La selección de Serbia dejó escapar este lunes una chance inmejorable y complicó su clasificación para los octavos de final al igualar 3-3 con Camerún, en un partido en el que parecía que podía golear y en el que se tuvo que conformar con un punto. Cuando promediaba el segundo tiempo, el conjunto balcánico ganaba 3-1 y tenía todo bajo control, pero se descuidó y los cameruneses empataron de contragolpe.

En uno de los mejores partidos del certamen, Serbia y Camerún brindaron un espectáculo brillante, con dos equipos que pensaron en el arco rival y que dejaron innumerables ocasiones de riesgo. Si bien los serbios dominaron el desarrollo y pudieron ponerse en ventaja con un remate de Mitrovic que pegó en el palo, fueron los cameruneses los que se colocaron en ventaja con una pelota parada que definió el central Jean-Charles Castelletto.

Más allá de la desventaja, Serbia siguió siendo mejor y en una ráfaga dio vuelta el partido, cuando ya se jugaba el tiempo de descuento de la primera mitad. Primero fue el central Pavlovic el que definió con un cabezazo perfecto y luego fue Serge Milinkovic-Savic el que resolvió a colocar desde el borde del área para colocar el merecido 2-1 parcial.

Con el campo y el resultado a favor, Serbia mostró su mejor versión y llegó al tercer gol con la mejor jugada colectiva del campeonato, en un ataque en que la tocaron todos sus jugadores de ofensiva y terminó definiendo Mitrovic con absoluta comodidad. 

El partido estaba para que Serbia engrosara su diferencia de gol pensando en la clasificación y para que Camerún aumentara su racha de partidos perdidos de forma consecutiva en Copas del Mundo, cifra que ya trepaba a ocho. Sin embargo, el ingreso de Vincent Aboubakar y la displicencia serbia cambió el panorama. En tres minutos, el delantero convirtió un golazo por encima de la cabeza del arquero -como parecía en offside, medio que canchereó la definición y le salió una obra de arte- y asistió a Choupo-Moting para que el delantero del Bayern marcara el empate, ante una defensa inexplicablemente despoblada y adelantada.

Con el marcador igualado, Serbia recuperó el control y generó las mejores ocasiones, pero ya no tuvo precisión para quedarse con el triunfo. Así dejó pasar una gran oportunidad y quedó a la espera de una mano de Brasil más tarde ante Suiza, para luego ganarle a los helvéticos para aspirar a los octavos de final.