El ex comisario general Miguel Etchecolatz, condenado a reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar, fue exonerado de la Policía de la provincia de Buenos Aires junto con otros once ex efectivos. 

Mano derecha de Ramón Camps y jefe de la Policía bonaerense durante la última dictadura, Etchecolatz tiene seis condenas por crímenes de lesa humanidad -la primera de ellas dictada en 1986- y sigue siendo investigado en otros procesos. 

La decisión de excluirlo definitivamente de la Policía Bonaerense fue informada hoy por el Ministerio de Seguridad a través de un comunicado de prensa en el que se indicó que, "a pesar de haber sido condenados por cometer delitos de lesa humanidad", los 12 represores "todavía pertenecían a la fuerza, ya que figuraban como retirados y conservaban sus condiciones como policías". Al ser notificado de su exoneración, Etchecolatz firmó y debajo escribió "prisionero de guerra".

Además de Etchecolatz, fueron expulsados de la fuerza Carlos García, ex comisario general; Horacio Elizardo Luján, ex comisario mayor; Bernabé Jesús Corrales, ex comisario mayor; Fernando Svedas, ex comisario mayor; Miguel Gerónimo Kearney, ex comisario inspector; Raúl Orlando Machuca, ex comisario inspector; Sergio Arturo Verduri, ex comisario inspector; Pedro Antonio Ferriole; ex comisario inspector; Mario Víctor Nicodemo Sita, ex suboficial mayor; Luis Vicente Patrault, ex suboficial principal; y Santiago Antonini, ex suboficial principal.

La sanción es la más severa contenida en el régimen disciplinario policial e implica la separación definitiva de la fuerza y la pérdida de todos los beneficios inherentes al cargo. 

Mano derecha de Ramón Camps, jefe de la Policía bonaerense durante la última dictadura, Etchecolatz purga en la cárcel de Ezeiza seis condenas por crímenes de lesa humanidad y está siendo investigado en otros procesos.

En los juicios por delitos de lesa humanidad que se le siguieron se comprobó que él era el jefe directo de al menos 21 centros clandestinos de detención que funcionaron en la provincia de Buenos Aires en los años de la última dictadura cívico-militar. Fue condenado por robo de bebés, secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones. 

Cuando Camps fue nombrado jefe de la Policía Federal, en 1977, Etchecolatz siguió manejando la Bonaerense y se retiró de esa fuerza en 1979. 

El 14 de julio pasado, el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata otorgó por mayoría el beneficio de la prisión domiciliaria a Etchecolatz en las últimas dos causas de esa jurisdicción por las que estaba encarcelado, aunque siguió preso a disposición de otros dos tribunales.