A pocas cuadras del acto "oficial" realizado frente a la sede de la AMIA, en Pasteur al 600, familiares y amigos de las víctimas del atentado nucleados en la agrupación Memoria Activa se congregaron en Plaza Lavalle y exigieron que la Justicia avance en la investigación por el ataque ocurrido hace 29 años y que se libere el acceso a los documentos elaborados las fuerzas de seguridad y de inteligencia. Con la presencia de integrantes del CELS, que representa a la organización ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH), Memoria Activa recordó que la responsabilidad es de “un Estado que no solo se ausenta: es culpable”.

El acto comenzó a las 9.53, cuando sonó el shofar que remite al momento exacto de la explosión que terminó con la vida de 85 personas e hirió a otras 300, en la mañana trágica del 18 de julio de 1994. Frente al Palacio de Tribunales se volvieron a encontrar familiares y amigos de las víctimas que hace casi tres décadas reclaman justicia a un Estado que, aseguran, no solo falló al permitir que se llevara a cabo un ataque terrorista, sino que sigue sin obtener resultados en la búsqueda de los responsables, con sus instituciones desarticuladas y sus funcionarios incapaces de hacerlas funcionar, por acción o por omisión.

“El Estado argentino fracasó en la búsqueda de memoria y sigue fracasando”, dijo Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS. En octubre pasado, el CELS representó a Memoria Activa ante la Corte-IDH en una audiencia realizada en Montevideo, donde el Estado argentino reconoció su responsabilidad en todos los hechos de impunidad relacionados con el atentado. La Corte-IDH debe expedirse ahora y aunque Litvachky aseguró que están cerca de una sentencia favorable, destacó que los reconocimientos de responsabilidad por parte del Estado -el anterior fue en 2005- no se han traducido en avances concretos en las investigaciones sobre el encubrimiento de los responsables. “Asomarse al caso AMIA es como entrar a la puerta detrás del Estado -sostuvo-. Es ver cómo funciona una maquinaria incapaz de organizar las instituciones para la contención, para la reconstrucción, para la verdad, para la justicia”.

Cada orador, a su turno, volvió a poner el foco en la necesidad de que se desclasifiquen los archivos producidos por la agencia de inteligencia del Estado. Rodrigo Borda, abogado de Memoria Activa, repasó el estado actual de la causa y aseguró que la desclasificación reviste una importancia central, en tanto permitiría a la Justicia acceder a documentos que actualmente no pueden utilizarse como prueba judicial. “A diferencia de lo que ocurre con la actividad de inteligencia, en la investigación judicial el secreto es la excepción, no la regla”, aseguró y sentenció: “La impunidad de la causa AMIA no es una fatalidad del destino o una consecuencia necesaria de ese crimen atroz. Se construyó en forma deliberada y pervive actualmente por inoperancia”.

El acto duró poco más de una hora. Adriana Reisfeld recitó un texto de Janán Nudel y luego de la lectura del documento final, elaborado por los integrantes de Memoria Activa y sintetizado por Eial Moldavsky, hubo un cierre musical con una interpretación de la canción de León Gieco "La memoria”.

“Nunca vamos a saber quién puso la bomba, pero sí sabemos quiénes se ocuparon de ocultar la verdad. Aquellos que convirtieron a la causa AMIA en una alfombra llena de escombros sobre la que caminamos cada día”, concluyeron en el documento.

En diálogo con Página/12, Diana Wassner recordó el proceso de búsqueda de justicia que ya lleva 29 años: "Cada 18 de julio siento un dolor particular, una sensación de angustia que me sigue durante todo el día". Sin embargo, dioj, este aniversario fue diferente, porque lograron llegar a la Corte IDH, el “último escalón”, sin una instancia superadora donde apelar. “Tenemos allí y en la sentencia, que esperemos sea ejemplar, mucha energía y mucha esperanza puesta”, aseguró.

En la audiencia, la Corte-IDH exigió al Estado que avance en acciones concretas que permitan llegar a una reparación a los familiares. Para Wassner, sin embargo, poco se ha hecho, más que centralizar una primera parte de archivos de inteligencia de una de las sedes de la AFI en el Palacio Barolo, que ha sido acondicionado para recibir este tipo de materiales. En este sentido, recordó que “primero hay que tener los archivos para desclasificarlos” y avanzar hacia una eventual prueba. Asimismo, sostuvo que el reconocimiento de la culpabilidad del Estado y la exigencia de la Corte es “un camino de ida y hay muchas cosas que se pueden hacer. Y el Estado está obligado a hacerlas, es una deuda con las víctimas y los familiares, pero también con toda la sociedad argentina".

Como recordaron durante el acto, desde Memoria Activa rechazan los juicios en ausencia de los responsables, la postura que defiende la dirigencia oficial. “Una pícara manera que han intentado de cerrar la causa”, ironizaron en el documento final. “En estos años ha sido una constante mirar para otro lado. La causa AMIA incomoda a muchos y por eso la han querido cerrar. El juicio en ausencia es un pedacito más de esto”, afirmó Wassner. También recordó que la investigación no tiene prueba suficiente para llevar a alguien a juicio, tanto “en ausencia como en presencia”. “No se ha investigado nada, no hay nada sólido. Lo poco que han hecho estuvo mal y las pruebas que podría haber son de inteligencia y no se pueden judicializar”.

Informe: Diego Castro Romero.