“Congreso escucha, Pepsico sigue en lucha”, gritaban las trabajadoras y trabajadores que habían ocupado la planta que la multinacional tiene en Florida y fueron desalojados hace dos semanas con una desaforada represión. Junto a las agrupaciones políticas, sociales y sindicales de izquierda que los vienen acompañando, se habían manifestado desde las 8 en el Obelisco, donde cortaron el Metrobus y luego marcharon hacia el Congreso, pero al llegar a la esquina de Entre Ríos y avenida de Mayo tuvieron que detenerse por un doble cordón policial. “Que le manden los milicos a la patronal para que cumpla con la reincorporación nuestra”, dijo el delegado Camilo Mones sobre el fallo de la Cámara laboral que Pepsico sigue ignorando.

Los manifestantes querían llegar hasta las puertas de la Cámara de Diputados porque Nathalia González Seligra, diputada del PTS-FIT, presentaría sobre tablas el proyecto de ley para que sea expropiada la fábrica que Pepsico cerró, y darle un fin social a la producción en manos de sus trabajadores. Pero los uniformados no los dejaron pasar y arrojaron gas pimienta a los rostros de quienes encabezaban la marcha. 

Ya en el recinto, González Seligra pidió el repudio por el accionar represivo de la policía de la Ciudad y logró 131 votos a favor del proyecto de expropiación. Sin embargo, no alcanzó los dos tercios necesarios para que fuera ley. “Esta es la agenda que debería ser tratada en el Congreso, la de los trabajadores que resisten los planes, y no este circo electoral que han montado para evitar la discusión sobre los verdaderos problemas que viven millones en el país”, dijo en referencia a la sesión sobre Julio De Vido (ver página 3). Además, la legisladora exigió la interpelación del ministro de Trabajo Jorge Triaca, “para que dé explicaciones acerca del accionar de esa cartera ante el despido de más de 600 familias”.