Desde el 2 de agosto, la población mundial empezó a “vivir de prestado”, porque ya gastó los recursos naturales previstos para 2017, según distintas ONG que cada año miden el llamado “presupuesto ecológico” de la Tierra y que denunciaron que nunca antes había ocurrido tan temprano la fecha en que el consumo anual supera la capacidad del planeta para regenerarse.

El llamado Día de la Sobrecapacidad fue fijado en 2007, cuando se comenzó a medir la huella ecológica y se fijó la fecha en que la población empieza a consumir más recursos naturales de los que la Tierra puede generar a lo largo de un año. Ese 2007, el planeta comenzó a “vivir de prestado” desde el 19 de diciembre, es decir que fueron apenas doce días los que se consumió demás. El Día de la Sobrecapacidad (Earth Overshooting Day) ocurre cada año más temprano (en 2016 fue el 8 de agosto, cuatro días antes que en 2015 y casi un mes antes que en el 2000). “Eso demuestra que el deterioro ambiental se está acelerando”, afirmó Mathis Wackernagel, cofundador de la organización Global Footprint Network, que mide la “huella ambiental” de los países, en términos de “biocapacidad”, es decir la capacidad de mantener y renovar sus recursos naturales. 

De acuerdo con Global Footprint Network, nunca antes la fecha en que se agotaron los recursos había sido tan temprano, cinco meses antes de que comience el conteo de un nuevo presupuesto. La última vez en que el consumo total anual de la humanidad –la huella ecológica– no superó los recursos naturales renovables –la biocapacidad– fue en 1969. La organización ecologista advirtió que la humanidad consume actualmente los recursos que producirían 1,7 planetas.

Según cálculos de Global Footprint Network, el sesenta por ciento de la huella ecológica es producida por las emisiones de carbono, las mayores responsables del cambio climático, las cuales aumentaron más del doble desde principios de los años 70 del siglo pasado. Además, advirtieron, un tercio de la comida producida en todo el mundo –1300 millones de toneladas anuales– se malgasta, provocando el 9 por ciento de la huella ecológica mundial. Este año, la ONG puso foco en el desperdicio de alimentos como uno de los principales factores del excesivo gasto ecológico.

“Estamos viviendo a costa de los recursos naturales de las futuras generaciones”, dijo el secretario general del Fondo Mundial para la Naturaleza, filial España (WWF), Juan Carlos del Olmo. Junto con Global Footprint Network, las dos organizaciones ecologistas vienen alertando sobre cómo la tala de árboles, la emisión de dióxido de carbono, o la pesca indiscriminada en los mares hacen que el “presupuesto ecológico anual” se agote antes de tiempo.

En un comunicado, WWF aseguró que las soluciones “están a nuestro alcance” con acciones como la firma del Acuerdo de París contra el cambio climático (2015) o la adopción de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas acerca de la reducción de emisiones de fluocarbonados (los gases que provocan el efecto invernadero) o con la aceleración de la transición hacia el uso de las energías renovables. Según la ONG, si cada años se lograra retrasar la fecha de la sobrecapacidad en 4,5 días se podría vivir y consumir de forma sostenible en 2050. Pero no parece que la humanidad vaya por ese camino.