidad que está feliz de tener una presidenta del pop nativa, elegida por todes para llevarnos a la cima del brillo y la fantasía.

Lali presentó en la última marcha del orgullo su nuevo tema “Motivation”, subida a un micro descapotable con buena parte del elenco de El Fin del Amor, su hermana que siempre la acompaña y Keka Halvorsen, showrunner y co-guionista de la serie junto a Tamara Tenenbaum. Otro sueño cumplido. Cantar el día del orgullo para la gente. Ella entiende de independencia y de hacer lo que le da la gana: puso a vibrar la intersección de Avenida 9 de julio y Avenida de Mayo y la muchedumbre exultante saltó de felicidad marchando por todo lo que significa para la comunidad lgttbiq+ este ritual que ya lleva 30 años.

Sabés que tu canción “Soy” es un himno, ¿no?

-Me encanta. Yo era re pendeja cuando la escribí, y me di cuenta de que no me hacía falta un personaje para ser querida. Venía de la factoría Cris Morena, que es maravillosa pero que también es confusa en un montón de aspectos. Te da una fama repentina cuando sos una niña. Es muy fuerte a esa edad. Es rarísimo y de pronto llegué a la adolescencia y luego a la adultez y estaba haciendo mi propia música y necesité decir “yo soy esto”. Me parece importante decirlo, decírmelo y transmitirlo a los demás. Después el viaje que hizo la canción hasta transformarse en una canción querida, lo hizo sola, no es que lo planee. No tuve que empujar, fue muy lindo.

Y después hacés más música y vienen las canciones del último disco, y aparecen confesiones, ¿qué te pasa con eso?

-Bueno, hay una preguntita en el culo. Yo también estoy en mi propio camino de deconstrucción constante. Me hago preguntas, por eso El fin del amor. Yo también estoy en mi propio descubrimiento y dentro de esa búsqueda trato de contar cómo me siento y contar qué cosas me pasan a sabiendas de que la música también es un lugar donde la gente va a buscar empatía. Después de haber pasado un proceso re choto creativo musical dónde iba a estudios con gente muy desconocida para mí, en donde sólo se podía hablar de qué buena estoy, de que vamos a perrear hasta que salga el sol… No digo que estén mal esas canciones: son divertidas y las adoramos porque nos divierten. Pero después de todo eso, en mi propia búsqueda creativa y a mi edad, quiero hablar de otras cosas porque si no, ¿para qué me dedico esto? A mí me pasa esto y lo otro, yo vivo el amor de esta manera. Y hay gente que empatiza con mi manera y se siente acompañada como yo me siento acompañada cuando una canción me interpela. Tampoco me gusta que me etiqueten, que me dejen en un lugar para siempre, voy a ser lo que necesite en cada momento y un poco eso le está pasando a mi música en este momento.

Le hablaste y visualizaste al colectivo bisexual, y eso está bueno...

-Sí. Es un colectivo al que no le ha hablado tanto la música por lo menos…

En 2018, fiel a tu búsqueda, grabaste con la dragqueen y cantante pop brasileña Pablo Vittar el tema “Caliente”, uno de los singles de tu disco Brava. ¿Cómo aparece Vittar en tu camino?

-De una manera mucho más genuina de lo que a lo mejor se ve de afuera, siempre hay una fantasía de otra gente tomando esa decisión por el artista y en el caso muy particularmente de la de la del featuring con Pablo fue que me dije: “¿pero quién es este putón espectacular, este monumento al arte, con esa voz, esa manera expresarse, esos looks?”. Lo sentí absolutamente afín a mi mundo. Musicalmente hacer crossover con un artista como él me parecía necesario para mí, importante. Le escribí y me dijo: “dale, mandame la canción, que yo le grabo algo encima”. Y así nació “Caliente”. Después viajé a Brasil, hicimos el videoclip. Eso espero de mis colaboraciones, que me interpelen social, mágica y maravillosamente.

¿Y cómo la contactaste?

-Por redes sociales. Después me invitó a su camión, “palco” le dicen ellos, en los carnavales y, ahí, bailamos 132 horas de carnaval seguidas. Fuimos a tres ciudades.

En Sky Rojo, Lali, hace de puta y lesbiana. La serie, muy estetizada, levantó polémicas respecto al tema de la trata de personas y otras críticas -muchas por parte de trabajadoras sexuales- que no impidieron que se hayan rodado tres temporadas. Lali hace de una joven argentina, proveniente de un barrio de emergencia. Y objeciones aparte, se la puede ver muy madura como actriz, una gran profesional for export, que además se pone en la piel de un personaje difícil de interpretar. Lali podría actuar en una gran película de Hollywood, eso queda claro.

¿Cómo fue hacer Sky Rojo?

-Más allá del egotrip de trabajar con los hacedores de La casa de papel y trabajar en otro país, que es mega, me fascinó la propuesta de hablar de la trata de personas en el mainstream, en una plataforma gigante para 190 países. La serie que no deja de ser una fantasía en su estética y en su tono. Y eso generó que algunas personas señalaran que se estaba banalizando el tema. Y tiene un buen guión e intenta ser un gran entretenimiento. Yo no estoy de acuerdo en que sea algo malo, pienso que se puede usar ese caballo de Troya para hablar de lo que querés hablar.

Dentro de algo que en apariencia es superficial, Lali confía en que se pueden enviar mensajes, algunos carteles de neón que digan las cosas que ella quiere decir sin perder el ritmo que le demanda la industria. Asume el compromiso de la doble agente. Y está de nuestro lado, por suerte.

En El fin del amor, las relaciones en su amplio espectro, toman el primer plano…

-Hay un montón de temas que están sobre la mesa en esta serie. No solo el fin del amor romántico o del amor de pareja, habla del amor en todas sus formas en la vida. Lo que tiene la protagonista de la serie es una edad, que es la que tengo en este momento, en la que si no parás la pelota realmente y no tratás de discernir hasta dónde sos un reflejo de tu crianza y hasta dónde sos la persona que estás decidiendo ser, el conflicto es mayor. Porque crecer es rarísimo y abrazar la adultez da pánico total. Es la edad clave dónde dejás de ser el reflejo de tus viejos. Vivo en otra sociedad de cuando tenía 12 años y veía los adultos de 30, que para mí eso era ser madre, estar casada y no se qué. Corte a: no soy nada de eso.

Lali dice que tenemos que ver El fin del amor porque no hay tanto contenido como éste en el mainstream. Una serie escrita por femineidades, interpretada por gran diversidad de artistas que provienen de todos los espacios posibles. Un casting sin igual. Y un capítulo dedicado al Bachillerato Mocha Celis.

¿Te gustaría dirigir y/o seguir produciendo?

-Es un deseo que tengo… pero antes tengo que aprender muchísimo. A mí me interesa hacer cosas en las que pueda poner una opinión, dar una mirada, buscar la manera de generar contenidos piolas, interesantes. Y este pensamiento me lleva a efectivamente imaginarme en futuro dirigiendo. Ojalá. Creo en los proyectos en los que se está contando algo, en los que está pasando algo como en El fin del amor, donde nos jugamos con el plano de la mano manchada de menstruación después de que el novio de la protagonista la masturba. Peleamos por ese plano, y por muchos otros. Para nosotras es importante que ese plano exista dentro de la serie.

Teloneó a Katy Perry y a Britney Spears, cantó con Ricky Martin. Cada vez que puede hace algún cover de Queen en sus shows y en presentaciones de TV, apoyó el aborto legal seguro y gratuito. Lali Esposito besó a quienes quiso en su Chape Tour, trata de mostrarse como es dentro de lo que se le exige a una estrella pop. Nunca se olvida de donde vino, pero además no teme hacia dónde va.