Desde Doha

La ansiedad por el partido del seleccionado argentino ante Países Bajos fue enorme de parte de los simpatizantes que se encuentran en este país. Los hinchas no durmieron con normalidad, y amanecieron muy temprano para ver al conjunto que lidera el rosarino Lionel Messi.

El cielo se presentó gris y el viento fue constante durante la mañana. La efervescencia aumentaba a medida que pasaban las horas, y desde las 17 los hinchas se fueron acercando al estadio Lusail, cuando todavía faltaba demasiado para el inicio del juego.

Las expresiones de apoyo se podían escuchar con claridad, y los deseos de victoria se multiplicaban. Además, también había tiempo para ofender a los brasileños. El máximo rival había comenzado su compromiso ante Croacia, mientras la tensión iba creciendo.

El estadio Lusail se encuentra en el norte de Doha, y se puede acceder con la línea roja del metro, hasta llegar a la estación terminal. La salida se ubica a pocos metros de la cancha, casi en una continuidad del recorrido.

El ruido por las calles fue atronador, muy superior a lo que ofrecían los neerlandeses, que se trasladaban en grupos más reducidos. La primera explosión llegó con la eliminación de Brasil, que no pudo en los penales frente a los croatas. La definición se festejó como si hubiera sido un gol del equipo de Lionel Scaloni.

La gente buscó desde temprano amenizar la espera y muchos se reunieron en el denominado “Maradona Fest”, para recordar al astro fallecido. En el evento estuvo presente el ex futbolista Jonás Gutiérrez, que participó del Mundial 2010 de Sudáfrica, justamente con Maradona como entrenador y Messi como compañero.

La música sonó y la imagen de Maradona estuvo desde el primer momento, en un recinto dedicado al campeón del mundo en México 1986. "Olé, olé, olé, Diego, Diego...", gritaron los fanáticos, y luego se dio lugar a la reconocida canción "La Mano de Dios", creada por el cordobés Rodrigo Bueno.

En el lugar se juntaron alrededor de mil hinchas y también en el cierre se vio un holograma de Maradona, en el que se escucharon algunas palabras, reviviendo al ex jugador de Argentinos Juniors y Boca, entre otros equipos.

Los que pudieron ingresar al estadio luego de tanta euforia contenida, aportaron para que el mismo alcanzara la cifra de 88.235 personas. La madrugada había llegado en Qatar, y del sufrimiento se pasó al desahogo casi sin escalas, luego de una dramática definición por penales.

Los que se encontraban detrás del otro arco en el cual se lanzaron los penales, todos argentinos, siguieron su fiesta cuando el estadio ya estaba vacío. Un grupo de alrededor de 600 personas continuaron cantando y bailando hasta las dos de la madrugada, justo en el momento que la gente de seguridad se empezó a acerca para tratar de que desalojen el lugar.

La misma gente fue la que esperó a los jugadores al final, cuando los protagonistas comenzaron a revolear las camisetas y compartir la emoción con los fieles. El arquero Martínez fue el que primero arengó a ellos para que no dejaran de alentar en todo momento. 

Argentina sigue adelante en la Copa del Mundo y se instaló entre los cuatro mejores del torneo. El desborde continuará en Doha durante los próximos días, en una nueva preparación para las semifinales del martes próximo. 

Los banderazos, los cantos, los gritos y todo el aporte que caracteriza a los argentinos en ese tipo de expresiones, no cesarán por las calles de aquí, ya con la obsesión de ser protagonista en el partido decisivo del 18 de diciembre próximo en este mismo escenario.