"Secuestrar el celular de (Gerardo) Milman es imperioso”, reclamó la querella de Cristina Fernández de Kirchner en una nueva presentación ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, a cargo de la causa por el intento de magnicidio. El planteo enumera pruebas comprometedoras para el diputado del PRO y advierte que “el centro de la cuestión es lo que contenga su teléfono” y “no solo del de sus asesoras que, además, ya borraron”, lo que el escrito considera “un indicio de criminalidad”. 

Los abogados de la vicepresidenta están convencidos de que las colaboradoras de Milman, que estaban con él en la confitería Casablanca cuando un testigo lo escuchó decir "cuando la maten voy a estar camino a la costa", mintieron o tergiversaron información en sus dos declaraciones testimoniales, lo que acrecienta las sospechas. Pidieron más medidas y testimoniales. 

Sobre Milman

Sobre la situación de Milman, el escrito remarca que como diputado tiene inmunidad de arresto pero no de "proceso" por lo tanto se podría secuestrar su celular. Como medida eventual, se propone que se le pida autorización a la Cámara de Diputados para acceder al aparato. 

Para los abogados no sólo es importante el contenido (aunque no esperan que exista allí una confesión que lo vincule con el intento de magnicidio) sino que se haga un entrecruzamiento de llamados entre las líneas telefónicas pertenecientes a Milman, a sus asesores Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, María Alejandra Mroue (de Crónica TV y aparente socia de Mónaco) y el dirigente de ultraderecha Hernán Carrol. También pide incluir a Brenda Uliarte, Fernando Sabag Montiel y Gabriel Nicolás Carrizo e incluir un estudio de geolocalización de los celulares. El plazo a estudiar debería ser desde abril --cuando Uliarte empezó a a tener mensajes ligados al atentado-- hasta la actualidad. Al mes siguiente Mroue conoció a Gómez Mónaco. "Este momento es, a su vez, coincidente con el inicio de la incitación, por parte de Revolución Federal, a la violencia contra Cristina Fernández", dicen Ubeira y Aldazabal. 

¿Qué compromete a Milman? Según enumera el escrito: el testimonio de Jorge Abello que lo escuchó decir la famosa frase; que Milman estuvo en Casablanca con sus asesoras el día indicado por Abello; que Milman viajó a la costa, tal como escuchó Abello; que en la casa de Uliarte se halló una nota manuscrita con “la regla Tueller”; que Milman y Patricia Bullrich querían importar de Estados Unidos, que establece una distancia de 6,4 metros para poder defenderse; los pedidos de informes solicitados por Milman sobre la custodia de la Vicepresidenta: uno, del día del atentado (habria que sumar el proyecto donde anunciaba el atentado) ; que Abello contó lo sucedido casi inmediatamente; las asesoras se contradicen, lo que se ve agravado por lo que hicieron con sus celulares; Gómez Mónaco, además, declaró que si bien ella se ocupa de tareas del despacho, ella no supo de sus pedidos de informe. No es habitual que los asesores no sepan estas cosas. Entonces la querella se pregunta si Milman actuó por su cuenta en algo relacionado con el atentado. 

Posibles mentiras y más involucrados

  • La primera vez que declararon las asesoras de Milman --Carolina Gómez Mónaco e Ivana  Bohdziewicz-- primero dijeron que no recordaban haber estado en Casablanca el 30 de agosto, o que si habían estado había sido meses atrás, en marzo. Cuando les mostraron los  videos que las registraban allí no tuvieron otra opción que aceptarlo. Igual, se contradecían entre ellas. Pero la jueza no quiso secuestrar sus celulares. En su segunda testimonial parece que se juntaron y de golpe recordaron que sí, que habían estado aquel día en el bar con Milman. En su declaración inicial no recordaban haber estado juntas. Esta vez una dijo que era para planear un viaje a Mar del Plata y la otra a Pinamar, pero parece que no se escuchaban mutuamente, por lo tanto ninguna sabe nada de la otra. Según la querella, volvieron a mentir. 
  • Gómez Mónaco dio una explicación dudosa sobre la relación con la periodista de Crónica TV, María Alejandra Mroue, quien habría estado en los programas donde aparecía Brenda Uliarte --una de las detenidas por el intento de magnicidio-- hablando en contra de los planes sociales y con un discurso antigobierno. Contó que se conocieron en mayo o junio en su propio estudio de belleza porque la mujer había ido con un fotógrafo amigo de ella. Gómez Mónaco relató que se enteró que Mroue tenía un estudio de danza en Núñez y como a ella no le “estaba yendo muy bien” con su propio emprendimiento, le propuso a Mroue “hacer algo en conjunto para poder tener otra ganancia”. Según la Inspección General de Justicia (IGJ) la asesora de Milman tenía ingresos millonarios, unos 50 millones de pesos anuales, con la sociedad Salvattore SAS. El proyecto con Mroue se frustró, dijo, cuando surgió el posible involucramiento de Milman en el atentado. No está claro qué pasó en el ínterin, porque el ataque fue el 1 de septiembre. La querella quiere que declare Mroue, que la IGJ informe todas las sociedades donde participa Gómez Mónaco y sus ganancias. También que pida un informe a la AFIP y constate si la sociedad con Mroue no existió. 
  • Ante el pedido de la fiscalía, Gómez Mónaco mencionó una larga lista de asesores/as de Milman, entre quienes mencionó a su propia hermana Daniela, quien manejaba fondos reservados de la escuela de Inteligencia del Ministerio de Seguridad, pero se olvidó de Fernando Daga quien, al parecer, tenía un contrato de locación de servicios. Daga es el socio de Gómez Mónaco en Salvattore SAS, que es Luxa Estética. Según la IGJ Gómez Mónaco fue nombrada el frente de la Escuela de Inteligencia casi al mismo tiempo que se fundó Luxa, que no tiene balances ni actas, que comenzó con capital negativo pero habría tenido ingresos suculentos. La querella pidió la nómina completa de empleados. 
  • Cuando la jueza se negó a secuestrar los celulares de las asesoras, la querella planteó que si tenían algún vínculo con el ataque, borrarían el contenido. Fue tal cual lo que ocurrió. Gómez Mónaco dijo que se había comprado una nuevo pero que tal vez estaban los mensajes ateriores y  Bohdziewicz directamente dijo "les aviso que borré todo" y que fue el mismo día que la jueza le delegó la investigación al fiscal Carlos Rívolo. Aclaró que se había asesorado. Son personas que sabían que sus celulares podían ser incautados. 
  • Ahora hay que ver si se puede recuperar lo borrado, pero más allá de eso, CFK pide: que todas las empresas de telefonía informen las líneas a nombre de Gómez Mónaco, Bohdziewicz y Gerardo Milman; que se identifique a quién asesoró a Bohdziewicz en el borrado del contenido de su celular y si establezca si ella tiene responsabilidad penal por eso. Remarcan que el análisis de mensajes deben ser previos al 30 de agosto, no posteriores como se dispuso. Por eso, el centro de la cuestión es lo que contenga el teléfono de Milman, y no solo el de sus asesoras (que, además, ya borraron). En suma, las pruebas se han ido acumulando (salvo las destruidas por sus asesoras; destrucción que, por sí misma, es también un indicio de criminalidad) y secuestrar el celular de Milman es imperante. Además, si la pericia sobre los celulares de las asesoras de Milman se limita a los mensajes posteriores al 30 de agosto, es evidente que de ella no saldrá nada relevante sobre la preparación del atentado. Esto hace aún más importante contar con el celular de Milman.
  • Todavía no se investigó el vínculo entre Hernán Carrol, de Nueva Centro Derecha, con Fernando Angel Villares, con quien la querella sospecha que hizo viajes. Villares era el jefe de gabinete de Milman en el Ministerio de Seguridad. "De Carrol, lo último que supimos es que borró su celular el día antes de 'ponerlo a disposición'. Cabe recordar que Carrol tiene fotos con Milman y su jefa, Patricia Bullrich, y que tuvo contacto directo con Uliarte y Sabag Montiel", dicen los abogados. Piden informes a la Dirección Nacional de Migraciones sobre salidas del país de Carrol y Villares. 
  • La querella reclama que se coteje si la letra del manuscrito sobre la regla de Tueller pertenece a, por ejemplo, Gabriel Carrizo, otro de los detenidos, dueño del negocio del los copos de azúcar, así como el origen del texto que se usó como base. Por último, que se verifique si Brenda Uliarte estuvo en un marcha de Nueva Centro Derecha.