El candidato a jefe de Gobierno porteño por La Libertad Avanza, Ramiro Marra, continúa con la prédica de su jefe político (Javier Milei) para destruir todo aquello que tenga olor a público. Ahora propuso la venta o el cierre de los canales de gestión estatal, en teoría, porque "puede ser una alternativa de financiamiento para bajar la pobreza", sin dar datos precisos sobre qué mejoras haría en materia -por caso- en Salud y Educación si se destinaría el presupuesto cultural del gobierno nacional.

Pero eso no es todo: en sintonía también con sus anteriores dichos -planteó, semanas atrás, que alienta el consumo de pornografía para reemplazar la educación sexual- dijo que PakaPaka, el canal infantil público y educativo, "baja ideología a lxs niñxs". Cuando la periodista de IP, Mariana Verón, le repreguntó por los contenidos de esa transmisión, el candidato neoliberal reconoció que no sabe lo que es PakaPaka -"nunca lo consumí", dice- pero comentó que su mamá le dijo que "bajan ideología sobre Historia", y que él no está dispuesto "a pagarlo con sus impuestos".

"Si vendés un medio público esa plata la podes invertir en educación, salud y mejorar la calidad de vida de la gente. Prefiero que haya más escuelas y menos TV Pública", subrayó Marra para insistir con la venta de los programas culturales del gobierno nacional. 

Además, subido a la lógica neoliberal de privatizar todo lo que se puede privatizar, basó su argumento en el negocio inmobiliario que se podría obtener con la venta del edificio de la TV Pública, ubicado en el barrio porteño de Recoleta.  "¿Sabes lo que vale una torre ahí? Me imagino una torre de 100 metros, está re bien ubicado ATC, sería un re negocio. No creo que el país tenga que tener una televisión estatal”, afirmó.

Recientemente, en otra entrevista, Marra también había anticipado que planea cerrar el INCAA y contó que el objetivo sería que el "sector privado" se encargue de financiar y llevar a cabo las producciones cinematográficas nacionales. “No impulsan nada, es todo un verso para el pan y circo, en este caso circo”, dijo.

Los trabajadores de la TV Pública repudiaron los dichos del candidato ultraliberal y lo acusaron de tener "un desconocimiento total sobre el rol de los medios públicos para la democracia, pero también, de cómo abordar otros derechos centrales como la educación o la salud pública".