Desde Lima

Un nuevo miembro del clan Fujimori, familia que ha marcado la política peruana en las tres últimas décadas y es símbolo de corrupción y autoritarismo, ha sido condenado a prisión en los tribunales. El hijo menor del encarceldo exdictador Alberto Fujimori, el excongresista Kenji Fujimori, 42 años, ha sido sentenciado a cuatro años y seis meses de prisión por la compra de votos en el Congreso cuando ocupaba una banca en el Parlamento, del cual fue expulsado en julio de 2018. Pero Kenji se ha salvado, al menos por ahora, de ir a prisión, como su padre, porque el tribunal de tres jueces decidió dejar en suspenso la aplicación de la condena hasta que en la Corte Suprema se resuelva la apelación presentada por el sentenciado. 

El tribunal lo sentenció por tráfico de influencias, pero lo absolivió del cargo de cohecho (pago de sobornos) y le impuso una condena significativamente menor a los doce años que pedía la fiscalía. Dos exlegisladores fujimoristas -Guillermo Bocángel y Bienvenido Ramírez- recibieron la misma sentencia que Kenji y el mismo benificio de no ir a la cárcel hasta que se resuelva la apelación a la condena recibida.

Guerra familiar

En medio de una guerra familiar marcada por las ambiciones de poder y las traiciones fue Keiko quien delató a su hermano Kenji por la compra de votos, lo que ha terminado en su condena a prisión. Esta compra de votos se realizó para favorecer al expresidente Pedro Pablo Kuczynski (2016 – 2018) para evitar su destitución por parte del Congreso, la que impulsaba Keiko. En las elecciones de 2016 Keiko perdió en segunda vuelta por un muy estrecho margen, apenas unos 40 mil votos, contra PPK, como se conoce a Kuczynski, pero obtuvo mayoría absoluta en el Congreso. Keiko no reconoció el triuinfo de PPK -como tampoco ha reconocido su derrota ante Pedro Castillo en 2021- y a pesar de las coincidencias entre ambos -dos versiones de la derecha- buscó cobrarse la revencha de la derrota que no pudo asimilar declarándole desde el Congreso la guerra al gobierno. 

En diciembre de 2017, Keiko promovió en el Congreso la destitución de PPK por “inacpacidad moral”. Se habían revelado evidencias de que Kuczynski había beneficiado a la constructora brasileña Odebrecht a cambio de beneficios económicos cuando había sido ministro en el gobierno de Alejandro Toledo (2001 – 2006). A Keiko no le preocupaba la corrupción denunciada, su interés era ganar poder cuando las investigaciones judiciales en su contra por lavado de dinero avanzaban y cobrar la venganza que esperaba contra quien la había derrotado en la elección presidencial. Pero cuando se alistaba a celebrar la caída de PPK que daba por segura, Kenji se rebeló, rompió la bancada fujimorista y apoyó al presidente con diez votos fujimoristas con los que evitó su destiutución, que necesitaba 87 votos de 130, pero obtiuvo 79.

La cámara oculta

A cambio de ese apoyo, Kenji pidió el indulto de su padre, en prisión desde 2007 condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción, que PPK le otorgó días después, en la noche de la Navidad de 2017. Ese indulto sería anulado en octubre de 2018 y el exdictador volvió a prisión. En marzo de 2018, después que aperecieran más evicencias que comprometían a PPK con los negocios sucios de Odebrecht, y con las protestas ciudadanas en su contra por el indulto a Fujimori, se presentó un nuevo pedido en el Congreso para destituirlo. Legisladores que antes se habían opuesto a esa destitución esta vez habían anunciado su voto a favor. PPK la tenía difícil. Su nuevo aliado Kenji comenzó a buscar apoyo para evitar la caída del mandatario que había indultado a su padre. Lo hizo comprando votos. Keiko vio su oportunidad de contraatacar y mandó a unos de sus congresistas a negociar con Kenji su voto a favor de PPK, pero el verdadero objetivo del legislador, Moisés Mamani, era grabar en secreto a Kenji ofreciéndole comprar su voto para ponerlo en evidencia. Así lo hizo. Para tumbarse a PPK, y a Kenji que había comenzado a disputarle su poder absoluto en el fujimorismo , Keiko decidió hacer público ese video, ahora convertido en la prueba principal para la condena a su hermano. Acorralado por el escándalo, PPK renunció. Kenji fue expulsado del partido fujimorista y después del Congreso, y borrado de la escena política. Keiko celebró.

Si se confirma la condena a Kenji, el hijo favorito del exdictador irá a prisión, como su padre, pero no estarán en la misma cárcel porque Alberto Fujimori cumple condena en una cuartel policial convertido en su exclusiva prisión VIP. Keiko, que ha tenido mucho que ver en la condena su hermano, podria sumarse a ellos en prisión. Las tres veces derrotada candidata presidencial está siendo juzgada por lavado de activos. Los Fujimori están estrechamente ligados al delito y la cárcel. La condena a Kenji Fujimori es un nueva capítulo en esa negra historia familiar.