Las acciones de Google subieron más del 10 por ciento en los últimos días de la semana pasada. La cifra es impactante si se tiene en cuenta que la empresa tiene una valorización bursátil de casi 1,5 billones de dólares. Se trata de un monto que es tres veces el PIB de la Argentina. El salto de precio de la tecnológica se dio luego de los anuncios de su director ejecutivo Sundar Pichai sobre la llegada de nueva inteligencia artificial a todos los productos de la empresa.

Google hizo un evento demostración de las funcionalidades que se liberarán en los próximos meses para sus millones de usuarios. Gmail tendrá capacidad de redactar respuestas a correos electrónicos (el usuario sólo deberá apretar un botón y dejar que la maquina escriba), Google fotos tendrá opciones de edición que sorprenderán y las hojas de cálculo (similares a un excel) analizarán los datos como si fueran un experto en data Science.

Para Sundar Pichai la presentación de la semana pasada no era un evento más: había sido muy criticado a principios de este año por haber dejado a Microsoft ganar terreno en el mercado de la inteligencia artificial. Este ingeniero en materiales que nació en la India, se especializó en universidades de Estado Unidos, ganó fama por haber participado en el proyecto de Android y en 2019 fue elegido por los dueños de Google para ocupar la posición de CEO, necesitaba revancha con el guiño de los inversores en Wall Street.

Entre las nuevas funcionalidades y productos que se presentaron estuvo presente y fue protagonista el nuevo chat de lenguaje natural de la compañía llamado Bard. Este mes fue habilitado para que los usuarios de Google lo prueben en más de 180 países, en los próximos meses manejará más de 40 idiomas e incluirá la posibilidad de comunicarse no sólo a partir de texto sino con imágenes o incluso mapas.

Posiblemente un turista no necesite entrar a aplicaciones como Google Maps para conocer el camino que quiere hacer en auto o bicicleta. Se lo podrá preguntar directamente a Bard, y recibirá la respuesta en el mismo chat (con un mapa incluido). A su vez, tendrá una lista de lugares y de recomendaciones para visitar que serán armadas en forma personalizada.

Sin embargo, este ejemplo no es el caso de uso más interesante para el nuevo chat de lenguaje natural de Google. Desde la empresa aseguraron que trabajan para integrarlo con servicios y aplicaciones de otras firmas. Esto puede cambiar la lógica en la que se consumen productos por internet. El chat de Bard podría tener la capacidad de pedir un delivery de empanadas o helado si se asocia con empresas como Rappi. Hacer la reservación de un hotel si se asocia con Booking o manejar una cuenta bancaria si se asocia con un banco.

Los inversores parecen haber confiado en esta visión de Pichai con el salto de precio de las acciones. Aunque no significa que el éxito esté asegurado. Uno de sus principales rivales, la startup Open AI, subió la apuesta. En su página web ya no hablan de redes neuronales ni machine learning, sino que aseguran que su única misión es lograr la primera inteligencia artificial general (AGI), es decir una tecnología que consiga superar las capacidades cognitivas de los humanos en tareas múltiples. Puede ser una cortina de humo para los accionistas, pero lo sorprendente es que dejó de sonar como algo inalcanzable.