Cada lector de Spider-man tiene su viñeta favorita. Y lo más probable es que esa viñeta pertenezca a John “Jazzy” Romita Sr., quien murió ayer a los 93 años, según informó su hijo, el también dibujante de cómics John Romita Jr. 

Mucho antes de que existiera la retahíla de películas y series y el interminable merchandising de todo tipo, Jazzy fue uno de los pilares del universo Marvel. Su trazo le dio la forma definitiva al trepamuros y también diseñó personajes icónicos de la “Casa de las ideas”, como Wolverine, Punisher, Kingpin, Black Widow, Mary Jane y Luke Cage, entre otra infinidad de héroes y villanos que pueblan la cultura pop desde hace décadas.

Cuando se piensa en Marvel y sus piedras fundamentales, Romita Sr. está a la par de Stan Lee (que siempre supo hacerse buena prensa) y Jack Kirby (para muchos, la gran mente creativa de los superhéroes de esa década). Al universo de superhéroes “reales” que proponía Marvel a instancias de Lee, Romita trajo más de una década de bagaje dedicado al cómic sentimental y costumbrista al que –entre otros géneros- se dedicaba en DC Comics y otros sellos. Esa mirada panóptica sobre el mundo, la cultura de su época y la idiosincrasia de su tiempo casi lo llevan a alejarse del cómic para meterse en el mundo publicitario, hasta que en un almuerzo de tres horas Stan Lee lo convenció de darle una oportunidad más a las viñetas en la emergente Marvel Comics.

Quienes conocen la minucia de su derrotero allí cuentan que Lee puso a Romita Sr. a trabajar en una serie que ya llevaba medio año en la calle: Daredevil y que inmediatamente se puso a pensar guiones a la medida de su flamante dibujante. Poco tiempo después el hombre sin miedo se cruzaría con otro vecino neoyorkino: Spider-man. Aseguran que, de parte de Lee, fue una suerte de prueba, a ver cómo el hombre se hacía cargo del personaje. El Stan Lee-editor-guionista-y-todo-lo-que-hiciera-falta quedó encantado con el resultado y pronto puso esos lápices al servicio del trepamuros. La serie bajó su tono –por entonces ligeramente oscuro, a instancias de su co-creador Steve Ditko- y se lanzó a nuevas alturas. Fue bajo el plumín de Romita que Peter Parker se convirtió efectivamente en el ícono de la editorial. Los 4 Fantásticos iniciaron la revolución marvelita, los X-Men eran la alegoría política subterránea y los Avengers el contrapeso editorial de La Liga de la Justicia de DC, pero nada gritaba tanto “Marvel” como el Spider-man de Romita Sr. Lo dibujó regularmente durante cincuenta números. “Poco”, comparado con otros runs de la industria, muchísimo comparado con los veloces cambios que se dan en la actualidad. Eso y un centenar de portadas definieron un medio.

C.B. Cebulski –actualmente editor en jefe de Marvel Entertainment, quien hace algunos años visitó la Argentina- señaló que “su estilo se alejó tanto de lo que había antes, algo que lo ponía nervioso, pero que también llegó a definir la imagen de Peter (Parker), de Spider-man, de MJ, Gwen y todos los demás que lo orbitaban. Lo mismo fue verdad para cada personaje de Marvel que John diseñó”. Además, Cebulski señaló que “tanto como artista o como director de arte John influenció a generaciones de dibujantes de cómics y con su partida la industria pierde a una auténtica leyenda”. Finalmente, el editor contó que recientemente había podido disfrutar de los originales del dibujante y que una palabra lo definía todo: “timeless”, es decir, sin tiempo o, mejor, “eterno”.

Kevin Feige, actual presidente de Marvel Studios y la figura responsable de todo el universo cinemático de la compañía reconoce que “su versión de Spider-man nos inspiró a todos en Marvel Studios” y que su trabajo “marcó el tono” del sello durante décadas. Incluso, vale señalar que algunas imágenes icónicas de Romita, como Peter Parker abandonando su traje de Spidey en un tacho de basura, llegaron casi calcadas a la pantalla grande, años después.

El trabajo de Romita Sr. en los cómics no empezó con Marvel, sino en su antecesora: Timely Comics, con una historia de gángsters en la que no aparecía su nombre. Corría 1949 y tenía apenas 19 años. Durante la década siguiente se dedicó a dibujar historietas bélicas, de ciencia ficción, terror y románticas. Su buena mano para estas últimas lo llevaron a DC, donde entre otros títulos trabajó en la por entonces hiper popular Young Love. De ahí su buen ojo para captar la moda del momento y hacer personajes mujeres interesantes y con onda. Cuando declinó el interés en el cómic romanticón, Romita casi da el volantazo. Pero antes almorzó con Stan Lee. Y el resto es historia.