La ansiedad no la deja dormir bien en las últimas semanas. Hace años que espera que llegue el miércoles: para ver finalmente a su ex esposo sentado en el banquillo de los acusados, y que empiece el juicio oral y público, donde se le imputa haber abusado sexualmente de sus hijos. Fueron años muy dolorosos, dice Karina P. No quiere que su apellido se sepa ni el del acusado, para proteger la intimidad de los chicos. Los mellizos están terminando este año la primaria y la pequeña cumplirá el mes que viene 10 años. “Verlos a ellos tranquilos y saber que él tiene una orden de restricción de acercamiento también hizo que pudiera relajarme por primera vez en años. Sentí un agotamiento extremo sobre mi cuerpo y el año pasado terminé internada de emergencia por un neumotorax que me llevó a estar hospitalizada por 33 días”, cuenta Karina.

–¿Qué significaron estos años en su vida? –le preguntó PáginaI12. 

–La batalla que hemos dado en el sistema de justicia fue extenuante desde todos los aspectos. Se parte de una asimetría de poderes tan grande que te coloca en el peldaño más bajo. Un real sometimiento al poder de quien lo ostenta sabiendo que genera un desequilibrio muy difícil de subsanar a la hora de obtener resultados. Luchamos sin tregua, para poner palabras donde solo hay silencio y prejuicios. 

Karina habla en plural porque la batalla fue junto a sus hijos y con el abrazo de referentes de numerosas entidades de niñez y derechos humanos, como Adolfo Pérez Esquivel, que también se presentó en la justicia como amicus curiae, para respaldarla. 

–¿Qué espera del juicio penal? 

–Que ponga fin al sometimiento. No tengo dudas de que finalmente vamos a conseguir la liberación tan deseada. Un delito tan aberrante, cometido sobre el cuerpo y la psiquis de niños, no puede quedar impune. No aceptamos la naturalización del incesto por parte de quien tiene la obligación de sancionar este crimen cometido sobre la infancia. Hoy necesitamos una reparación moral, nos urge recuperar la dignidad que pretendieron arrancarnos. Eso representará la condena para nosotros.