Elegir una carrera universitaria siempre es complejo, sobre todo en una época en que la preocupación por la salida laboral influye mucho a la hora de pensar una profesión y un futuro. Hay mitos que caen ante la evidencia. Uno de estos es que quienes estudian carreras humanísticas no consiguen trabajo en su especialidad.

Cabe destacar que una encuesta reciente realizada por el rectorado de la UBA a las y los graduados de los últimos años puso sobre la mesa que el 87 por ciento de quienes egresan de la Facultad de Filosofía y Letras está trabajando en el mercado formal y que el 78 por ciento lo hace en temas vinculados a sus estudios. En la facultad de Filosofía y Letras de la UBA se dictan nueve carreras: Filosofía, Letras, Artes, Bibliotecología y Ciencias de la Información, Ciencias Antropológicas, Ciencias de la Educación, Edición, Geografía e Historia.

En algunas de estas, como Ciencias de la Educación, la actividad laboral llega al 96,7 por ciento. Es así también para estudiantes de las carreras menos conocidas dentro de la oferta de Filosofía; como Geografía y Bibliotecología y Ciencias de la Información (BCI), disciplinas del área de humanidades con una demanda que supera la cantidad de profesionales diplomados.

Existen varios lugares comunes: la figura de la bibliotecaria o el bibliotecario rodeados de cientos de libros con letra ilegible, en una biblioteca llena de polvo y fichas amarillentas, sin mucha actividad. Esta imagen dista mucho de la realidad en la carrera de BCI. Si bien el panorama fue variando a lo largo del tiempo, con el advenimiento de importantes avances en las tecnologías de información y comunicación, la salida laboral se amplió, rompiendo las paredes de la biblioteca.

Pero entonces, ¿a qué se dedican las y los graduados de esa carrera? La formación abarca el análisis, la organización, la clasificación y la sistematización de la información de enormes bases de datos, tanto en formatos físicos como digitales. Vamos a encontrar profesionales trabajando en bibliotecas populares, escolares, universitarias y especializadas, en archivos o centros de documentación.También, organizando contenidos en la red, digitalizando documentos en soportes gráficos y audiovisuales, planificando y gestionando proyectos, investigando y aplicando innovaciones tecnológicas.

Dentro de las humanidades, otra carrera con mucha demanda frente a la cantidad de graduados es Geografía. El sentido común nos remite inmediatamente a la escuela secundaria, a los mapas, los ríos, las montañas y la memorización de capitales. Pero Geografía es mucho más que eso. Busca explicar cómo las sociedades construyen sus territorios, entendidos como espacios sociales en transformación permanente, en los que se manifiestan una gran diversidad de problemáticas ambientales y territoriales. Las y los graduados son muy requeridos, tanto en instituciones públicas como privadas. Dadas las crecientes dificultades que tienen las sociedades por la exploración y explotación de su entorno natural, su fuente laboral también puede ser el asesoramiento a gobiernos, empresas o ONGs, planificando y gestionando en áreas vinculadas a la urbanización y el ambiente.

La elección de una carrera universitaria es una tarea difícil y las inquietudes sobre las salidas laborales atraviesan a quienes deciden embarcarse en el estudio de una carrera de grado. La experiencia nos muestra que quienes encaran el estudio de Bibliotecología, Geografía, así como de las otras carreras que ofrece Filosofía y Letras, pueden despejar preocupaciones porque encuentran trabajo vinculado a su disciplina incluso antes de graduarse.


* Secretaria y subsecretaria de Asuntos Académicos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA).