El candidato a la presidencia de Paraguay por la Concertación opositora, Efraín Alegre, celebró en diálogo este lunes con Página/12 la noticia del alta médica del expresidente Fernando Lugo, internado en Buenos Aires luego de sufrir un ACV el año pasado. "Estamos muy contentos. Va a poder participar de la política, estando más cerca de todo lo que está pasando en el país", aseguró Alegre sobre el líder del Frente Guasú, a quien acababa de ver en medio de una agitada gira de campaña por Argentina.

La próxima será la tercera vez que Alegre busque alcanzar la presidencia de Paraguay. En 2013 perdió frente a Horacio Cartes y en 2018 ante el presidente actual Mario Abdo Benítez. En esta ocasión, su compañera de fórmula será Soledad Núñez, ingeniera civil y exministra de Urbanismo, Vivienda y Hábitat durante el gobierno de Cartes. Alegre definió al acuerdo opositor que integra como "el mayor entendimiento político en la historia del país" y sostuvo que "el contrabando tiene un jefe en Paraguay que es Horacio Cartes".

Paraguay elegirá este 30 de abril presidente y vicepresidente, senadores, diputados, gobernadores y concejales. El presidente Mario Abdo Benítez no puede renovar mandato por no haber reelección en Paraguay. Santiago Peña, del bando opuesto al del actual mandatario dentro del oficialista Partido Colorado, será quien lidere la fórmula oficialista tras imponerse en las internas y competirá contra el liberal Alegre.

La importancia de contar con Lugo

Lugo, de 71 años, encabeza la lista de candidatos al Senado por el Frente Guasu-Ñemongeta para los comicios generales. El expresidente entre 2008 y 2012 sufrió en agosto de 2022 un ACV por el que fue trasladado el 7 de septiembre pasado a Argentina para su rehabilitación. "Todo el proceso de recuperación de Fernando realmente fue impresionante. Pude participar de una muy linda noticia que es el alta, lo que indica que ya se puede disponer el traslado al Paraguay y a su casa", aseguró Alegre.

El líder del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) cree que será electo presidente en abril y en tal caso, confía en la importancia de Lugo para tejer una alianza con los gobiernos progresistas en la región. "Desde luego que Fernando nos puede ayudar bastante en ese escenario. Hoy la región es una región de cambio, tenemos gobiernos que representan una visión más progresista y en ese sentido, nosotros apostamos a la construcción de un proceso de integración fuerte que tenga una visión más amplia y solidaria", dijo.

Una alianza opositora muy variada

La fórmula compuesta por Efraín Alegre -PLRA- y Soledad Núñez del centrista Partido Encuentro Nacional, se impuso con el 60 de los votos en la interna abierta de la Concertación. Núñez fue ministra de Cartes y sigue generando cierto recelo entre sectores progresistas del Frente Guasú. La senadora de ese espacio de izquierda, Esperanza Martínez, irá por la reelección luego de ceder a sus aspiraciones presidenciales, reconociendo que quiere "ganar el partido aunque no sea la Messi del equipo".

El abanico de partidos de derecha, centro e izquierda que componen la Concertación, no tiene antecedente en la historia de Paraguay. Para Alegre las diferencias internas no harían mella en una eventual gobernabilidad. "Se han dejado de lado las alineaciones políticas para construir un espacio amplio cuya condición es estar comprometido con el cambio. Todos aquí estamos bajo la tricolor bandera paraguaya, por eso decimos que en la Concertación está la Patria. Son más de 40 organizaciones con un propósito claro y una presencia importante de representantes del Partido Colorado desencantados".

"Los argentinos no quieren trabajar"

Enfrente, la Concertación tendrá nada menos que al histórico Partido Colorado, que apuesta a una "renovación" después de varios escándalos. Santiago Peña se impuso en la interna del partido y será el candidato a la presidencia: es un antiguo militante del PLRA que debió afiliarse al Partido Colorado en 2015 como requisito para asumir como ministro de Hacienda del entonces presidente Cartes.

Peña generó un escándalo días atrás al declarar en un acto de campaña: "Yo quiero un Paraguay donde no haya gente que quiera trabajar y no consiga trabajo. Para todo el que quiera trabajar, porque hay mucha gente que no quiere trabajar. Nuestros vecinos acá en la Argentina no quieren trabajar, es una realidad y está mal, no tenemos que llegar a eso". Alegre asegura que sintió "vergüenza ajena" al escuchar sus palabras, sobre todo considerando que "el pueblo paraguayo es un pueblo inmensamente agradecido por la gran hospitalidad del pueblo argentino y sus gobiernos".

El candidato liberal asegura que Paraguay tuvo grandes crisis ligadas al exilio frente el golpe de Estado de 1954 y la emigración económica ante la falta de oportunidades y por causas de salud. "Hoy hay miles de compatriotas que van a Argentina a buscar asistencia en salud porque en el Paraguay el sistema no lo ofrece. Imagínese lo desorientado y desatinado de las declaraciones de Peña", detalló.

Sanciones y denuncias de corrupción

Alegre dijo dos años atrás que Paraguay estaba en su peor momento desde la caída de la Dictadura de Alfredo Stroessner en 1989. Hoy dice que no solo sigue pensando lo mismo, sino que también lo acompaña la comunidad internacional. "Nuestras instituciones están puestas en peligro por el crimen organizado, el lavado de dinero y el contrabando que en Paraguay tiene un jefe que es Horacio Cartes. Con el dinero sucio que viene de la narcopolítica, es con lo que se secuestran instituciones, se pagan fiscales y jueces y sobornos a parlamentarios. Hoy Cartes está procesado en Brasil y EE.UU y no puede salir del Paraguay, que no es su lugar de residencia, sino su guarida", planteó Alegre.

Esa referencia iba dirigida al expresidente Cartes, sancionado este año por EE.UU. acusado de ser "significativamente corrupto", al igual que el actual vicepresidente de Paraguay, Hugo Velázquez. "Estamos a un paso de avanzar hacia una economía narcodependiente y eso la gente lo entiende perfectamente. Miles de colorados están en la Concertación, ellos también quieren ver el cambio porque no se ven representados por Cartes y Peña. Este es un modelo que ha colapsado y está agotado", planteó Alegre. 

Los ejes de un eventual gobierno

El Partido Colorado gobierna Paraguay desde hace 76 años, con un impasse en el que Lugo alcanzó la presidencia entre 2008 y 2012, año en que fue destituido en un juicio político que muchos tildaron de golpe blando. Ante la posibilidad de un histórico "segundo tiempo", Alegre asegura que la primera tarea de su gobierno será recuperar la institucionalidad. 

"Necesitamos ofrecer al mundo y a nuestros compatriotas un Paraguay donde podamos dar seguridad jurídica. Hoy la institucionalidad, la Fiscalía, los jueces y los parlamentarios están controlados por el dinero sucio del crimen organizado. Tenemos una necesidad urgente de trabajar en una política de crecimiento y generación de empleo, utilizando nuestros recursos en abundancia como la energía. Hay mucho por hacer porque tenemos una población que hoy está excluida", detalla el exsenador de 60 años. Con una pobreza que alcanza al 27 por ciento de la población y fuertes desigualdades sociales, Paraguay tuvo en 2021 un crecimiento de 4,2 por ciento del PBI y mantiene su índice de inflación en menos de dos dígitos.

Para las elecciones generales del 30 de abril, la Unión Europea anunció que enviará una misión de observadores. "Invitamos a políticos y dirigentes argentinos a que participen como observadores, necesitamos más que nunca la presencia de la comunidad internacional porque el 30 de abril estamos seguros que vamos a ganar y el cambio llega", detalló Alegre, advirtiendo que en caso de perder Peña, "en Paraguay se comenta que el partido de gobierno no está dispuesto a entregar el poder".