Los datos del censo 2022 sobre fecundidad de las mujeres argentinas todavía no están procesados. Pero según cuenta Gladys Massé, una de las mayores especialistas en población, que se suma a la entrevista con Marco Lavagna, los números de fecundidad se están derrumbando. De entrada nomás, muestra un gráfico en el que se ve el primer dato, de 1869, cuando cada mujer tenía, en promedio, siete hijos. Según el censo 2010, la tasa de fecundidad bajó a 2,4 hijos de mujeres entre 15 y 49 años. Y todo indica -según analiza Massé- que el número va a estar ahora por debajo de dos, tal vez 1,8 hijos por mujer. Un dato positivo según las primeras estimaciones es que bajó fuerte el embarazo adolescente, seguro por la influencia del movimiento feminista, la educación sexual y el acceso a más información. 

Por supuesto que la baja de la fecundidad se trata de un fenómeno mundial, esencialmente de países occidentales. “Los índices no serán homogéneos en todo el país”, señala Lavagna. Y Massé menciona dos distritos que suelen tener fecundidad más alta: Mendoza y Misiones. A veces se habla de razones educativas, otras de razones culturales. En unos meses, se podrá ver con mayor claridad cuando los datos estén procesados. No es difícil pronosticar que la Ciudad de Buenos Aires tendrá el índice de fecundidad más bajo, dado el envejecimiento de la población.

En todo el país, baja la fecundidad, aumenta la expectativa de vida y, el resultado, es que en promedio la población envejece. Ya se sabe que las mujeres tienen una expectativa de vida mayor a la de los hombres y eso determina que haya más mujeres que hombres en la medida en que avanzan las edades”, explica Massé. La diferencia entonces se hace más nítida en los distritos con fecundidad más baja y en las franjas de edad de las mujeres mayores de 60 años.  

Es decir que cuando el Indec informó que en la Argentina hay 23.700.000 mujeres y cerca de 22.100.000 hombres, esa diferencia, son 1.600.000 mujeres de 60 años para arriba. Y, por lógica, la mayor desigualdad se da en la Ciudad de Buenos Aires, donde hay 118 mujeres por cada 100 hombres. Hay mucho debate e investigación sobre las razones de la mayor longevidad femenina. En algún momento se mencionaba que podía deberse a que la mujer recién en los últimos 50 años se incorpora al mercado de trabajo. Pero ocurre que desde esa incorporación, la diferencia en la longevidad de las mujeres se hizo aún mayor. Se toma como ejemplo a Japón, donde hay más diferencia en la expectativa de vida entre mujeres y hombres que en la Argentina, pero muchos investigadores adjudican el fenómeno al alcohol, o sea al mayor consumo de alcohol de los hombres.