HASTA EL FINAL 6 puntos

Catch the Fair One; Estados Unidos, 2021

Dirección: Josef Kubota Wladyka.

Guion: Josef Kubota Wladyka y Kali Reis.

Duración: 85 minutos.

Intérpretes: Kali Reis, Shelly Vincent, Kendall Morris, Faye Lone, Rae Anna Gott, Gerald Webb.

Disponible en Netflix.

Suele decirse que la venganza es un plato que se sirve frío. El viejo proverbio tiene su lógica, sobre todo dentro de las fronteras cinematográficas: la organización de los detalles del plan, el disfrute catártico, las consecuencias muchas veces inesperadas de la revancha planificada son excelentes motores de acción y reacción dramática, como lo atestiguan decenas y decenas de películas más o menos ligeras, más o menos oscuras. El segundo largometraje de Josef Kubota Wladyka –cuya ópera prima Manos sucias fue rodada en Colombia hace casi una década– forma parte de ese territorio moralmente ambiguo, a mitad de camino entre la aproximación codificada de los géneros populares y el drama social y psicológico. El director de varios capítulos de series como Fear the Walking Dead y The Terror construye así un relato tenso y compacto (además de breve: apenas 85 minutos de metraje) en el cual una exboxeadora profesional deja definitivamente el ring para infiltrarse en el interior de una red de trata de personas.

El origen del derrotero es muy personal: su hermana menor desapareció tiempo atrás, y todo parece indicar que terminó secuestrada por un peligroso grupo dedicado a esos menesteres. Hasta el final comienza con una descripción sucinta y directa de la protagonista, interpretada por la boxeadora en la vida real, actriz debutante y coguionista Kali Reis. Dura, seria, de facciones tan apretadas como los guantes que alguna vez estuvieron sujetos a sus manos, Kaylee pasa las noches en un refugio, durmiendo siempre con una hoja de afeitar en la boca (resabio quizás de alguna técnica de concentración afilada). Limpia luego de una adicción nunca explicitada, la joven consigue una pista que la pone detrás de los supuestos secuestradores. Ella es hija de madre aborigen y padre caboverdiano, pero la cuestión étnica no es central en la trama; aporta, de todos modos, algún que otro condimento narrativo abrazado al horror de la esclavitud sexual.

Y entonces, luego del acto introductorio, llega el encuentro con el primer “seleccionador” de nuevas chicas, antes de que la privación de la libertad se transforme en nueva forma de vida. Apenas unos años más grande que el resto del contingente, pero mucho más curtida, Kaylee ve de pronto cómo su plan vengativo es desbaratado de cuajo, aunque sus condiciones y recursos físicos se mantienen en alerta extrema. A partir de ese momento bisagra, los cazadores pasan a ser los cazados y Hasta el final (horrible título local) se entrega a las bondades de la purgación violenta, incluido un breve paseo por las fronteras del torture porn, en un esquema en el cual algunas mujeres resultan ser, por acción u omisión, tan pérfidas como los hombres que cometen los crímenes. Una película pequeña pero cumplidora.